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miércoles, 24 de octubre de 2012

Padres malos-

Blog Católico de Santa María de Baiona nº. 730
Una mañana de domingo en vez de...
Por Carmen Pérez Rodríguez
Dos chicas de 16 años murieron en Brasil. Después de 13 días, desaparecidas, las madres de las chicas manifestaron desconocer a los propietarios de la casa donde sus hijas habían ido a pasar el fin de semana. La tragedia y el crimen siguen sin respuesta
Tras la muerte, el texto que sigue fue entregado por un profesor de Ética a todos los alumnos de su clase, para que se lo entregasen a sus padres. La única condición solicitada por el profesor fue que cada alumno permaneciese al lado de sus padres hasta que terminasen la lectura.
“Padres malos”
Se llama los “Padres malos” Un día, cuando mis hijos estén crecidos lo suficiente para entender la lógica que motiva a los padres y madres, yo habré de decirles:
 Os amamos lo suficiente como para haberos preguntado a dónde ibais, con quién estaríais y a qué hora regresarías.
 Un día, cuando nuestros hijos estén crecidos lo suficiente para entender la lógica que nos motiva a los padres, les diremos: os amamos lo suficiente para no habernos quedado callados y haceros saber, aunque no os gustara, que aquel nuevo amigo no era buena compañía.
 Os amamos lo suficiente para haceros pagar las golosinas que cogisteis del supermercado o las revistas del quiosquero, y haceros pedir disculpa al dueño: Nosotros cogimos esto ayer y queremos pagarlo.
 Os amamos lo suficiente como para haber permanecido en pie, uno de los dos, junto a vosotros, dos horas, mientras limpiabais vuestro cuarto, lo que nosotros habríamos hecho en 15 minutos. 
Os amamos lo suficiente para dejaros ver además del amor que sentíamos por vosotros, la decepción y hasta las lágrimas. 
Os amamos lo suficiente para dejaros asumir la responsabilidad de vuestras acciones, aún cuando las penalidades que parecíais sufrir nos partían el corazón. 
Y ante todo, os amamos lo suficiente para deciros NO, cuando sabíamos que podríais odiarnos por eso (en algunos momentos sabemos que nos odiasteis). Esas eran las batallas más difíciles de todas. Estamos contentos porque al final ganasteis vosotros.
 Y cualquiera de estos días, cuando nuestros nietos hayan crecido lo suficiente para entender la lógica que nos motivó; cuando ellos os pregunten si vuestros padres eran malos, vosotros les diréis: “Si, los más malos del mundo"!.
 Los chicos comían golosinas en el desayuno y nosotros teníamos que comer cereales, y tostadas con aceite. 
Los otros chicos bebían cocacola y comían patatas fritas y helados en el almuerzo, y nosotros teníamos que comer arroz, carne, verduras y frutas. 
Nuestros padres tenían que saber quiénes eran nuestros amigos y qué hacíamos con ellos. Insistían en que le dijéramos con quién íbamos a salir, aunque tardásemos solo una hora. 
Nos repetían que les dijéramos siempre la verdad, y no se cómo conseguían leernos el pensamiento.
 Nuestra vida sí que era pesada. No permitían que nuestros amigos nos tocaran desde abajo el timbre para que saliéramos; tenían que llamar a la puerta, y entrar para que ellos los conocieran.
 Por culpa de nuestros padres, nos perdimos inmensas experiencias en la adolescencia: ninguno de nosotros estuvo envuelto en problema de drogas, robos, actos de vandalismo, violación de propiedad, ni fuimos presos por ningún crimen. Ahora que somos adultos honestos y educados, estamos haciendo lo mejor para ser “padres malos”, “anticuados” retrógrados” como lo fueron ellos.
 Creemos que este es uno de los males del mundo de hoy: no hay suficientes padres “malos. Realmente sería bueno leerlo con los hijos. Los que reciben algo sin esfuerzo, lo conservan sin amor.

Gilbert Cesbrón en un libro que se llama Soltad a Barrabás, grito que es el grito de la multitud desde hace veinte siglos, desde siempre, tiene un consejo para los jóvenes, que me ha parecido muy en esta línea: 
Y vosotros, muchachos, id a buscar a otra parte (no es difícil pensar a donde no hay que ir a buscar) las jóvenes a las que os gustaría que se pareciesen vuestros hijos: la novia que a través de las ramas florecidas, hará de vuestra vida una mañana de domingo en vez de una noche del sábado. 
Buscad las personas a las que os gustaría que se pareciesen vuestros hijos.
 Propuesta: hacer de la vida, a través de las ramas florecidas de las buenas semillas que germinarán en las mejores relaciones, de la semana de esfuerzo, trabajo y entrega generosa, una mañana luminosa de domingo en vez de pobres noches, que sólo dejan secuelas tristes, o recuerdos que más vale olvidar, y en el mejor de los casos, arrepentirse y limpiarlos
Todos tendríamos que ser personas a las que en algún aspecto nos pudiéramos parecer, personas que hicieran que la vida de la semana floreciera en una mañana luminosa de domingo ¡Que mayor felicidad que ser en la vida esas personas que aportan su esfuerzo, su alegría, para que sea mejor el ambiente en el que estamos¡ No solo es que no podemos dejar que se arruine y emponzoñe el ambiente en el que vivimos, es que tenemos que transmitir lo que hace que nosotros seamos mejores y por eso también lo sean los demás. Buscad a las personas a las que os gustaría que se pareciesen vuestros hijos, la adolescencia, la juventud, el noviazgo y el matrimonio que hará de vuestra vida una luminosa mañana de domingo.
                                                                             *******
Ojalá los "padres malos" y los hijos de hoy, pensasen en lo que vale la pena, para mejorar las familias y la sociedad.
                                                                           Franja.


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