D. Jesús Mateo me envía todos los días un comentario del
EVANGELIO para editarlo en el Blog católico de Javier Olivares, baionés
jubilado, Baiona. Lo hago con gran placer por el bien que hace su difusión por
el formato de Blog. P. Franja
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10 de noviembre,
jueves de 2022
JESÚS DIJO: "EL REINO
DE DIOS ESTÁ EN MEDIO DE VOSOTROS" (Lc 17, 20-25).
En tiempos de Jesucristo se respiraba en el ambiente
que la venida del Mesías era inminente. Al Señor le piden su opinión sobre
la venida del Reino de Dios y les contesta diciendo: El Reino de Dios está en
medio de vosotros, está en vosotros. Es como una pequeña semilla que está
sembrada y crece sola, en el alma, con el tiempo.
Si vivimos en gracia de Dios, Él está en nuestra alma. Somos templos de Dios. El Espíritu Santo nos enseña sin ruidos de palabras. Nos habla en el interior de nuestra alma, en el silencio del corazón. Quizás nunca le hemos oído hablar, pero sentimos que está dentro de nosotros. Nos guía y nos inspira lo que debemos decir y hacer. Nos da y nos descubre nuevas luces en las que hasta entonces no nos habíamos fijado. Y muchas veces donde más abundantes son esas luces son en la vida ordinaria, en el trabajo, en el hogar, en el campo, en la naturaleza, por la calle, en la enfermedad, en la alegría, en la cruz.
Estoy convencido de que esto mismo te ha ocurrido a ti en infinidad de ocasiones. ¿Lo recuerdas? ¿Cuántas veces has notado grandes deseos de ser mejor? ¿Cuántas veces te has arrepentido de tus pecados? Ese es el Reino de Dios, es la voz de Dios que está en tu interior. Esa es la gracia de Dios. Es un misterio. Es algo interior. Es un tesoro. Cultiva "ese huerto", esa gracia de Dios. Manténla viva. Te ayudará a tener los mismos sentimientos de Cristo.
Habla con Él, que está en ti, que está contigo Pon tus ojos
en Jesús como los tendría la Virgen en su Hijo. Ten una relación personalísima
con Él que por la gracia de Dios está en tu vida y en tu corazón. Conecta con Él.
Jesús Mateo.
Sacerdote.
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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la
Virgen con San José su castísimo esposo. Un abrazo. P. Franja.
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