Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
El
paracaídas
Charles
Plumb, era piloto de un bombardero en la guerra de Vietnam. Después de muchas
misiones de combate, su avión fue derribado por un misil. Plumb se lanzó en
paracaídas, fue capturado y pasó seis años en prisión.
A
su regreso a Estados Unidos, daba conferencias relatando su odisea y sus
experiencias en el lugar de detención.
Un
día estaba en un restaurante y un hombre lo saludó:
-Hola,
usted es Charles Plumb, ex piloto en Vietnam y fue derribado por el enemigo,
¿verdad?
-Y
usted, ¿cómo sabe eso?", le preguntó Plumb.
-Porque
yo doblaba y empacaba los paracaídas de su división, y parece que el suyo
funcionó bien
Plumb
emocionado y con mucha gratitud le
respondió:
-Claro que funcionó, si no hubiera funcionado, hoy yo no estaría
aquí.
Aquella
noche, Plumb no podía conciliar el sueño, se preguntaba cuántas veces había
visto en el portaviones a aquel hombre y nunca le había dirigido un saludo, se
dio cuenta de que había sido una persona arrogante y orgullosa frente a este
humilde y servicial marinero.
Pensó
también en todo el tiempo que aquel marinero pasó en el barco enrollando los
hilos de seda de cada paracaídas, teniendo en sus manos la vida de personas que
quizás no conocía.
Desde
aquel día, Plumb comienza sus conferencias preguntando a su audiencia:
-¿Quién
empacó hoy tu paracaídas?
Todos
tenemos a alguien cuyo trabajo es importante para que nosotros podamos salir
adelante. Uno necesita muchos paracaídas en el día: uno físico, uno emocional,
uno mental y uno espiritual.
A
veces, en los desafíos que la vida nos trae, perdemos de vista lo que es
verdaderamente importante, especialmente las personas que nos salvan en el
momento oportuno sin que se los pidamos. Y por eso dejamos de saludar, de dar
las gracias, de felicitar a alguien, o de decir algo amable.
Hoy
y cada día, trata de darte cuenta quien prepara tu paracaídas, y agradécelo.
Aunque no tengas nada importante que decir, envíale un mensaje de
agradecimiento a quien o a quienes alguna vez lo hicieron. Y también mándaselo
a quienes todavía no lo han hecho.
Las
personas a tu alrededor notarán ese gesto de afecto, y te lo devolverán
preparando tu paracaídas con ese mismo amor.
Todos
necesitamos de los demás, por eso es necesario el agradecimiento.
A
veces las cosas más importantes de la vida sólo requieren acciones sencillas.
Una llamada, una sonrisa, un gracias, un te quiero, un te amo.
--“Gracias
por todos los favores que sin merecerlos recibí de ti y nunca agradecí”--
Gracias al autor de este blog porque día a día con sus entradas nos va aportando los paracaídas esenciales para nuestro vuelo.
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