Blog católico de Javier Olivares-baionés
jubilado-Baiona
CATEQUESIS DE ADULTOS
Nº.4 de 5.
Conoce tu fe | sección
Moral y Mandamientos, lo que la Iglesia vive | categoría
Virtudes teologales | tema
Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
El becerro de oro adorado por muchos
Pecados contra la prudencia:
No buscar a Dios como valor supremo.
La imprudencia que se divide en tres:
La precipitación que es actuar inconsiderada y precipitadamente,
guiados por la pasión o capricho.
La inconsideración por la cual se desprecia o se descuida el
atender las cosas necesarias.
La inconstancia que es abandonar los propósitos por motivos sin
importancia.
La imprudencia nos puede llevar a aceptar una circunstancia que
nos aleja de Dios. O a buscar a Dios en un medio que no conduce a Él.
La negligencia que supone la falta de interés por actuar
eficazmente en lo que debe hacerse. Es diferente de la inconstancia porque en
ella no hay ni siquiera el interés por actuar. Cuando se refiere a algo
pertinente a la salvación, el pecado de negligencia es grave. No toda
negligencia es pecado contra la prudencia.
El don del Espíritu Santo que corresponde a esta virtud es el
don de consejo.
La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a
Dios y al prójimo lo que le es debido.
Parece un equilibrio, pero no lo es
Es la virtud que equilibra nuestro trato con las demás personas.
Es una virtud muy compleja, una madeja con muchos hilos.
Para que se diga que alguien es justo hay que apartarse de
cualquier mal que dañe al prójimo o a la sociedad y hacer el bien debido al
otro. No basta con no hacer un mal, sino que hay que darle lo que se merece.
Tipos de justicia:
Conmutativa: dar a cada uno lo que merece. Y lo puede merecer
por contrato o por derecho adquirido.
General o legal: dar a la sociedad lo necesario para obtener el
bien común. Ej. Pagar impuestos para que haya hospitales.
Distributiva: dar lo necesario a cada miembro de la sociedad,
según sus derechos naturales o adquiridos.
Social: proteger los derechos naturales de la sociedad y de sus
miembros. Es decir, ni defender tanto a la sociedad que se perjudique a los
ciudadanos, ni defender tanto los derechos de los individuos que perjudiquemos
a otros y a la sociedad.
Vindicativa: restablecer la justicia lesionada. Porque quien
perjudica los derechos de otros tiene el deber de repararlos.
El don del Espíritu Santo correspondiente a esta virtud es el
don de piedad.
La fortaleza: es la virtud que asegura la firmeza y la
constancia en la búsqueda del bien, superando los obstáculos que se presentan
en el cumplimiento de las propias responsabilidades.
Cualquier hombre de bien puede tener esta virtud, pero en el
caso del cristiano esta virtud tiene que estar cimentada en el amor a Dios.
HACE FALTA UNA BUENA EDUCACIÓN CIUDADANA
como la viñeta de arriba...NO
como la viñeta de abajo, ...SI
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