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sábado, 14 de junio de 2014

Mes del Corazón de Jesús 14 de junio

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Meditación del Papa San Juan Pablo II 
sobre las Letanías del Sagrado Corazón

S. Juan Pablo II

22 de junio, 1986

CORAZÓN DE JESÚS EN QUIEN EL PADRE 
HALLÓ SUS COMPLACENCIAS.
 TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.


1.Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias.
Rezando así, particularmente ahora, en el mes de junio, meditamos en aquella complacencia eterna que el Padre tiene en el Hijo: Dios en Dios, Luz en Luz.

Esa complacencia significa también Amor: este Amor al que todo lo que existe le debe su vida: sin El, sin Amor, y sin el Verbo-Hijo, "no se hizo nada de cuanto se ha hecho" (Jn 1,3).

Esta complacencia del Padre encontró su manifestación en la obra de la creación en particular en la del hombre, cuando Dios "vio lo que había hecho y he aquí que era bueno... era muy bueno" (Gn 1,31).

¿No es, pues, el Corazón de Jesús ese "punto" en el que también el hombre puede volver a encontrar plena confianza en todo lo creado? Ve los valores, ve el orden y la belleza del mundo. Ve el sentido de la vida.



2. Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias. Nos dirigimos a la orilla del Jordán.
Nos dirigimos al monte Tabor. En ambos acontecimientos descritos por los Evangelistas se oye la voz de Dios invisible, y es la voz del Padre:
"Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia. Escuchadle" (Mt 17,5).

La eterna complacencia del Padre acompaña al Hijo, cuando El se hizo hombre, cuando acogió la misión mesiánica a desarrollar en el mundo, cuando decía que su comida era cumplir la voluntad del Padre.
Al final Cristo cumplió esta voluntad haciéndose obediente hasta la muerte de cruz, y entonces esa eterna complacencia del Padre en el Hijo, que pertenece al intimo misterio del Dios-Trino, se hizo parte de la historia del hombre. En efecto, el Hijo mismo se hizo hombre y en cuanto tal tuvo un corazón de hombre, con el que amó y respondió al amor. Antes que nada al amor del Padre.
Y por eso en este corazón, en el Corazón de Jesús, se concentró la complacencia del Padre.

Es la complacencia salvífica. En efecto, el Padre abraza con ella - en el corazón de su Hijo - a todos aquellos por los que este Hijo se hizo hombre. Todos aquellos por los que tiene el corazón. Todos aquellos por los que murió y resucitó.
En el Corazón de Jesús el hombre y el mundo vuelven a encontrar la complacencia del Padre. Este es el corazón de nuestro Redentor. Es el corazón del Redentor del mundo.

En nuestro rezo del Ángelus Dominí unámonos a María.

Unámonos a Ella, de la que el Hijo de Dios tomó un corazón humano. Pidámosle que nos acerque a El. Pidamos a Ella, en el corazón del Hijo, acerque al hombre y al mundo la complacencia del Padre, el Amor del Padre, la misericordia de Dios.

http://www.mscperu.org/msc/sgdoCorazon/SCorazon_Juan_Pablo_II/Corazon_de_Jesus15_Enquie_el_Padre_hallo_sus_complacencias.htm

Confeccionó Franja

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