"ALEGRAOS ESE DIA Y SALTAD DE GOZO, PORQUE VUESTRA RECOMPENSA SERÁ GRANDE EN EL CIELO". (Lc 6, 20-26)

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Como no me adorno con plumas ajenas digo todos los días lo mismo en el encabezamiento del blog, donde digo que es D. Jesús Mateo, un sacerdote de Valladolid el que me envía este lindo comentario, que vale la pena meditarlo y también compartirlo, además de con los sacerdotes, con  los seglares que lo soliciten.. Franja

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9 de septiembre, miércoles de 2020

Comentario del Evangelio: "ALEGRAOS ESE DIA Y SALTAD DE GOZO, PORQUE VUESTRA RECOMPENSA SERÁ GRANDE EN EL CIELO". (Lc 6, 20-26)

El Señor en el Evangelio de hoy nos habla de la felicidad verdadera.

Para ti, que lees y meditas el Evangelio, ¿dónde está la felicidad?

Te invito a que te detengas y lleves a la oración, y hasta lo escribas en tu agenda: ¿Qué cosas te hacen feliz? ¿Qué es lo que más buscas? ¿Qué es lo que más te preocupa?

¿Qué es lo que más pides a Dios cuando rezas y hablas con Él? ¿Dónde está, para tí, la felicidad?

Para muchas personas la felicidad está en la salud, en el dinero, en el placer, en el poder, en viajes, joyas, ropa, fama...en los aplausos...en los triunfos y alabanzas...

Así piensa el mundo...Dios mío, perdóname, pero así pienso yo muchas veces, a pesar de que tengo, ya, la experiencia de que ESTO no me hace feliz; que aquí no encuentro la verdadera alegría.

¿DÓNDE ESTÁ LA VERDADERA ALEGRÍA?

Sí, lo sé. (pero no lo vivo) ¡¡¡En el Señor!!! Nos hiciste, Señor, para Ti.

 Quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta. 

TODO LO DEMÁS ESTORBA Y SOBRA.

¿A quién llama Jesús bienaventurados, felices,dichosos?

AL QUE VIVE LAS BIENAVENTURANZAS

Y está claro que cuando el Señor habla de los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de corazón limpio, los pacíficos y los que padecen persecución por buscar la santidad, no indica personas distintas entre sí, sino que son como diversas exigencias de santidad dirigidas a quien quiere ser discípulo de Cristo; a tí y a mí

 

Señor, perdóname que te diga que me desconciertas; eres un revolucionario. Me invitas a cambiar por completo. Tengo que reconocer que mi mentalidad no se adapta a las Bienaventuranzas. Me puede el ambiente del mundo. Vivo un cristianismo flojo, tibio, sin exigencias.

Pero a pesar de lo dicho, yo quiero buscar de verdad la felicidad. Quiero aspirar a cosas grandes. No quiero ir tirando. Quiero ir contra corriente. Deseo tener un corazón grande.

Quiero vivir como un auténtico cristiano. Quiero ser feliz. Quiero ser santo. Haz un milagro conmigo:

QUE VIVA LAS BIENAVENTURANZAS.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que Dios pague este  esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos  abandone nunca. Que el Señor nos bendiga y nos guarde. Un abrazo.   Franja.

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Confeccionado por Franja.

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QUE VIVA LAS BIENAVENTURANZAS.