Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
De Lima: una buena noticia
También a mi me ha parecido una buena noticia en especial en este momento en el que vemos que en España y en otros muchos países se ha perdido el norte.
En España?... Pues sí, señor!!!. Porque el Tribunal Constitucional lleva cinco años haciéndose cómplice de más de medio millón de abortos. Y ahora... que no vaya a venir a decirnos que la vida no tiene valor y que puede seguir acabándose con ella por el deseo de tantos desalmados o desalmadas amparados por una ley tan criminal. Sin efecto retroactivo!!!
Desde luego, probablemente, esos señores que la han votado, si sus madres hubiesen tenido en sus manos la ley, que ellos se han hecho de una manera tan irresponsable, es probable que no hubiesen llegado a nacer...ABORTADOS!!!
Qué pena me da el ver que, "el seno materno es el lugar de más riesgo para la vida del hombre". Más que el sida y el ébola y la carretera, y las enfermedades cardiovasculares!!!...Franja.
Un artículo de...
Ernesto Juliá
De Lima: una buena noticia
Ernesto Juliá
Por ser buena la noticia, quiero hacerle un poco de eco; y también
porque, como suele ocurrir en estos casos, ha pasado bastante inadvertida.
La Comisión de Justicia del Congreso peruano ha decidido casi por unanimidad –sólo un voto en contra-,
no dar curso a una solicitud de proyecto de ley que pretendía que se aceptara
el aborto en caso de mujeres violadas.
Los miembros de esa Comisión han señalado, claramente, el crimen
de la violación. Una injusticia y un mal que hay que combatir. A la vez,
subrayan que el modo de combatirlo no es con otro crimen todavía mayor, como es
la muerte de un ser inocente.
El camino que debe recorrer la justicia, señala un comentarista es
el de “emprender y afianzar una lucha por la defensa de los derechos de la
mujer, contra todo tipo de acto repugnante que vulnere su libertad”.
“La violación es un delito terrible, subrayó uno de los ponentes
de la Comisión; sin embargo, victimizar a un niño en gestación no es mi
opción”.
Más de medio millón de personas, número que duplicó el del año
pasado, llenaron las calles de Lima hace unos meses en defensa de la vida
“desde la concepción hasta la muerte natural”.
Notas de este canto a la vida están sonando en todo el mundo; y
éste llegado desde más allá de los Andes es muy bien venido. Es el canto
agradecido y alegre del matrimonio que anhela ver realizado su deseo de tener
hijos, y recibe con un gozo lleno de estupor, el anuncio de la primera
criatura.
Hace pocos días otra noticia alentadora llegó de Estados Unidos:
el número de abortos sigue bajando. Una de las dirigentes de una asociación
pro-vida de ese país reconoce que es una buena señal de “toda una generación de
mujeres que vieron un sonograma como primera foto de su bebé”; y que con esas
fotos, se ha ido consiguiendo “una mayor conciencia de la humanidad del bebé
antes de su nacimiento”.
Me parece que toda madre tiene una muy buena conciencia de la
“humanidad” de quien está palpitando en su vientre. Verle cara a cara, aunque
él no pueda abrir los ojos, hace más patente, sin duda, su humanidad; su
derecho a vivir; su alegría de poder decir un día que ha tenido a esta mujer
como madre.
Las llamadas a la paz son constantes en todos los rincones del
mundo. El Papa Francisco lo ha vuelto a recordar en el reciente viaje a
Sarajevo: “Paz es el sueño de Dios, es el proyecto de Dios para la humanidad,
para la historia, para la creación. Y es un proyecto que encuentra siempre
oposición por parte del hombre y por parte del maligno”.
¿Puede realizar Dios este sueño en Europa, si los europeos le
damos una mano al diablo, y continuamos empecinados en llenar las leyes de
nuestros países con alabanzas, reconocimientos, “derechos”, para este acto
radical de guerra que es el aborto?
El cardenal Cipriani, arzobispo de Lima, sabía lo que decía
cuando, al dirigirse a la manifestación limeña reconoció que: “ésta es la
generación fuerte y el futuro de la patria. Somos un Perú que defiende la vida,
el matrimonio y la familia”. Y, en este
caso, las cifras le dan también la razón: Perú ha pasado de 10 millones de
habitantes en l960, a más de 30 millones en 2010. Y, por supuesto, la población
goza de un nivel de vida bastante mejorado en relación a cincuenta años atrás.
En Lima pueden estar contentos. Han tenido políticos con
“conciencia”, que han conseguido mantener la legislación defensora de la vida
de los concebidos, de los nacidos,
aunque todavía no hayan visto la luz del sol fuera del vientre de su madre, que
lucharán para sembrar la paz en la sociedad peruana.
Ernesto Juliá Díaz
ernesto.julia@gmail.com
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Lima: Marcha por la vida 2015
Es como para repensarlo.
Valía la pena el que este artículo fuera leído a cada uno
de los padrastros de la Patria o del Tribunal Constitucional,
para que, como dice un gran obispo español,
no "vendan la vida de los no nacidos
por un plato de lentejas".
Abominable, señores!!!
Franja
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