Baúles artesanos
Es una coincidencia el que en el día de San José me encuentre esta anécdota sacada del blog católico de Javier. Pienso ponerla en nuestro blog al pasar la fiesta, para que la gente no se distraiga y lea primero de San José, porque es el Santo, que después de la Virgen Santísima, ha tenido más protagonismo en la historia de Nuestra Salvación, aunque no se haya notado demasiado en el Evangelio...solo lo justito. Por eso, pasada la fiesta, espero que leas esta anécdota de "Las gafas", que me figura hará brotar alguna lágrima, o por lo menos una emoción interior, al ver cómo Dios interviene hasta en los sucesos más pequeños y menos importantes de nuestra vida.
Franja.
Mi abuelo amaba la vida - especialmente cuando podía gastarle una broma a alguien. Hasta que un frío domingo en Chicago, mi abuelo pensó que Dios le había jugado una broma. Entonces no le causó mucha gracia. Él era carpintero. Ese día en particular, había estado en la Iglesia haciendo unos baúles de madera para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato a China. Cuando regresaba a su casa, metió la mano en el bolsillo de su camisa para sacar sus gafas, pero no estaban ahí. Él estaba seguro de haberlas puesto ahí esa mañana, así que regresó a la Iglesia. Las buscó, pero no las encontró. Entonces se dio cuenta de que las gafas se habían caído del bolsillo de su camisa, sin él darse cuenta, mientras trabajaba en los baúles que ya había cerrado y empaquetado. ¡Sus nuevas gafas iban camino de China!. La Gran Depresión estaba en su apogeo y mi abuelo tenia 6 hijos. Él se había gastado 20 dólares en esas gafas.
"No es justo" le dijo a Dios mientras conducía frustrado de regreso a su casa. "Yo he hecho una obra buena donando mi tiempo y dinero y ahora esto".Varios meses después, el Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Quería visitar todas las Iglesias que lo habían ayudado cuando estaba en China, así que llegó un domingo por la tarde a la pequeña Iglesia a donde mi abuelo asistía a la Santa Misa en Chicago. Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de costumbre. El misionero empezó por agradecer a la gente por su bondad al apoyar al orfelinato con sus donaciones. "Pero más que nada", dijo "debo agradecerles por las gafas que mandaron.
Verán, los comunistas habían entrado al orfelinato, destruyendo todo lo que teníamos, incluyendo mis gafas. ¡Estaba desesperado! Aún y cuando tuviera el dinero para comprar otras, no había donde. Además de no poder ver bien, todos los días tenía fuertes dolores de cabeza, así que mis compañeros y yo estuvimos pidiendo mucho a Dios por esto. Entonces llegaron sus donaciones. Cuando mis compañeros sacaron todo, encontraron unas gafas encima de una de las cajas".
El misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que todos digirieran sus palabras. Luego, aún maravillado, continuó: "Amigos, cuando me puse las gafas, eran como si las hubieran mandado hacer justo para mí!, ¡Quiero agradecerles por ser parte de esto!". Todas las personas escucharon, y estaban contentos por las gafas milagrosas. Pero el misionero debió haberse confundido de Iglesia, pensaron. No había ningunas gafas en la lista de productos que habían enviado a China.
Pero sentado atrás en silencio, con lágrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de que el Carpintero Maestro lo había utilizado de una manera extraordinaria.
Y un enlace,
para que practiques bricolaje
y seas capaz de hacerte un baúl
:http://bricolaje.facilisimo.com/reportajes/carpinteria/muebles-de-madera/como-hacer-un-baul-de-madera_190365.html
Y mientras haces otra cosa podías escuchar
esta maravilla de concierto:
Hay que reconocer que
esta joven violinista japonesa,
si sigue tocando con este virtuosismo,
será recordada en la posteridad.
Su nombre:
Sayaka Shoji
Y mientras haces otra cosa podías escuchar
esta maravilla de concierto:
Tchaikovsky : Violin Concerto in D major op.35
Hay que reconocer que
esta joven violinista japonesa,
si sigue tocando con este virtuosismo,
será recordada en la posteridad.
Su nombre:
Sayaka Shoji
El Monje y el Turista
¿Quién renuncia a mas?
¿Quién renuncia a mas?
Un turista se encuentra con un monje en meditación y queda impresionado por la felicidad y la paz que le inspira. El turista le pregunta: "¿Cómo es que Ud. que ha renunciado a todo en el mundo, está en paz y feliz como si lo tuviera todo?, ¿En qué radica su capacidad de renuncia?"
El Monje se sonrió y dijo: "También yo me asombro de la capacidad de renuncia de los hombres del mundo. Pues yo solo renuncio a cosas perecederas por tesoros de valor infinito, mientras ellos renuncian a lo infinito por cosas perecederas.
El Monje se sonrió y dijo: "También yo me asombro de la capacidad de renuncia de los hombres del mundo. Pues yo solo renuncio a cosas perecederas por tesoros de valor infinito, mientras ellos renuncian a lo infinito por cosas perecederas.
Medita:
Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Mateo 16,26
Dijo a sus discípulos: «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis: porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido; fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! -Lucas 12,22-24
Dijo a sus discípulos: «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis: porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido; fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! -Lucas 12,22-24
Si, pues, tu mano o tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado
en el fuego eterno.
-Mateo 18,8
-Mateo 18,8
y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Marcos 12,33
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