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viernes, 25 de febrero de 2011

Claves Matrimonio felíz

Blog Católico de Santa María de Baiona
Un libro muy interesante.
¿De qué trata?
Claves para un matrimonio feliz
Cada vez se está tomando más conciencia de la 
necesidad de preparar bien a los novios que se 
deciden a contraer matrimonio.
El método Sí, quiero 
es una colección de 12 documentales, 
en dos DVD, que acaba de publicar 
Goya Producciones y Editorial Casals. 
Va acompañado de un libro, del 
mismo título, escrito por Alfonso Basallo 
y Teresa Díez, que refuerza los audiovisuales 
y ayuda a aclarar dudas sobre 
el noviazgo y el matrimonio. 
Destacamos algunos párrafos que bien pueden 
ayudar a muchos novios... y a muchos esposos
«Cómo sabemos si hemos acertado? Si creemos 
que todo obedece a un guión pensado desde toda la 
eternidad, es lógico suponer que el Autor habrá 
dispuesto las cosas para que localicemos a esa 
persona en nuestro círculo de amigos o 
compañeros. No es obligatorio tener las mismas 
ideas políticas, ni seguir al mismo equipo de fútbol. 
En cambio, ayudará mucho que compartamos el 
mismo concepto de familia, la apertura a la vida, los 
hijos o la educación, y que pensemos de igual modo 
respecto al dinero -cuestión peliaguda, 
que une o desune-.
La pintura es cursi y afectada, pero es necesaria 
 la presencia de Jesús en el matrimonio.
El Matrimonio, cosa de tres.
En el sacramento del Matrimonio, la alianza en 
Cristo consiste en la entrega de la vida al otro 
cónyuge a lo largo de todo el matrimonio, de modo 
semejante a como Cristo se entregó a la Iglesia. 
Esa entrega no se limita a los momentos en que 
las cosas van bien, sino que es
 una entrega para siempre. 
El matrimonio cristiano, en cuanto que 
tiene tres protagonistas, es una alianza a tres 
bandas: el esposo, la esposa y Jesucristo.
 Esto sólo resulta posible con la ayuda de la gracia divina, 
que sana, fortalece y eleva nuestra alma. 
Esta gracia nos llega abundantemente,
 sobre todo, por medio de los sacramentos 
de la Penitencia y la Eucaristía. 
Pero hay que acoger esa gracia, aceptarla, 
abrazarse a ella...
La importancia de comunicarse.
Tened en cuenta cinco consejos: Saber escuchar 
(nuestra primera batalla contra el yo debemos 
librarla en este terreno), 
Unas bodas de oro, en la Misa de Acción de gracias
Lo mío es tuyo, 
(comunicarse es compartir, no vivir como si todavía 
fuésemos solteros, cada uno con su mundo,
 sus hobbys y sus preocupaciones),
 La intimidad es sagrada,
 (tu amigo más íntimo debe ser tu mujer,
 y tu amiga más íntima debe ser tu marido; 
te has casado para estar con tu cónyuge, 
también en tu tiempo libre; y no hay que
 hablar mal del otro ante los demás),
 Comunicación instantánea como el café, 
(hay que hablarlo todo, y hablarlo pronto,
 primero con tu cónyuge, 
no con un compañero de trabajo o con mamá), 
No dejar morir los temas,
 (sino abordarlos y dedicarles 
el tiempo que sea necesario,
 yendo al fondo y con sinceridad). 
Y ante las discusiones: delicadeza, 
ponerse en la piel del otro y pedirse perdón.
Sacramento del Matrimonio
El amor de los esposos.
Durante mucho tiempo, ha cundido la idea errónea 
de que el matrimonio era sólo un remedio para la 
concupiscencia, una especie de mal menor para 
incontinentes. En cambio, el acto conyugal -en 
realidad, toda la vida conyugal y, obviamente la 
relación íntima entre los esposos- 
puede ser un encuentro con Dios. 
Toda la vida conyugal es fuente de gracia y santidad. 
Ésta es una realidad grandiosa 
y sumamente alentadora que se suele olvidar: 
los actos propios del matrimonio, rectamente vividos, 
disponen a los esposos a recibir 
la gracia santificante y son, en cierto modo, 
como un icono del amor de Dios, 
como decía Juan Pablo II.
 La regla es la dignidad y la felicidad del oto. 
El objetivo no es el gusto propio, 
sino el contento y el bien del cónyuge, 
que es una persona a imagen de Dios.
Los hijos son un regalo de Dios
Muchos hijos son un regalo
Es egoísmo el quedarse con el hijo único o la parejita.
 Los cónyuges pueden excluir voluntariamente el 
nacimiento de nuevos hijos si media una causa 
grave. Si no la hay, lo normal en un matrimonio sano 
y sin problemas médicos es tener bastantes hijos. 
Cada pareja tiene la medida de su generosidad. 
Al cabo, la decisión sobre el número de hijos 
es una cuestión de amor y de entrega. 
Señor, danos familias luminosas y alegres, 
abiertas a la vida.
Siempre ha sido difícil tener hijos, 
cualquier padre lo sabe. No es un 
problema de medios, sino de prioridades.
 Con los hijos nunca salen las cuentas;
 familia y economía son términos contrapuestos.
 La familia es deficitaria por principio,
 pero la riqueza que proporciona supera
 con creces la estrechez material. 
No hay nada más enriquecedor que el amor, 
que nos saca de nuestro egoísmo 
y nos hace crecer.
Se reunieron 41. Cada uno de los de la foto 
son el hijo número 10 en cada familia. son de  Argentina
http://elgrupodelrosario.com/LOSSACRAMENTOS/sacramentodelmatrimonio/sacramentodelmatrimonio.htm
Y algo que no debéis olvidar: 
Al matrimonio se va a compartir todo. 
Si no se comparte la intimidad con Dios,
 el trato personal que cada uno tiene
 por separado con Dios,
estáis a mil Kilómetros de distancia uno de otro.
Si vuestro interior no está unido a Dios
 además estás incomunicado interiormente 
con quien convives, entonces
 hay un gran peligro para tu matrimonio.
Franja.
Y pasados muchos meses pongo este enlace
 que puede ayudar al matrimonio feliz:
http://santamariadebaionadiocesistuy-vigo.blogspot.com.es/2012/10/para-mantener-un-matrimonio-fuerte.html

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