Comentario: "La parábola del Hijo Pródigo" (Lc 15, 1-3. 11-32).

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D. Jesús Mateo es un sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente  un lindo comentario del Evangelio. Pienso que vale la pena compartirlo con los sacerdotes y con  los seglares que lo soliciten. Lo pongo todos los días en tres de mis Blogs católicos. P. Franja

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27 de marzo domingo, 2022

Comentario: "La parábola del Hijo Pródigo" (Lc 15, 1-3. 11-32). 

Esta parábola es la perla de las parábolas. Es una preciosidad. Alguien ha afirmado que se la podría llamar la Parábola de la Misericordia de Dios- Padre.

¡Qué amor, qué ternura, qué delicadeza del padre! ¡Toda una maravilla! ¡Qué parábola tan bella y tan entrañable! Jesucristo, con amor infinito de Hijo, muestra la gran Misericordia del Padre hacia ti y hacia mí, tantas veces como hemos sido hijos pródigos o hijos envidiosos como el hijo mayor.

Meditemos con alegría y con agradecimiento que Dios no se cansa ni de esperar ni de perdonar. Siempre está con los brazos abiertos para el abrazo reconciliador. Es para volverse uno loco de alegría. Tengamos siempre presente, tú y yo, que "somos el hijo pródigo". Ojalá le imitemos en volver a la casa del Padre, arrepentidos de nuestros pecados, confesándolos y con el propósito de no volver a cometerlos. Y no olvidemos una cosa: Que Dios siempre nos está esperando con los brazos abiertos por muy graves que hayan sido nuestros pecados.

Te invito a meditar estas preciosas palabras del Papa hablando del Sacramento de la Confesión: "Cuando yo voy a confesarme es para sanarme, para curar mi alma, para salir con más salud espiritual, para pasar de la miseria a la misericordia.

El centro de la Confesión no son los pecados que decimos sino el amor divino que recibimos y que siempre necesitamos. El centro de la Confesión es Jesús que nos espera, que nos escucha y nos perdona. Recuerden esto: En el corazón de Dios estamos nosotros antes que nuestras equivocaciones.

Y recemos para que vivamos el Sacramento de la Reconciliación con renovada profundidad y para saborear el perdón en la infinita misericordia de Dios. Y recemos para que Dios de a su Iglesia sacerdotes misericordiosos y no torturadores".

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que Dios pague este  esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone  nunca con su esposo San José. Que el Señor nos bendiga y nos guarde. Un abrazo.   Franja.

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Confeccionado en el Blog de Franja

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