Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
En estos días, en los que por estas fechas vamos a ir a visitar nuestros cementerios y a rezar
por nuestros seres queridos, no viene mal una llamada de atención como la que podemos encontrar en el
siguiente relato. Puede hacernos reflexionar ..no te
agobies,,,y piensa que ha valido la pena. Franja.
VENGO POR TI
Estoy cansado de trabajar
y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa
y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar, la cual no me gustó mucho
que digamos y tengo que comer la comida que no me gusta.
Voy a entrar al baño y mi
hija de apenas año y medio no me deja porque quiere jugar conmigo. No entiende
que estoy cansado y quiero entrar al baño.
Después, tomo mi revista
para leerla en mi sillón y mi hija nuevamente quiere jugar y que la arrulle entre
mis brazos. Yo quiero leer con tranquilidad mi revista, y sale mi esposa con
su: "¿Qué tal me ves? Me arreglé para ti". Le digo que bien, sin
despegar mis ojos de mi revista. Para variar, se enoja conmigo por que dice que
no la comprendo y que nunca la escucho. No sé por qué se enoja si le pongo toda
mi atención, es más, aún viendo la
T.V. le pongo atención, bueno, siempre y cuando haya malos
anuncios. A veces quisiera estar solo y no escuchar nada, yo sólo quiero
descansar. Suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los de mi
casa.
Mi padre también me
molesta algunas veces y entre clientes, esposa, hija, padre, me vuelven loco,
quiero paz. Lo único bueno es el sueño, al cerrar mis ojos siento un gran
alivio de olvidarme de todo y de todos.
-Hola, vengo por ti.
-¿Quién eres tú? ¿Cómo
entraste?
-Me manda Dios por ti,
dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de descansar.
-Eso no es posible, para
eso tendría que estar...
-Así es, sí lo estás; ya
no te preocuparás por ver a la misma gente, ni por caminar, ni de aguantar a tu
esposa con sus guisos, ni a tu pequeña hija que te moleste; es más, jamás
escucharás los consejos de tu padre.
-Pero... ¿Qué va a pasar
con todo? ¿Con mi trabajo?
-No te preocupes; en tu
empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tu puesto y por cierto, está
muy feliz porque no tenía trabajo.
-¿Y mi esposa y mi hijita?
-A tu esposa le fue dado
un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades que tú nunca
observaste en ella y él acepta con gusto todos sus guisos sin reclamarle nada,
porque gracias a Dios y a ella, tiene algo que llevarse a la boca todos los
días a diferencia de otras personas que no tienen nada que comer y pasan hambre
hasta durante meses. Y además, se preocupa por tu hija y la quiere como si
fuera de él y por muy cansado que siempre llegue del trabajo, le dedica tiempo
para jugar; son muy felices.
-No, no puedo estar
muerto.
-Lo siento, la decisión ya
fue tomada.
-Pero... eso significa que
jamás volveré a besar la mejillita de mi hijita; ni a decirle te amo a mi
esposa; ya no veré a mis amigos para decirles lo mucho que los aprecio; ni
darle un abrazo a mi padre. Ya no volveré a vivir, ya no existiré más, me
enterrarán en el panteón y ahí se quedará mi cuerpo cubierto de tierra. Nunca
más volveré a escuchar las palabras que me decían: "Hey amigo, eres el
mejor"; "Hijo mío, estoy orgulloso de ti"; "Cuánto amo a mi
esposo"; "Hermano mío, me alegro de que vinieras a mi casa"; "Papi..."
-No, no quiero morir;
quiero vivir, envejecer junto a mi esposa, no quiero morir todavía...
-Pero es lo que querías,
descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para siempre.
-No, no quiero, no quiero.
¡Por favor, Dios!
-¿Qué te pasa amor?
¿Tienes una pesadilla? - dijo mi esposa despertándome.
-No, no fue una pesadilla,
fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé, de mi familia, de todo
lo que Dios creó. ¿Sabes?, Estando muerto ya nada puedes hacer y estando vivo
tienes la oportunidad de hacer felices a los demás y hacer la voluntad de Dios.
Una vez cerrados tus ojos, nadie te garantiza volver a abrirlos.
¡Que bello es vivir! Hoy
lo logré, mañana... mañana Dios dirá
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