El Señor no vino a abolir la Ley y los Profetas, "HE VENIDO A DAR CUMPLIMIENTO A LA LEY" (Mt 5, 17-19).

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D. Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid me  envía el Comentario del Evangelio de cada día,  y yo con gran placer lo edito en mis blogs católicos de difusión. Sé que hay muchas entradas porque muchos lo reciben y comparten para ayudarse en su tiempo de oración.

P. Javier Olivares.

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14 de junio, miércoles 2023

El Señor no vino a abolir la Ley y los Profetas, "HE VENIDO A DAR CUMPLIMIENTO A LA LEY" (Mt 5, 17-19).

El Señor no vino a abolir la Ley y los Profetas, sino a dar plenitud. Sabemos que Dios entregó a Moisés la Ley y pidió su cumplimiento por medio del mismo Moisés y de los Profetas. A lo largo del Antiguo Testamento vemos que el Pueblo de Dios en muchas ocasiones se aparta de su Creador y peca gravemente olvidándose y renegando de su Dios.

¿Cómo esto es posible? ¿El hombre puede pecar y rebelarse contra su Creador? Sí. Es posible porque Dios creó libre al hombre; libre para amar a Dios y libre para ofenderle. Le dio plena libertad. Diríamos que Dios se la "jugó" dando al hombre el don y el atributo sublime de la libertad, la libertad de los hijos de Dios. Somos libres, no esclavos. Es un regalo de Dios, y libremente, sin coacción alguna, me decido por Dios.

 

Este es el dilema de nuestra vida, o hijos de Dios o esclavos de la soberbia, del egoísmo.  Siempre queda en manos del hombre la decisión de optar por el bien o por el mal. Es impresionante el don de la libertad. Como dice San Agustín, el que te creó sin ti, no te salvará sin ti. Dios respeta nuestra libertad. Somos libres para hacer el bien o el mal. Por supuesto que Dios nos da la gracia para hacer el bien y para evitar el mal, el pecado. Además Dios no pide cosas imposibles de cumplir; si pidiera cosas imposibles de cumplir no sería justo, y sabemos que Dios es infinitamente justo.

Damos gracias a Dios porque nos ha dado este gran don de la libertad, y le pedimos su ayuda, su gracia, para que usemos  siempre bien el gran don de la libertad.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo.

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