Santa Maria de Baiona diócesis tuy- vigo blogspot.com
Hoy me han mandado este poema.
Me ha gustado y lo pongo en nuestro blog,
contando con el beneplácito de esa persona
que me ayuda mucho en horas bajas.
Franja.
Manos alzadas al cielo
Cuando
no alcancen tus manos el cielo
Cuando no alcancen tus manos
el cielo, y cada instante se haga eterno. Cuando no puedas decir lo que tanto
necesitas; y ni los errantes silencios quieran oírte. Cuando te quedes vacío;
cuando nada tengas para dar y nada puedas recibir... Creerás que la vida es
injusta.
Si es así, cuando
anochece pensarás que se termina el mundo. ¿Por qué soportar lo que se padece?
¿Por qué sufrir lo que duele? ¿Dudas que amanezca nuevamente? No hagas
imposible lo posible; no dudes por lo decidido, no temas por tu valentía, no
llores por lo que amas.
Manos alzadas al cielo
¡Sé feliz, siempre!
En todo momento la vida, a pesar de sus idas y vueltas, es bella, si no, mira
por cada noche clarear el alba. Ahora es siempre el mejor momento para surgir
como un sol. "Esperanza" ya no es una palabra, es cada latido de tu corazón.
¿Cuántas veces nos
sentimos sin alas para volar? Es como que algo tiró fuerte de ellas, y sentimos
como que se desprendieron de nuestro cuerpo y miramos y no las encontramos. Las
teníamos, y en ese volar caímos en pantanos, y agitados por salir, se lastimaron,
se ensuciaron, y el barro hizo que su peso fuera mayor que el de nuestro
cuerpo, y nos costó volar. Nos quedamos muchas veces en el suelo esperando que
se alivianaran para seguir, pero el barro, a medida que se secaba, las
endurecía aún más.
Manos alzadas al cielo
Y allí estamos
hoy... Con alas endurecidas y sin poder volar, o sin alas.
¿Qué nos pasó? ¿Por
qué lugares volamos, que nos quedamos sin fuerzas, sin ganas, y sin esperanzas?
Alas... Nos hace
falta tener nuevamente nuestras alas abiertas... Nos hace falta sentir que vale
la pena seguir.
Manos alzadas al cielo
La vida nos
demuestra a cada paso que nuestro vuelo no siempre es el que esperamos, que hay
pantanos como así también aves de rapiña que no quieren que existamos, que ya
no avancemos. ¿Sentimos temor por el futuro? ¿Estamos todavía tratando de salir
de ese pantano? ¿Estamos agotados? ¿Equivocamos el camino y estamos perdidos en
la oscuridad? ¿Deseamos que la vida ponga su punto final ahora? ¿Por qué?
El dolor puede ser
enorme, la tristeza profunda, lo sucedido inolvidable... ¿Y si todo cambia? ¿Y
si de pronto nos encontramos ayudando a otros a salir del pantano? No hay
ningún pájaro que haya volado toda su vida sobre un oasis o sobre un manantial.
¡No! Todos sienten en un momento deseos de no seguir. Todos se enfrentan a grandes
tormentas, a fuertes vientos que sacuden su vida entera. Todos alguna vez se
sienten ahogados por haber caído en tierras pantanosas. Pero, sin embargo,
sacuden sus alas aún hasta en sus últimos minutos con la esperanza de seguir, y
por sobre todo, de volver a volar.
Extendamos nosotros
también nuestras alas. Tengamos esperanza, apostemos a la vida, miremos el
horizonte y sólo giremos la cabeza para decir adiós a todo aquello que nos hizo
perder nuestras ganas de seguir volando hacia el infinito.
Manos alzadas al cielo
Lo ofrezco a las/los amigos/as
Franja
Lo ofrezco a las/los amigos/as
Franja
Preciosa reflexión.
ResponderEliminarA veces no nos damos cuenta que tenemos alas o tenemos miedo de abrirlas. Tenemos que descartar el miedo a volar y empezar a agitarlas para usar al Servicio del Señor que es el único camino que nos hará desaparecer el vacío que sentimos.