COMENTARIO:DICE JESÚS EN EL SERMÓN DE LA MONTAÑA "NO JUZGUÉIS Y NO OS JUZGARÁN" (Mt 7, 1-5).

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Comentario del Evangelio, que cada día D. Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid, me envía para que lo difunda en mis blogs. Y a mí me da mucha alegría el comentarlo en el Blog católico de Javier Olivares,  baionés jubilado de BAIONA.

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20 de Junio, lunes, de 2022

COMENTARIO:DICE JESÚS EN EL SERMÓN DE LA MONTAÑA "NO JUZGUÉIS Y NO OS JUZGARÁN" (Mt 7, 1-5).

El Evangelio de hoy es parte del Sermón de la Montaña. Como recordarás, es un Sermón lleno de exigencia.Lleva a la oración lo que nos dice hoy el Señor por boca de San Mateo: "No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?

¿Cómo puedes decirle a tu hermano: Déjame que te saque la mota del ojo teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota de tu hermano".

 

Como ves, este Evangelio es muy comprometido. ¡Qué bien nos conoce el Señor! Sabe muy bien de qué pasta estamos hechos. Somos capaces de ver una mota de polvo en el ojo del prójimo y no vemos la viga en el nuestro. Es decir, no pasamos un defecto a los demás. Lo vemos, lo criticamos y lo aumentamos y exageramos. En cambio, no vemos nuestros defectos, y si los vemos los disculpamos.

Continúa teniendo actualidad aquella fábula griega: "Llevamos sobre nuestros hombros unas alforjas con dos aberturas. En la abertura delante están los defectos ajenos y las virtudes propias; en la de la espalda, las virtudes de los demás y los defectos propios". Por eso vemos más rápidamente los defectos de los demás que los propios. ¡Qué difícil es reconocer  nuestros pecados!

¡Qué fácil nos resulta ver y juzgar los defectos del prójimo! Para no caer en este pecado es necesario hacer a diario el examen de conciencia. ¡Qué sano es saberse pecador!¡Qué insensato es pensar y decir: Yo no tengo pecados; soy mejor que los demás; no necesito pedir perdón a Dios ni confesarme. Tú y yo, ¿somos conscientes de nuestros pecados?¿Evitamos criticar los defectos de los demás?

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Para leer y compartir.

P. Franja.

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