Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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6 de Junio, sábado
de 2020
Comentario del Evangelio:
"ESTA HA ECHADO TODO LO QUE TENÍA PARA VIVIR" (Mc 12, 38-44)
Te has preguntado alguna vez,
¿qué es lo que
más le gusta a Dios Nuestro Señor?
¿Qué es lo más importante
para Jesucristo?
¿ En qué se fija?
¿Qué es lo que más le
llama la atención?
El Evangelio de hoy nos
lo dice:
Estaba Jesús sentado
frente al cepillo del Templo y observaba a la gente que echaba dinero.
Había algunos ricos que
daban mucho, grandes cantidades, La viuda rica en
generosidad (Lucas 21, 1-4) pero el Señor no hacía el menor comentario.
De pronto vio a una mujer
que se acercaba con el clásico atuendo de las viudas, con clara apariencia de
ser una mujer pobre, y llamó a los Apóstoles y les dijo:
¡Fijaos en esta mujer,
tomad nota de ella!
No les llamó para nada la
atención y les extrañó la advertencia del Maestro
Vieron que echaba dos
monedillas, unos céntimos
.
Pero, observaron que a
Jesús le brillaban los ojos de emoción;
esta mujer, les dijo, ha echado "TODO LO QUE TENÍA".
Y les explica: "Os
aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie. Porque los
demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado
todo lo que tenía".
¡Qué diferente es lo
importante para Dios y lo importante para nosotros! ¡Qué diferentes medidas!
A nosotros, a ti y a mí,
nos suele impresionar lo llamativo, lo grande, lo sorprendente. A Dios le
conmueven pequeños detalles de amor.
El amor es el que hace
importante lo pequeño.
Al Señor le encantan los
detalles, las cosas pequeñas hechas con amor. Sabe muy bien, que "el que
es fiel en lo poco, lo será en lo mucho" (Lc 16, 16).
Cuidemos, también, el
"apostolado de las cosas pequeñas",
sin que lo noten, con los que convivimos y trabajamos.
En ocasiones será poner
verdadero interés en lo que nos cuentan; otras, pasar por alto las
preocupaciones personales para atender a quienes conviven con nosotros; el no
enfadarnos por cosas sin importancia; no ser susceptibles; ser cordiales;
evitar toda crítica; ser siempre agradecidos; no quejarnos habitualmente de
nuestros problemas y de nuestros dolores; pedir a Dios por una persona
necesitada.
Si tú y yo nos decidimos
a poner por obra estos detalles haremos la vida feliz a los demás, seremos
nosotros felices, y a Dios le daremos auténtica alegría, como la viuda pobre
del Evangelio.
Jesús Mateo. Sacerdote
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Que Dios pague este esfuerzo diario y que Santa María la Virgen
no nos abandone nunca. Franja.
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Confeccionado por Franja.
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La viuda, rica en
generosidad
(Lucas 21, 1-4)
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