Se me ocurre pensar,
que esta enseñanza de las dos vasijas,
es una muestra de lo que somos
o podemos ser,
si aprovechamos nuestras limitaciones
y en vez de lamentos,
ponemos obras de esfuerzo,
ayudados por el auxilio del Señor
para quien trabajamos.
Franja
es una muestra de lo que somos
o podemos ser,
si aprovechamos nuestras limitaciones
y en vez de lamentos,
ponemos obras de esfuerzo,
ayudados por el auxilio del Señor
para quien trabajamos.
Franja
LA VASIJA AGRIETADA
Una Parábola de la Vida
Una
historia simple de las antiguas enseñanzas de los Vedas. Dice así:
Érase
una vez un aguador que vivía en un pequeño pueblo en la India. Tenía dos grandes
cubos que colgaban cada uno del extremo de un palo, con los que cargaba encima
de sus hombros. Cada día recorría un largo camino desde el hogar de su patrón
hasta un pequeño arroyo para llenar los cubos de agua. Uno de los cubos, sin
embargo, tenía una fisura, mientras que el otro estaba en perfectas
condiciones. Cuando regresaba a casa, el cubo perfecto llegaba lleno de agua,
pero el roto sólo a la mitad.
Así
habían pasado dos años. Cada día, el aguador llegaba a casa de su patrón sólo
con un cubo y medio de agua. Por supuesto, el cubo perfecto estaba sumamente
orgulloso de sí mismo por el buen trabajo que hacía, porqué cumplía el objetivo
por el que se fabricó. Sin embargo, el cubo roto estaba avergonzado de su
propia imperfección, y se sentía despreciable por ser sólo capaz de lograr la
mitad de lo que se requería. Después de dos años de lo que percibió como un
amargo fracaso, finalmente, un día, el cubo roto reunió el valor para hablar
con al aguador a orillas del arrollo.
-Estoy
muy avergonzado de mí mismo y quiero pedirte disculpas.
-¿Por
qué? -preguntó el aguador-. ¿Por qué estás avergonzado?
Con
un tono triste, el cubo respondió:
-En
estos últimos dos años sólo he sido capaz de ofrecer la mitad de mi carga
porque la fisura que tengo en un lado hace que se salga el agua a lo largo del
camino de regreso a casa de tu patrón. Estás esforzándote mucho para llevar
esta carga, pero mi defecto te impide ganar el valor total de tus esfuerzos.
El
aguador, que sabía mucho sobre la vida, se sintió mal por el viejo cubo roto, y
dijo con lástima:
-Cuando
volvamos a casa del maestro quiero que repares en las hermosas flores que hay
junto al camino.
En
efecto, mientras subían la cuesta, el viejo cubo roto observó las hermosas
flores a un lado del camino y alivió parte de su angustia. Pero al término del
trayecto se sintió culpable por haber perdido la mitad de su carga, y de nuevo
se disculpó ante el aguador por no ser un cubo suficientemente bueno para el
trabajo. El aguador le dijo:
-¿Te
has dado cuenta de que sólo había flores en tu lado del camino y no en el lado
del otro cubo? Siempre he conocido tu defecto y lo he aprovechado. Planté
semillas en tu lado del camino y, cada día, mientras regresamos del arroyo, las
has estado regando. Durante dos años he podido recolectar estas bonitas flores
para decorar la mesa de mi patrón. Si no fuera por como eres, él no podría
adornar su casa con esta belleza.
En
este mundo todos somos "cubos rotos". Puede que tengamos cualidades
que los demás y nosotros mismos consideramos defectos, pero sólo son defectos
de la percepción. Lo que yo pueda considerar una imperfección mía puede
convertirse en un talento maravilloso que enriquece la vida de otras personas.
Fuente:
Andreas Moritz "Rasgar el velo de la dualidad", Ed. Obelisco, página
196-197http://lapuertasinpuerta.blogspot.com.es/2011/06/un-cuento.html
Yo no se si te ha gustado.
A mi mucho, porque me recuerda
los defectos que tenemos cada uno,
y a pesar de nuestros defectos
el Señor nos quiere y nos cuida.
Por eso, que nos estimule siempre la lucha diaria
a ser cada día mas santos.
¿No os parece?.
Y si te ha gustado...¡pásalo!!!
Hace casi un año, había puesto
la parábola de las dos vasijas.
Hace casi un año, había puesto
la parábola de las dos vasijas.
¡Precioso!
ResponderEliminarUsted siempre encuentra la entrada oportuna para el día en que más se necesita.
¡Enhorabuena por su blog con el que tanto aprendemos! ¡Aprendemos a valorarnos, a valorar a los demás, a encontrar sentimientos perdidos y por supuesto a encontrar a Jesús y a María en el día a día!