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sábado, 6 de octubre de 2012

El vendedor de semillas


Un joven soñó que entraba en un supermercado recién inaugurado y, para su sorpresa, descubrió que Jesucristo se encontraba atrás del mostrador.
 - ¿Que vendes aquí? - le preguntó.
 - Todo lo que tu corazón desee - respondió Jesucristo.
Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear:
- Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de todo temor - dijo el joven-. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos.
Cuando el joven terminó de hablar, Jesucristo le dice:
- Amigo, creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos semillas. "Convierte en frutos las semillas que hay en ti".
¡Te ha gusto?  ¡Pásalo!

1 comentario:

  1. Desear oler el aroma de una rosa en nuestro jardín en una incoherencia sino lo hemos plantado antes.

    Así es nuestra vida, no sólo es necesario el deseo y pedir... es necesaria la acción por nuestra parte. La vida nos ofrece muchas posibilidades que despreciamos. Se trata de verlas.

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