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lunes, 25 de junio de 2012

El suicidio asistido. No. gracias

Inyección letal
Las incongruencias de aceptar
 el suicidio asistido
Los cuidados paliativos,
 no la eutanasia ni el suicidio
 con cooperación médica, 
son la respuesta justa al sufrimiento
 de los pacientes terminales,
 subraya la Conferencia Episcopal de Estados Unidos
 en una declaración del 16 de junio del 2011
La creación de una categoría de personas 
que estarían mejor muertas 
origina una presión sobre los pacientes.
Rechazar el suicidio asistido –legalizado en dos estados, Oregón y Washington– no equivale, señala la declaración, a prolongar la vida con terapias fútiles o desproporcionadamente gravosas. Tampoco supone privar a los pacientes de los tratamientos contra el dolor por temor a acelerar la muerte. Hoy se dispone de medios analgésicos eficaces y se sabe cómo ajustarlos al tipo y grado de dolor que tenga el enfermo. Con ellos, y con la atención al sufrimiento psíquico y espiritual, los cuidados paliativos logran aliviar los miedos y dificultades que pueden llevar a algunos pacientes a desesperar y plantearse el suicidio.
“Unos buenos cuidados paliativos –añade la declaración– pueden también permitir a los enfermos atender los asuntos pendientes de su vida, y alcanzar la paz con Dios, con sus seres queridos y consigo mismos. No se debe despreciar este tiempo como si fuese inútil o sin sentido. Aprender a afrontar la última etapa de nuestra vida terrena es una de las cosas más importantes y llenas de sentido que uno ha de hacer, y los cuidadores que ayudan a otros en este proceso hacen también un trabajo de enorme importancia”.
En países que han invocado la idea de autonomía personal 
para justificar el suicidio asistido y la eutanasia voluntaria,
 algunos médicos han terminado
 por provocar la muerte de adultos que nunca la pidieron 
y de recién nacidos sin posibilidad de decidir al respecto.
Para que otros no decidan por los vulnerables
Con estas bases, el documento da la réplica a los argumentos a favor de legalizar el suicidio con cooperación médica. Primero, dice, no es esa una forma de dar más libertad a los enfermos. Los supuestos beneficiarios de esas leyes son personas vulnerables. Es frecuente que quienes se plantean suicidarse en situación de enfermedad grave sufran depresión o algún otro problema psíquico. No se puede creer sin más que desean poner fin a su vida con plena conciencia y libertad. La declaración señala que, por el contrario, las leyes de suicidio asistido no exigen que se compruebe primero si hay alguna afección psíquica en quienes lo reclaman, ni impiden que se suministren las drogas letales si se detecta un problema de ese tipo.
Los obispos advierten también que “incluso decisiones aparentemente libres, pueden estar condicionadas por la influencia indebida de otras personas”. 
Leer más:

De alguna manera podemos pasar a esta situación.
 Siempre hay razones para algunos.
 Y si están en el poder...
hay que ponerse a temblar.
Franja.
Distintas imágenes de Cuidados paliativos:
Antiguamente, solo la Iglesia 
y los que tenían vocación
 de cuidar enfermos.

Hoy hay quienes por vocación y dedicación lo hacen.
Los buenos médicos y enfermeros.
Un médico de familia, amigo del enfermo.
Una profesional ayudando y
 levantando el ánimo del enfermo.
El cariño  de los familiares y amigos,
es un buen medio 
para ayudar en los cuidados paliativos. 
Franja.

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