Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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D. Jesús Mateo me envía todos los días un comentario del
Evangelio que lo encuentro muy aprovechable para los sacerdotes y para algunos
laicos con vida interior y deseos de mejorar su vida cristiana.
Por eso lo incluyo en un blog de internet, que hace tiempo está
haciendo difusión del bien. Al menos esa es mi intención.
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21 de Octubre, lunes de
2019.
Comentario: "MIRAD, GUARDAOS DE TODA CLASE DE CODICIA"
(Lc 12, 13-21).
A Jesús le piden que intervenga en un asunto de herencias. Jesús
no entra a ese hecho concreto, sino que, de acuerdo con su misión, enseña la
actitud cristiana ante los bienes materiales.
El Señor no está contra
las riquezas en sí mismas.
En el Evangelio de hoy sí
que vemos que divide el apego al dinero: Dos hermanos se pelean por su
herencia. Por desgracia, el amor a las
riquezas se antepone al amor de la familia, de los hermanos...¡¡¡QUÉ PENA!!!
(¡Cuántos casos, por desgracia, conocemos!)
Jesús aprovecha la ocasión para
advertirnos a todos: "Estad alerta y guardaos de toda avaricia ,
porque aunque alguien tenga abundancia de bienes, su vida no depende de aquello
que posee".
Y para que quedara bien clara su doctrina les puso esta
parábola:
"Las tierras de un hombre
rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: ¿Qué
haré? No tengo dónde almacenar la
cosecha. Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y
construiré otros más grandes, y almacenaré
allí todo el trigo y mis
bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para
muchos años; descansa, come, bebe,
banquetea alegremente. Pero Dios le
dijo: Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has
preparado? Así será el que atesora
riquezas para sí y no es rico ante Dios".
¡¡¡NECIO!!!
Esta palabra me impresiona; me da miedo que el Señor nos la diga
a ti y a mí.
Este hombre fue "necio" porque puso toda su esperanza,
su fin último, como bien absoluto, en
los bienes de la tierra.
Su amor desordenado al dinero cegó su esperanza en Dios. Fue un
hombre "necio".
Todos podemos ser "necios". Y lo seremos si amamos
desordenadamente los bienes materiales, pocos o muchos, porque en ese caso, son
un obstáculo para seguir al Señor.
La felicidad no está en
los bienes materiales. Éstos no llenan
nuestro corazón.
Hemos de luchar por los tesoros de "la herencia
incorruptible".
Como dice San Pablo: Cristo mismo es "nuestra única
esperanza".
Nada más puede llenar
nuestro corazón. Y, junto a Él, encontraremos todos los bienes prometidos, que
no tienen fin.
Que la Virgen, Nuestra Señora, "Esperanza nuestra",
nos ayude a poner el corazón en los
bienes que perduran,
¡en Cristo!
Jesús Mateo. Sacerdote
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Pidamos a la Virgen María que no decaiga este deseo de buscar el
bien espiritual de los amigos. Franja.
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Confeccionado en este blog por Franja. Felicidades a D. JESÚS
Mateo por su esfuerzo
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