Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
LAS 14 OBRAS
DE MISERICORDIA
Este artículo de la webcatolicodejavier nos da una idea de cómo se puede llegar a las personas mayores con imágenes de niños.
Las
obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a
nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cf Is 58, 6-7: Hb
13, 3). Las obras de misericordia son 14 y se dividen en 7 Espirituales y 7
Corporales.
Las
7 Obras de Misericordia Espirituales
Instruir,
aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espirituales, como
también lo son perdonar y sufrir con paciencia. (Catecismo)
Enseñar
al que no sabe
1. Enseñar al que no
sabe.
Es
importante que cooperemos con nuestros hermanos, pero es mas importante
enseñarles a realizar por ellos mismos aquello que no saben. Por ello,
enseñémosle a orar, a perdonar, a perdonarse, a compartir, etc.
Dar
buen consejo al que lo necesita
2.
Dar buen consejo al que lo necesita.
Para
dar buen consejo es necesario que nosotros mismos hayamos sido aconsejados por
un director espiritual, que nos ayude a orar a Dios Padre, para que nos envíe
su Santo Espíritu y nos regale el don de consejo. Así, bajo la guía del Señor,
tanto nuestras palabras como nuestro actuar, serán un constante aconcejar a los
que lo necesitan.
Corregir
al que yerra
3. Corregir al que se
equivoca.
Muchas
veces nos enojamos o reímos cuando vemos a algún hermano equivocarse,
olvidándosenos que no somos perfectos e inevitablemente nos equivocaremos
también. Pensemos, ¿nos gustaría que se rieran de nosotros?, definitivamente
NO, así que, cuando alguien se equivoque corrijámoslo con amor fraternal para
que no lo vuelva a hacer.
Perdonar
al que nos ofende
4. Perdonar al que
nos ofende.
¡Que
difícil!, tanto que Jesús nos dice que debemos perdonar 70 veces 7, es decir,
SIEMPRE. Además en el Padre Nuestro, nos pone la condición de PERDONAR NUESTROS
OFENSAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN. Así que, a perdonar,
perdonar, perdonar....
Consolar
al triste
5. Consolar al triste.
Jesús
nos ha dicho: "Dichosos los que lloran porque serán consolados". El
consuelo de Dios, por medio de su Espíritu Santo, nos consuela. Pero, además,
Dios se vale de nosotros para consolar a los demás. No se trata de decir: no
llore, sino de buscar en las Escrituras, las palabras que mejor se adecúen a la
situación. En los salmos podremos encontrar esa palabra de consuelo que
requerimos, por eso, es conveniente recitarlos y meditarlos constantemente.
Sufrir
con paciencia los defectos del prójimo
6.
Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
¡Que
fácil es ver la paja en el ojo del prójimo y no vemos la viga en el nuestro!.
Cuando seamos capaces de disimular los defectos de nuestro hermano, estaremos
colaborando en la construcción del Reino del Señor. Tengamos paciencia con los
ancianos, los niños, el vecino, el compañero de trabajo y ellos la tendran con
nosotros, en nuestros defectos.
Rogar a Dios por vivos y difuntos
7. Rogar a
Dios por los vivos y los difuntos.
Cuando
escucho a mis hijos orar pidiendo a Diosito por nosotros, por sus hermanos, por
sus compañeros de escuela y por sus abuelitos ya fallecidos, me siento
agradecido de saber que muchos elevan una oración al Creador por mi y por mis
familiares o amigos que se me adelantaron a la casa del Padre. Cada oración es
una intercesión, y el Señor nos pide que oremos unos por otros para mantenernos
firmes en la fe, así como El oró por Pedro para que una vez confirmado, le
ayudara a sus hermanos.
7 Las Siete Obras de Misericordia Corporales
Las
obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al
hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los
enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt 25, 31-46). Entre estas
obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4,5-11; Si 17, 22) es uno de los principales
testimonies de la caridad fraterna: es también una práctica de justicia que
agrada a Dios (cf Mt 6, 2-4) . (Catecismo)
visitar
a los enfermos
1. Visitar a los
enfermos.
Nuestros
hospitales estan llenos de enfermos olvidados por sus familiares, o bien,
personas que por la lejanía con el centro hospitalario, no reciben visita
alguna. Es bueno dar dinero para los necesitados, pero que bueno es darnos
nosotros mismos. Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una
palabra de aliento, un rato de compañía a esos cristos en su monte de los
olivos.
Dar
de comer al hambriento
2.
Dar de comer al hambriento.
Jesús
nos ordena compartir con el necesitado cunado nos dice, "El que tenga dos
capas déle una al que no tiene, y el que tenga alimento, comparta con el que
no"(San Lucas, 3-11). Al compartir nuestro alimento, no solo les llenamos
el estómago a nuestros hermanos necesitados, sino que les mostramos el amor de
Dios que no los deja desfallecer.
Dar
de beber al sediento
3. Dar de beber al sediento.
Con
cuantas ganas nos bebemos un vaso de agua fresca luego de recorrer un largo
trecho para calmar nuestra sed. ¿Cuántas veces pensamos en nuestros hermanos
que no tienen un lugar donde beberlo?. Pensemos en aquellos que se enferman
porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellos que mueren de sed
porque otros la desperdician, incluso Jesús, en su trance de muerte, sintió sed
y lo exclamó con tanta vehemencia, que un soldado romano le acercó una esponja
con hiel y vinagre para que la calmara. ¿Sómos nosotros peores que ese soldado
romano como para negar agua al sediento?.
Dar
posada al peregrino
4. Dar posada al
peregrino.
Existen
muchos inmigrantes que esperan nuestra ayuda para poder vivir dignamente junto
a su familia, ayuda que debe hacerse presente en toda forma y a todo momento.
Recordemos que esos hermanos desposeídos son Sagrarios del Espíritu Santo que
merecen al menos una Tienda de Encuentro con el amor Divino.
Vestir
al desnudo
5. Vestir al desnudo.
A
menudo nos encontramos con hermanos que estan vestidos con harapos o bien se
encuentran desnudos, viéndose disminuída su dignidad de hijos de Dios.
Ayudémosles a recobrarla brindándoles una vestidura limpia y respetable, que
les permita reencontrar al Señor en la bondad de los demás.
Visitar
a los encarcelados
6. Visitar a los
encarcelados
Cada
mañana nos levantamos y corremos a los centros de estudio o trabajo, y
posiblemente pasemos frente a un centro de reclusión en el que muchos de
nuestros hermanos sufren la soledad y la indiferencia. Nuestra Santa Madre
Iglesia nos llama a llevarles, no solo cosas materiales, sino el cariño de toda
la comunidad a cada uno de ellos, para que se sientan parte del rebaño del
Único Pastor.
Enterrar
a los muertos
7. Enterrar a los muertos.
Sepultarlos
no significa olvidarlos, por el contrario, esta obra de misericordia coporal
nos lleva a la obra de misericordia espiritual que nos invita a rezar por los
vivos y los muertos. Al enterrarlos no debemos olvidar que es nuestro deber
mantener sus sepulturas en buen estado, pues en ellas se contienen los restos
mortales de aquellos que fueron Templo del Espíritu Santo.
Después de haber leído algo tan sencillo de
cómo son explicadas las OBRAS DE MISERICORDIA,
es necesario comenzar a vivirlas en nuestros próximos.
Franja
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