Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Las almas del purgatorio olvidadas.
San
Alfonso María Ligorio decía que, aunque las santas Almas no pueden ya lograr
méritos para sí mismas, pueden obtener para nosotros grandes gracias. No son,
formalmente hablando, intercesores, como lo son los Santos, pero a través de la
dulce Providencia de Dios, pueden obtener para nosotros asombrosos favores y
librarnos de los demonios, enfermedades y peligros de toda clase.
Está
más allá de toda duda, como ya hemos dicho, que nos devuelven miles de veces
cada cosa que hagamos por ellos.
Los
siguientes hechos, unos pocos de todos los que podríamos mencionar, son
suficientes para mostrar cuán poderosas y generosas amigas son estas Almas.
El
fuego del purgatorio es una muestra del fuego de amor misericordioso del Señor
que tiene por todos nosotros y que lo
irradia desde su cruz, donde estuvo clavado y muerto por nuestros pecados. Es
de fe que nadie puede entrar en el cielo, si no es antes debidamente purificado
por las llamas del amor intensísimo de Dios nuestro Padre, a través de la
entrega de su Hijo por nosotros en la cruz.
Hoy
entretuve un poco de mi tiempo, hojeando un librito que trata de la devoción a
las ALMAS DEL PURGATORIO. Leí un testimonio que me llamó la atención -hay
testimonios maravillosos- y que yo quiero contároslo. Dice así:
CÓMO
UNA NIÑA ENCONTRO A SU MADRE:
Una
pobre niña sirvienta en Francia llamada Jeanne Marie escuchó una vez un sermón
sobre las Santas Almas, el cual dejó una impresión indeleble en su mente. Fue
profundamente movida por el pensamiento del intenso e incesante sufrimiento que
soportaban las pobres Almas, y se horrorizaba al ver cuán cruelmente eran
olvidadas y dejadas de lado por sus amigos de la Tierra.
Otra
cosa que la impresionó profundamente es oír que hay muchas almas que están tan
cerca de su liberación, que una sola Misa sería suficiente para ellas; pero que
son retenidas largo tiempo, hasta años, sólo porque este último y necesario
sufragio fue olvidado o negado!
Con
una fé simple, Jeanne Marie resolvió que, costara lo que costara, ella tendría
una Misa por las Pobres Almas cada mes, especialmente por las más cercanas al
Cielo.
Ella
ahorraba un poquito, y a veces con dificultad, pero nunca falló en su promesa.
En
una ocasión fue a París con su patrona, y la niña cayó enferma. por lo cual se
vio obligada a ir al Hospital. Desafortunadamente, la enfermedad resultó ser de
largo tratamiento, y su patrona tuvo que regresar a casa, deseando que su
mucama -sirvienta, en algunos lugares- pronto se reuniera con ella. Cuando al final
la pobre sirvienta pudo dejar el hospital, y allí había dejado todos sus
ahorros, de manera que sólo le quedaba en la mano un franco.
Qué
hizo? A dónde ir? De repente, un pensamiento cruzó su mente y se acordó que no
había ofrecido ese mes una Misa en favor de las Pobres Almas. Pero tenía sólo
un franco! Apenas le alcanzaría para comer. Como tenía confianza que las Almas
del Purgatorio le ayudarían, fue hasta una Iglesia y pidió hablar con un
sacerdote, para que ofrezca una Misa, en favor de las Almas del Purgatorio. El
aceptó, aunque jamás imaginó que la modesta suma que la niña ofreció era el
único dinero que la pobre niña poseía. Al terminar el Santo Sacrificio, nuestra
heroína dejó la Iglesia. Una cierta tristeza nubló su rostro, y se sintió totalmente
perpleja.
Un
joven caballero, tocado por su evidente decepción, le preguntó si tenía algún
problema y si podía ayudarla. Ella le contó su historia brevemente, y finalizó
diciendo cuanto deseaba trabajar.
De
alguna manera se sintió consolada por la forma en que el joven la escuchaba, y
recobró la confianza.
"Será
un placer ayudarte" dijo." Conozco una dama que en este momento está
buscando una sirvienta. Ven conmigo". Y dicho esto le guió hasta una casa
no muy lejos de allí y le pidió que ella tocara el timbre, asegurándole que
encontraría trabajo.
En
respuesta al toque de timbre, la dama de la casa abrió ella misma la puerta y
preguntó a Jeanne Marie que quería.
-"Madam"
dijo ella, "Me dijeron que usted está buscando una mucama. No tengo
trabajo y me agradaría tener el puesto".
La
dama estaba perpleja y replicó:
-"Quién
pudo haberte dicho que necesitaba una mucama? Hace sólo un par de minutos que
acabo de despedir a la que tenía, acaso te has encontrado con ella?"
-"No,
Madam. La persona que me informó que usted necesitaba una mucama fue un joven
caballero".
"-Imposible!,
exclamó la señora, "Ningún joven, de hecho nadie, pudo haberse enterado de
que necesitaba una muchama".
-"Pero
madam", dijo la niña, apuntando un cuadro en la pared" ése es el
hombre que me lo dijo".
-"No,
mi niña, ese es mi único hijo, que ha muerto hace ya más de un año!
-"Muerto
o no" aseguró la niña," el fue el que me trajo hasta aquí, y aún me
guió hasta la puerta. Vea la cicatriz en la frente. Lo reconocería donde
fuera". Luego, le contó toda la historia, con su último franco, y de cómo
ella conseguía mandar celebrar Misas por las Santas Almas, especialmente por
las mas cercanas al Cielo.
Convencida
al final de la veracidad de la historia de Jeanne Marie, la dama la recibió con
los brazos abiertos.
-
"Ven, pero no como mi siriventa, sino como mi querida hija. Tu has enviado
a mi queridisimo hijo al Cielo. No tengo duda que él fue el que te trajo a
mí".
¿Verdad
que te ha gustado?
La
Santa Misa es el centro de la vida cristiana y la mejor ayuda a las Almas del
Purgatorio.
Estos
días estoy leyendo un libro sobre las almas del Purgatorio, que me hace
recordar lo que ya se...
Que
tenemos olvidados a nuestros difuntos, a los que nosotros hemos decidido por
nuestra cuenta meter ya en el cielo, como si fuésemos Dios, y ya no hacemos más
por ellos, las más de las veces por comodidad.
De
ahora en adelante, yo voy a intensificar mi oración por ellas y seguir
ofreciendo misas todos los meses, para que pronto puedan gozar de la gloria de
Dios.
Solo
así estaré seguro de que a su tiempo,
cuando el Señor me llame, podré tener la seguridad de que alguien se preocupará
de mi, y me ayudarán, si lo necesitase.
Manos
que no dais...¿qué esperáis'
Franja.
¿Vosotros
no lo creéis así?
Ahí
tenéis un libro un poco ilustrativo:
¿Se
imagina si pudiera ver almas del Purgatorio pidiéndole oración? Pues esto
ocurre en “Entre el Cielo y la Tierra”, el último libro publicado de la
escritora española María Vallejo-Nágera, publicado bajo el sello editorial
Planeta.
Desde
su prólogo hasta las últimas páginas este libro nos lleva a recorrer un mundo
repleto de dolor, tristeza y llanto, un lugar oculto al ojo humano, pero que,
según la doctrina de la Iglesia católica,
existe
en algún lugar entre el cielo y la tierra: el Purgatorio.
Confeccionó Franja
Reeditado en 2014
Si quieres leer más...
https://www.aciprensa.com/difuntos/difuntos5.htm
Reeditado en 2014
Si quieres leer más...
https://www.aciprensa.com/difuntos/difuntos5.htm
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