Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Solemnidad de San Juán Bautista.
Día 24 de junio 2018
¿SOMOS
DEDO DEL SEÑOR? Por Javier Leoz
Uno
de los hándicap existentes para el encuentro cara a cara, entre Dios y el
hombre de hoy, son las innumerables barreras que se levantan ante nosotros:
sociológicas, ambientales, económicas, culturales, o ideológicas: condicionan
muchísimo a la hora de ejercer la libertad religiosa en la actualidad.
1.- San Juan Bautista es un
“rompe-muros”. Nos hace tomar conciencia de nuestras propias fragilidades. De
aquello que nos separa o distancia del Señor. Acercarse a este personaje es
arriesgarnos a sentirnos provocados por su estilo de vida. Es abrir los ojos
hacia el futuro marcado por Dios y desde Dios.
-“Convertíos” era
la palabra preferida y profética del precursor. ¿De qué? ¿Por qué? ¿Hacia
quién? Son las respuestas de la coyuntura que nos rodea.
-Regresar
de una vida fácil y cómoda. Su desierto, para nosotros, es una
interpelación muy seria a retirarnos de vez en cuando a esos espacios de
silencio y de reflexión donde pueda hablarnos con todas las consecuencias Dios.
-Retornar
del desencuentro con Jesús. Pensamos que ya lo tenemos. Que,
nuestra fe, ya está totalmente resuelta con unas prácticas más o menos
piadosas. Pero ¿hemos abrazado a Cristo con todas las consecuencias?
-Escaparnos
de la grandeza. Juan llevó una vida austera y
sencilla. Su forma de vida contrastaba, y denunciaba, aquellas otras que
estaban montadas sobre la riqueza o la simple apariencia.
2.- San Juan Bautista es el último gran
profeta del Antiguo Testamento. Aquel que, con valentía y comprometiendo su
propia sangre, apuntó con su dedo, con sus sentimientos, obras y con su Palabra
al Salvador.
¿Somos nosotros testimonio vivo y real
del Señor? ¿Lo señalamos con el índice de nuestra vida cristiana?
¿Cuándo se
nos exige dar razón de Él, lo damos a conocer o instalamos la sordina de la
vergüenza o timidez?
¿Somos camino o laberinto para que otras personas puedan
llegar a la comprensión y encuentro de Jesús?
3.- La Nueva Evangelización no depende
tanto de lo que la Iglesia a nivel institucional proyecte, piense, haga, diga o
plantee sino de los cristianos de a pie (especialmente las familias) que
demuestren una actitud valiente, constante y decidida para trasmitir la fe.
**Hoy,
muchos padres, han dejado de señalar con su dedo al
cielo. Nos encontramos con hijos que viven perdidos en el desierto de la
incredulidad. No porque ellos lo hayan elegido sino porque, nadie, les ha
hablado de Aquel que es Hijo de Dios, nació en Belén, murió en Jerusalén y al
resucitar nos dio vida nueva.
**Hoy,
muchos religiosos y sacerdotes, tenemos miedo a predicar la austeridad,
el evangelio sin remiendos, la autenticidad de la Iglesia, el vigor del
Evangelio ante una sociedad caprichosa y decadente
**Hoy,
muchos medios católicos, dejan de ser referencia y altavoz de
los valores evangélicos y los silencian por temor a perder clientela o por ser
tachados de confesionales.
4.- Por ello mismo, San Juan Bautista,
nos espabila y nos pone en el lugar que nos corresponde: ¡CONVERTÍOS!
Adentrémonos por el camino de Jesucristo. Que nadie nos aparte de Él. Y en las
pequeñas cosas, sembrando de nuevo el Evangelio, podemos ser más grandes que el
mismo Juan. Y no lo digo yo…lo dice el mismo Jesucristo.
5.-
QUE YO, SEÑOR, TAMBIÉN TE ANUNCIE
Por mis senderos y mis propias calles
llevando a los que me rodean a tu CAMINO
y te conozcan y te amen
al igual que yo lo hago contigo.
Que en medio de tantos desiertos
de los que te buscan y no te encuentran
de los que andan perdidos y no quieren dar contigo
de los que te conocieron y te olvidaron
nunca me eche atrás, oh Señor,
y siga siendo heraldo de tu Evangelio
pregonero de tus gracias y de tu presencia
altavoz de tus verdades grandes y ciertas
QUE
YO, SEÑOR, TAMBIÉN TE ANUNCIE
Con mis palabras, pero sobre todo, con mi vida
Con mi alegría, pero ante todo, con mi corazón
Con mi fuerza, pero siempre, con tu Espíritu
Con mi convencimiento, pero con tu auxilio
QUE
YO, SEÑOR, TAMBIÉN TE ANUNCIE
Que sea profeta en este mundo incierto
en el que sobra la palabrería
y echamos en falta palabras de amor y de consuelo
Que sea un pequeño profeta, oh Señor,
y, como Juan Bautista, comunique tu llegada
que, hoy y aquí, sigues vivo entre nosotros
empujando y sosteniendo a tu Iglesia
alimentando las esperanzas de tu pueblo
dando testimonio de que, Tú, eres el Hijo de Dios.
Tú, Cordero de Dios, que vienes a salvarnos
bendícenos con tu mano siempre abierta
y que, lejos de fatigarnos,
nos des la fuerza del Espíritu Santo
para seguir siendo voces de tu Reino.
Amén.
Javider Leoz.
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