Un artículo que puede hacer...pupa... papá!
¿Somos en verdad un país democrático?
Esta imagen produce urticaria a ciertos partidos,
aunque sus hijos pueden estar ahí,
si la pueden pagar con su jornal de diputados,
pero por resentimiento social, no la desean para todos los padres, que la piden o pueden pedir, con el peligro de que se les estropee el chiringuito de los votos cautivos
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¿Somos en verdad un país democrático?
Lo dudo, porque cada vez contemplamos con más claridad los agujeros por los que hacemos agua.
Si lees el siguiente artículo te darás cuenta de lo que digo,
a no ser que seas de esas personas que, por falta de una auténtica y recta formación, no sepas que los padres son los primeros educadores de sus hijos y que el estado es subsidiario.
De otra manera dictarán los partidos de turno en contra del derecho de los padres, que deben estar protegidos por un estado de derecho y no por una dictadura de un partido totalitario. Franja
En este blog hay el siguiente artículo ya puesto anteriormente:
otra imagen de urticaria contagiosa o de envidia
por los éxitos demostrados en esa educación.
Escrito por Paco Sánchez
25 de agosto de2012 a
las 11:00h
25 de agosto de
La sentencia del Tribunal Supremo sobre
los conciertos económicos con colegios de enseñanza diferenciada (solo para
chicos o solo para chicas) ha abierto un nuevo debate ideológico típicamente
español: sin datos y acumulando clichés y prejuicios. El Supremo se ha
limitado, supongo, a interpretar la ley socialista del 2006. Nada dice contra
la enseñanza diferenciada y, por supuesto, no la llama sexista ni franquista,
como tampoco lo hacen los americanos, los alemanes o los ingleses, que disponen
de oferta solo para chicos o solo para chicas incluso en el sistema público. En
el fondo, el verdadero debate es otro,
relacionado con la democracia misma.
La idea que subyace a la ley de 2006 responde al criterio, defendido ayer mismo en su columna por Roberto Blanco Valdés, que admite la existencia de la enseñanza diferenciada, la considera necesaria para el pluralismo, pero rechaza que se financie con dinero público. Es decir, si usted puede pagar dos veces la educación, adelante, elija lo que le plazca. Si usted prefiere para sus hijos la diferenciada, pero es pobre y no puede pagarla, aguántese: la ley rechaza su legítima opción plural, no porque resulte más cara (sería falso), sino porque la considera sospechosa o inadecuada. Usted mismo parece sospechoso por planteársela y precisa de tutela, pobre bobo,
La idea que subyace a la ley de 2006 responde al criterio, defendido ayer mismo en su columna por Roberto Blanco Valdés, que admite la existencia de la enseñanza diferenciada, la considera necesaria para el pluralismo, pero rechaza que se financie con dinero público. Es decir, si usted puede pagar dos veces la educación, adelante, elija lo que le plazca. Si usted prefiere para sus hijos la diferenciada, pero es pobre y no puede pagarla, aguántese: la ley rechaza su legítima opción plural, no porque resulte más cara (sería falso), sino porque la considera sospechosa o inadecuada. Usted mismo parece sospechoso por planteársela y precisa de tutela, pobre bobo,
hasta que tenga dinero para
ejercer su libertad.
La supremacía moral típica de los planteamientos ideologizados da lugar a leyes como esta, con una triste anemia democrática en su ADN: esa mentalidad por la que un gobierno le convierte en sospechoso y le obliga a pagar muy alto el precio de pensar diferente.
Publicado en La Voz de Galicia, 25.agosto.2012
La supremacía moral típica de los planteamientos ideologizados da lugar a leyes como esta, con una triste anemia democrática en su ADN: esa mentalidad por la que un gobierno le convierte en sospechoso y le obliga a pagar muy alto el precio de pensar diferente.
Publicado en La Voz de Galicia, 25.agosto.2012
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