Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Queridos amigos. Acabo de recibir la tan esperada carta del P. Artemio.
Esta vez, como veis, las noticias no son muy buenas. Tenemos que rezar mucho por la paz en el mundo, pero en especial en la tierra que vio nacer a Jesús y en donde vivió hasta que le llevamos a la cruz. Digo, llevamos, porque todos sabemos que vino a salvarnos y fueron nuestros pecados los que lo llevaron a rescatarnos, con su muerte en la cruz, de aquella maldad que nos apartaba definitivamente de Dios.
Tenemos que rezar por los franciscanos que custodian desde siglos aquellos santos lugares, para que no perdamos nunca su presencia, que nos asegura el poder visitarlos y crecer en la fe con el contacto tan cercano con el Señor y su Madre Santísima.
No dejemos de hacerlo, porque el Señor quiere que se lo pidamos y pongamos los medios.
Pongo a continuación la carta del amigo, P. Artemio Vítores, y pidamos que Dios le ayude en su trabajo precioso de custodiar y ayudar a tantos peregrinos de esos santos lugares.
Vuestro amigo, Franja. (P. Javier Olivares)
Artemio P. Vítores
18/11/2014
Para: Francisco Javier olivares Chao
Querido Francisco Javier: ¡El Señor te dé su Paz!
He recibido tu correo. Gracias, por tus palabras de ánimo y de amistad. Esta situación en la que vivimos, que no logra aclararse del todo, te genera un sentimiento casi de impotencia. Y no me refiero sólo al aspecto político, sino también a la situación de la Orden Franciscana en España y sin olvidar a la Custodia.
De mi no te cuento nada especial. Yo no me paro. La salud va bien, pero la presencia de los franciscanos españoles va disminuyendo mucho. Hace unos días murió el P. Justo Artaraz, que ha sido un hermano muy importante (le hice yo la homilía y, si has leído mi libro “Con alegría franciscana”, allí aparece un episodio cuando le expulsaron de Siria como “persona non grata”, a pesar de ser un santo) y hay muchos muy mayores (en tres días se nos murieron tres frailes de la Provincia). A finales de año 7 Provincias Franciscanas de España se unirán, formando una sola, pero… no siempre “la unión hace la fuerza”. Esta situación trae sus problemas para Tierra Santa y, aunque parezca extraño, yo, que soy aún de los pocos relativamente jóvenes, sufro las consecuencias. Como ves, no me muestro muy entusiasta, aunque lo sea por temperamento y por carácter, y me han definido como “un corazón con piernas”, y soy yo el que animo a los jóvenes y a tanta gente, tanto peregrinos como los habitantes de Jerusalén. Bueno, mi madre está bien, a sus 97 años; mi cuñado cada vez está peor y yo creo que el cáncer le está consumiendo. ¡Recemos por él!
Imagen de archivo
Los peregrinos vienen, pero con dificultad, especialmente los peregrinos españoles. Los medios de comunicación continuamente insisten sobre los peligros, pero en realidad no los hay. El Santo Sepulcro siempre está lleno de peregrinos, especialmente rusos, asiáticos, brasileños, polacos, pero no de nuestra parte. Esto influye en una de mis ocupaciones: el encuentro con los peregrinos, que cada vez son menos, especialmente con los italianos. Como te decía otra vez, tengo un libro prácticamente ya terminado sobre el Cenáculo, pero no lo puedo publicar mientras no haya noticias más claras sobre su posible devolución.
El P. Artemio muestra uno de sus libros.
Me he dedicado a escribir otro, que también ya está prácticamente terminado, sobre la Custodia de Tierra Santa (aun no tengo definido el título). Dedicarme a escribir me hace superar las dificultades y me siento hasta realizado, pero reflexionando sobre la misión de los franciscanos en la Custodia de los Santos Lugares y en la salvaguardia de los cristianos, me da pena la situación actual. .
El Santo Padre Francisco en su viaje reciente a Tierra Santa
es recibido en la casa franciscana por el P. Artemio.
Creo que te estoy cansando. Estamos ya a las puertas del Adviento, ese tiempo preparación al nacimiento del Hijo de Dios, bajo la guía amorosa de su Madre, la Virgen María, la Inmaculada, la “mujer de esperanza” que supo acoger, como Abraham, la palabra de Dios, “esperando contra toda esperanza” (Rom 4,18), porque está convencida que para Dios “nada hay imposible” (Lc 1,37). Aunque todo a nuestro alrededor parezca decir lo contrario, el cristiano está seguro que Cristo es la esperanza definitiva, esa esperanza que supera todo lo que jamás ha entrado en el corazón del hombre, y sabe además que el mundo necesita “la esperanza que no defrauda” (Rom 5,5). Adviento es tiempo de trabajar por la paz y por la reconciliación entre los hombres y los pueblos. Es tiempo de pensar en los cristianos de Tierra Santa, que, a veces, en sus vidas no ven “motivos de esperanza”. Te pido que sigas rezando por la paz en Tierra Santa, en Siria, en todos estos países, en donde la presencia cristiana es siempre tan difícil.
El P. Artemio en su responsabilidad franciscana
Te dejo. Yo rezo por ti y por todos tus seres queridos, en las muchas celebraciones que tengo sobre la Tumba Vacía del Señor. Te pido una oración especial por los franciscanos españoles. Sobre todo reza por las vocaciones. ¡No te olvides de nosotros!
Le quedo muy agradecido al P. Artemio, por esta deferencia para conmigo, al comunicarme como amigo estas noticias a veces íntimas de su alma entusiasmada por su vocación de franciscano auténtico, cuidador de esos Santos Lugares de la Tierra santa.
Gracias, P. Artemio.!!!
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