Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Como los padres se están
quejando continuamente del camino que están llevando algunos de sus hijos,
fuera ya de su alcance, en especial por las noches, es muy bueno este
artículo, porque les puede hacer pensar en alguna solución. Franja
La
realidad entre discoteca y discoteca
Fernando
Pascual, L.C.
AutoresCatolicos.org
¿Quién
educa a mi hijo?
La discoteca es, para muchos, un mundo
de ficción y de emociones, de música, cerveza, bailes y, algunas veces, también
de drogas. Todo pasa muy rápido en una sala de luces y sombras, de encuentros y
separaciones, de gritos y de fiesta.
Pero el tiempo no perdona, y llega la
hora de salir. La madrugada (o, en algunos casos, el amanecer) sorprende a
muchos en un estado de euforia y a otros en un profundo cansancio. Hay que
llegar a casa, hay que inventar una excusa del “retraso”. Hay que encontrar, a
veces casi a tientas, la cama o una butaca, y tumbarse a dormir un poco.
la resaca de la discoteca...
Así dicen descansar miles de jóvenes.
La semana transcurre entre estudio y trabajo, clases y televisión, monotonía y
alguna que otra sorpresa. Desde el viernes o el sábado en la tarde la discoteca
se convierte en un punto obligado de encuentro, de liberación, de alegría
bulliciosa.
¿Es posible dejar de ir siempre a un
lugar donde un clima irreal, de fantasía, de diversión desenfrenada, produce
espejismos y sensaciones que no siempre ayudan a afrontar la realidad y a vivir
de un modo sano los compromisos de la vida?
resaca?...compasión!!
Nos hace falta abrir los ojos. Darnos
cuenta del daño que se sigue del tomar muchas copas y del bailar hasta la
locura. Reconocer el daño que produce el exceso de humo, o esas drogas ligeras
que, aquí y allá, pasan del bolsillo a la boca. Aceptar que ciertas
excitaciones corporales dañan profundamente la psicología de quien se hace cada
vez más dependiente del placer y de las fiestas.
No es fácil romper con la discoteca
cuando se ha convertido en “algo imprescindible”, en una cadena psicológica. El
valor es cosa de pocos, y muchos no son capaces ya de pensar de otra manera. La
costumbre aprisiona, y crea modos de vivir que tiñen la vida de tristeza, ante
el fracaso de una fiesta que llega a su fin y obliga a todos a salir, confusos,
cansados o engreídos (que es el peor engaño), para afrontar una realidad a la
que no preparan ni la cerveza ni los gritos.
algunas veces puede suceder lo que ves...
Para muchos, resultaría casi un sueño
dejar de ir a las fiestas, abandonar una costumbre que aprisiona. La sociedad
condiciona a muchas personas a vivir de un modo fijo, monótono, standard.
Querer hacer algo distinto, tener la valentía de romper con la presión, es algo
que pocos pretenden y que consiguen menos. Los jóvenes no son extraños a esta
presión de lo que se convierte en “norma” y casi obligación, aunque digan ser
libres, aunque piensen que van a la “disco” porque ellos lo han decidido sin
que nadie se lo exija.
La resaca, o esperando a que pase...
La verdad está, precisamente, fuera de
la sala de bailes. Alguna vez habrá que tomar la decisión de buscar un descanso
nuevo, más sereno y solidario, más abierto a un mundo bello, más cercano a la
familia y a los amigos sinceros, los que quieren mi bien, los que trabajan por
ideales y por quienes necesitan de una mano. Es posible.
y ahora ....¿cómo nos vamos?
Basta con probar el
próximo sábado esa dicha de quien mira las estrellas y acompaña a un anciano
que nos cuenta, con su sonrisa, cómo es hermosa la vida cuando permitimos a
Dios caminar a nuestro lado.
http://www.fluvium.org/textos/familia/fam951.htm
Que
las familias piensen, que los descuidos graves en la educación, la falta de
valores y por consiguiente la ausencia de principios básicos, y no digamos la
ausencia de formación cristiana, nos trae por consecuencia esa vida, que será un
hándicap para estar, cuando tengan responsabilidades graves, a la altura de las necesidades básicas de la vida de
convivencia en la sociedad.
¿Habrá que ponerle remedio?.
Franja
Realmente Baiona es una maravilla, como dice mi madre, llamada María del CArmen, Pochola para los amigos, entre los que está el editor de este Blog.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde Cuenca, que no se queda lejos de Baoina en belleza.
Jesus Domínguez.
Muy bonita la foto, realmente Baiona es única, como dice mi madre, María del CArmen, Pochola para los amigos, entre los que está el editor de este blog.
ResponderEliminarUn abrazo desde Cuenca, que no está lejos de Baiona en belleza.
Jesús Domínguez.