Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Un artículo de
que me ha gustado y pongo a vuestra disposición.
Es necesario compartir las cosas buenas
como la presente.
Franja
Sectas, apologética y conversos
Conversos:
Experiencias y testimonios de
conversión
Kenneth H. Howell:
investigó la Iglesia
antigua
y descubrió que esa iglesia era la católica.
Fue ministro en dos parroquias presbiterianas
y profesor 6 años en un seminario protestante... ve en María una fuente de
unidad
Por: Pablo J. Ginés | Fuente: Fundación Cari
Filii / Religión en Libertad
Kenneth H. Howell se educó en una familia
protestante presbiteriana de EEUU, llegó a ser ministro presbiteriano desde
1978 y profesor en el Seminario Teológico Reformado de Jackson, Mississippi
desde 1988.
Hacia 1991, preparando un curso sobre la
Eucaristía e investigando cómo entendían la eucaristía los primeros cristianos,
se convenció de que Cristo estaba realmente en la eucaristía de la Iglesia
antigua y que los calvinistas se equivocaban en su postura.
Él siempre había pensado que Calvino era un
reformador que había “arreglado” los fallos de la Iglesia medieval y del siglo
XVI, que había animado a “volver a la Iglesia antigua”. Kenneth lo hizo,
investigó la Iglesia antigua… y descubrió que esa iglesia no era calvinista,
sino más bien católica.
Además descubrió que era necesaria una
autoridad, un Magisterio, para interpretar la Palabra de Dios. Fue
comprendiendo que Dios había dejado esa autoridad en la Iglesia católica, en
Pedro y los apóstoles y sus herederos.
Entre 1991 y 1994 exploró además la
espiritualidad de San Ignacio de Loyola, y se sintió cada vez más atraído por
la plenitud de la fe católica. Un amigo católico le pagó un viaje y una
inscripción en la Universidad Franciscana de Steubenville en verano de 1992
para un curso de “Defender la fe”, y allí conoció a Marie Jutras, una católica de
toda la vida (por el momento conocía sobre todo católicos ex-protestantes) que
le asombró por su conocimiento de la fe y ayudó con su amistad a superar
algunos prejuicios de su esposa contra el catolicismo.
En 1994 dejó su seminario protestante después
de enseñar en él seis años. En 1996 se incorporó plenamente a la fe católica, y
su esposa lo hizo 14 años después, en 2010.
María y la unidad de los cristianos
En 2011 Kenneth, ya como profesor en el
Newman Center de la Universidad de Illinois, escribió una reflexión sobre el
papel de María en la unidad de los cristianos, en su libro “Mary of Nazareth:
Sign and Instrument of Christian Unity” (Queenship Publishing).
En primer lugar, señaló que a finales del
siglo XX se han multiplicado los esfuerzos y el deseo de unidad entre los
cristianos de distintas comunidades… y también se han multiplicado las
“apariciones y locuciones marianas declaradas”, y en general la devoción
mariana no va a menos, sino que crece.
“Estoy convencido de que las preguntas sobre
María deben afrontarse de cara si se ha de lograr algún ecumenismo verdadero”,
afirma.
Considera que el ecumenismo verdadero no
consiste en una negociación, “sino en buscar juntos la verdad de la Revelación
de Dios. Empieza confesando que no comprendemos por completo la Verdad de Dios,
y que debemos siempre buscar la mente de Cristo”.
María no es un montón de doctrinas: es una
mujer
El siguiente paso implica comprender que
María no es un montón de doctrinas (que unos cristianos aceptan y a otros les
incomodan). María, recuerda, “es una persona”. “María es lo que es
independientemente de nuestras creencias”, insiste.
A Kenneth le maravilla que el Hijo de Dios
vivió en el seno de María 9 meses. “Así es como María es un instrumento de
unidad. Ella unió al Logos, a la segunda persona de la Trinidad, con su
naturaleza humana en su propio cuerpo. María ha unido más de lo que ningún
humano ha unido. Ella ha unido a Dios y hombre en los pequeños confines de su
vientre”.
“Es claro por la Escritura que Jesucristo es
la llave de la unidad entre los cristianos, pero Jesucristo, único Salvador, no
sería lo que es –hombre-Dios perfecto- si María no hubiese sido el medio de
unir su naturaleza humana y divina en una persona”.
Kenneth insiste en que la unidad que Cristo
pide a sus discípulos (“Que sean uno”, rezó Jesús) no llega mediante la
negociación, sino mediante la obediencia a la enseñanza apostólica recibida,
igual que María es ejemplo de obediencia.
Esa unidad es humanamente imposible pero el
ángel dijo a María que para Dios todo es posible (Lucas 1,37) y así fue en su
seno.
“María no negoció con Dios, no llegó a un
acuerdo. Reconoció su dependencia de Su gracia y buscó hacer su voluntad”,
insiste el antiguo profesor presbiteriano.
Después recuerda la peculiaridad de María,
como madre del Hijo, hija del Padre y esposa del Espíritu Santo.
Unidad entre verdad y amor
Otro elemento de unidad en María es que, como
Jesús, aúna doctrina y amor, verdad y compasión. “La verdad sin amor es
estéril; la unidad sin verdad es vacía, sin fruto”, señala.
Reconoce que el modelo para todos los
cristianos es Jesucristo pero… ¿cuál fue el modelo de Jesucristo, de quién
aprendió su amor por la verdad y su compasión? En gran parte, de María, de su
madre. Así, la suma de amor y compasión que deberíamos imitar de Jesús, es la
suma de amor y compasión que Él imitó de María. Y así “María es a la vez el
modelo y el medio para nuestra unidad”.
“Ha llegado el momento de deponer nuestras
actitudes defensivas, dejara un lado nuestras agendas personales y políticas”,
exhorta, y pide decir como la Virgen: “Hágase en nosotros según tu palabra”.
Y propone una oración para avanzar en la
unidad de los cristianos.
“Señor, somos tus siervos.
Cura nuestras divisiones y
haz que tu Hijo reine como Señor entre
nosotros.
Que tu Palabra more entre nosotros
y nos haga uno.
Santa María, Madre de Dos, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén”
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