A JESÚS le acompañaba una multitud llena de fervor que le aclamaba como Mesías. "AL ACERCARSE JESÚS A JERUSALÉN Y VER LA CIUDAD, LLORÓ SOBRE ELLA". (Lc 19, 41-44).

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D. Jesús Mateo me envía todos los días un comentario del EVANGELIO para editarlo en el Blog católico de Javier Olivares, baionés jubilado, Baiona. Lo hago con gran placer por el bien que hace su difusión por el formato de Blog. P. Franja

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17 de noviembre, jueves 2022

COMENTARIO: A JESÚS le acompañaba una multitud llena de fervor que le aclamaba como Mesías. "AL ACERCARSE JESÚS A JERUSALÉN Y VER LA CIUDAD, LLORÓ SOBRE ELLA". (Lc 19, 41-44).

 

¡Jesús lloró! Me impresiona ver a Jesús llorar. Me llega al alma. Me conmueve. ¿Por qué lloras, Señor? Sé por los Evangelios que bajabas por la vertiente occidental del monte de los Olivos dirigiéndote al Templo. Te acompañaba una multitud llena de fervor que te aclamaba como Mesías.

Viste y contemplaste la Ciudad de Jerusalén que se extendía a tus pies y comenzaste a llorar mientras decías: "Si conocieras tú también en este día lo que conduce a la paz. Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días  sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita".

 

Tus lágrimas, Jesús, están provocadas al ver lo que le va a ocurrir a Jerusalén por no reconocerte como Mesías. Yo me imagino a los Apóstoles desconcertados. Ven llorar al Maestro. Están impresionados. Todos le quieren consolar. Jesús está triste. Llora. En ese momento lloró, también, por ti y por mí. Lloró por nuestra falta de correspondencia a su gracia y a su amor y lloró por nuestros pecados.

Jesús lloró y llora por esta sociedad que lo rechaza y "no quiere que reine sobre ella". Vamos a "consolar" a Jesús con nuestro amor y cariño. Le pedimos perdón de nuestros pecados y hacemos el propósito de no volver a  cometerlos.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen con San José su castísimo esposo. Un abrazo.  P. Franja.

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