Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
CUARESMA 2016,
Día 40º. DOMINGO DE RAMOS (20 de Marzo)
Día 40º. DOMINGO DE RAMOS (20 de Marzo)
Texto del P. José Pedro Manglano Castellary
EXPLICACIÓN DE LA CUARESMA
I CUARENTA DÍAS DE TRABAJO
UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA CUARESMA 2016
Cuaresma - Oración - Conversión - Solidaridad - Pascua. Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día"; después, leyendo con atención el "texto de cada día", charlas con Dios y con María; por último, terminar rezando la "oración final".
Dos ideas previas:
1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está.
2. LO QUE NO ESTÁ ESCRITO: ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con Él.
ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.
PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.
Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?
ORACIÓN FINAL
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en la Cruz y escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
lo mismo que te quiero te quisiera.
Día 40º. DOMINGO DE RAMOS (20 de Marzo)
Texto del P. José Pedro Manglano Castellary
Es necesario dar Gloria a Dios. Los discípulos "trajeron la borrica y el pollino, y pusieron sobre ellos los mantos, y encima de ellos montó Jesús. La mayor parte de la gente desplegaban sus mantos por el camino, mientras que otros, cortando ramas de árboles, los extendían por la calzada. La multitud que le precedía y la que le seguía gritaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del señor! ¡Hosanna en las alturas!" (Mt 21, 7,9).
¡Cómo alaban a Dios! Alabar a una persona es decirle, ¡qué bien has hecho esto!; o qué buen amigo eres; o alguna otra afirmación por el estilo.
Alabar significa que se reconoce algo bueno como bueno; que se valora, y que se dice a quien lo ha hecho o a quien pertenece. Esto es un gozo para quien lo escucha y para quien lo dice (si lo dice sinceramente, y no para sacar algún beneficio).
Alabar a Dios es una obligación para toda criatura. Es bueno que alabes muchas veces a Dios: que le digas lo bueno que es, que agradezcas lo bien que ha hecho esto o aquello, la belleza del mundo, etc. Y que cuando reces el gloria, lo hagas con esta intención.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén
Continúa hablándole a Dios con tus palabras.
Después termina con la oración final.
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