Jesús Mateo es un Sacerdote amigo de Valladolid, que me manda
diariamente un lindo comentario del
Evangelio. Pienso que vale la pena compartirlo con los sacerdotes y con los seglares que lo soliciten. Lo pongo todos
los días en dos de mis Blogs católicos. Franja
*☆●☆*
25 de octubre, Domingo de 2020.
Comentario del Evangelio: "AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO
TU CORAZÓN Y CON TODA TU ALMA Y CON TODA TU MENTE...Y AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO
A TI MISMO" (Mt 22, 34-40).
Hace unos años escribí, con motivo de la Navidad, para niños y
mayores, un librito que titulé “El Hijo que pudo elegir Madre" y en él
narraba "El Sueño que tuvo Dios-Hijo". En definitiva, contaba un
Ángel, Karol, que no era otro que Dios Hijo había soñado desde toda la
eternidad con tener una Madre..., y lo feliz que estaba cuando nació La Virgen,
su Madre. Se había cumplido su sueño.
Hoy, quiero pensar que Dios Padre también tuvo "su sueño". Soñó con crear al hombre con un doble fin: PARA AMAR Y PARA SER AMADO.
Dios, que es Amor, nos ha creado, para ser amados por Él; para
hacernos partícipes de su vida; para hacernos hijos suyos.
Ante esta verdad inimaginable, tan feliz y consoladora, me
pregunto contigo, ¿saber que Dios nos quiere tanto, y no nos hemos vuelto
locos?
¿Te puedes imaginar algo más grandioso y divino?
Comprendo lo que manifestaba y sentía aquel joven :...¡que soy hijo de Dios!, y me sorprendí por la calle, "engallado" el cuerpo y soberbio por dentro...¡hijo de Dios! (Cfr Camino n. 274). No es para menos: ¡¡¡DIOS ME AMA!!! Y Dios me ha creado para AMAR.
Para amarlo a Él y para amar con Él a todas las demás personas.
Por tanto, mi vida tiene un fin. Estoy en esta vida para AMAR. Primero
para amar a Dios.
Y para amarle sin peso ni medida: con todo el corazón, con toda
el alma, con todo el ser, con todas mis
fuerzas. (Sé que amo a Dios si cumplo su
Voluntad, si cumplo sus Mandamientos).
Toda la santidad y la perfección del alma consisten en el amor a
Dios, nuestro bien sumo.
¿No merece Dios todo nuestro amor?
Tú y yo queremos amarle así, pero reconocemos que somos
limitados y que necesitamos su gracia.
Le pedimos: ENSÉÑANOS A
AMAR.
Necesitamos recibir en nosotros la capacidad de amar que
proviene de Dios mismo. Sin su Gracia no podemos amar al prójimo como a
nosotros mismos, y mucho menos como nos ama Él. El amor a los otros como el
amor a uno mismo se fundamenta en el amor de Dios. La medida del amor al
prójimo está en el Evangelio según San
Juan:
"Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado". (Jn 15, 12).
Pídele, conmigo, a la Madre del Amor Hermoso que nos enseñe a
Amar.
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague este
esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca.
Que el Señor nos bendiga y nos guarde. Un abrazo. Franja.
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Confeccionado por Franja.
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Madre del Amor Hermoso
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