Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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Jesús Mateo es un
Sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente un lindo comentario del Evangelio, que vale
la pena meditarlo y también compartirlo,
además de con los sacerdotes, con los
seglares que lo soliciten.
Lo pongo también todos
los días en dos de mis Blogs católicos. Franja
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23 de Junio, martes de
2020
Comentario del evangelio: ¡QUÉ ESTRECHA ES LA PUERTA Y QUÉ ANGOSTO
EL CAMINO QUE LLEVA A LA VIDA! Y POCOS DAN CON ELLOS! (Mt 7, 6-14).
Quizás tú hayas pensado,
alguna vez, lo que uno preguntó a Jesús:
Señor, ¿son pocos los que
se salvan? (Lc 13, 23).
Antes de seguir adelante
te quiero preguntar.
Tú, ¿qué piensas? ¿Qué contestarías?
Quizás más de uno esté
pensando: Y, ¿tú qué opinas al respecto? ¿Son muchos o pocos los que se salvan?
¿Se salvan todos?
Lo primero que se me
ocurre decirte es que estoy de acuerdo con el dicho castellano:
(Palabras que San Ignacio recordó en París
a S. Francisco Javier, estudiante)
"Al final
de la jornada aquel que se salva sabe, y el que no no sabe nada".
Lo segundo es comentarte
que el que pudo contestarlo, y lo sabía no lo hizo. Los demás no lo sabemos.
Lo que sí es cierto es:
"Que Dios quiere que todos los hombres se salven"
(1 Tim 2, 4), y nos da
los medios necesarios para alcanzar la salvación eterna.
Jesucristo no dijo si
eran muchos o pocos los que se salvan.
Lo que sí dijo qué es lo
que hay que hacer para salvarse: "Esforzaos por entrar por la puerta
estrecha, porque muchos, os digo, intentarán entrar y no podrán".
Y el Señor exclamó:
"¡Qué angosta es la
puerta, y qué estrecha la senda que conduce a la vida, y qué pocos son los que
atinan con ella", como dice el Evangelio de hoy".
El Señor expresa esa
realidad de nuestra vida con la imagen de la puerta angosta.(Él es la puerta).
Para alcanzar el Cielo
hemos de luchar contra nuestros defectos.
No es nada fácil.
Encontramos en nuestro camino muchas dificultades y obstáculos.
Siempre tendremos
pasiones que nos tiran para abajo.
Sentimos en nuestro
cuerpo y en el alma el aguijón de la soberbia, de la sensualidad, de la
envidia, de la pereza.
Nuestra vida de
cristianos es milicia, guerra, una hermosísima guerra de paz y de amor. Y hemos
de luchar por alcanzar lo que es verdaderamente importante, el Cielo. Si no,
nada vale la pena.
Y no hay que desanimarse
por las caídas y miserias que podamos tener y tenemos. Las vidas de los santos
son como nuestras vidas: luchaban y ganaban, luchaban y perdían. Y, entonces,
contritos, volvían a la lucha.
Tenemos una única meta,
que es la llegada al Cielo. Y si no llegásemos al Cielo, nada habría valido la
pena.
¿Los medios para alcanzar
el Cielo? Oración, caridad, mortificación, frecuencia de Sacramentos, devoción a
la Virgen.
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague este esfuerzo diario y que Santa María la Virgen
no nos abandone nunca. Franja.
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Confeccionado por Franja.
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