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martes, 31 de julio de 2012

Cinco carteles


Cinco carteles.
Una anécdota al alcance
 de todos los bolsillos,
digo de todos las edades,
 de todas las posibilidades, 
de todos los gustos,
 pero de toda importancia
 para no tomarlo a broma.
 Atención pues hermanos, 
porque el tiempo pasa 
y después... es demasiado tarde!.
Franja
      Cinco carteles estaban a la puerta
 de un templo parroquial.
 El primer cartel mostraba a un niño gordito,
 de esos que anuncian alimentos para bebés,
  chucherías y patatas fritas, debajo habían escrito: 
“Demasiado joven para amar a Dios”.
El segundo presentaba a una pareja 
de “palomos” recién casados dándose un besito; 
el correspondiente letrero avisaba:
 “Demasiado felices para amar a Dios”.
 
Le seguía un tercero: una ejecutiva
 rodeado de teléfonos
 y con cara de desarrollar una tarea febril;
debajo habían escrito: 
“Demasiado ocupada para amar a Dios”.
 A continuación, un ricachón gordo,
 con los dedos de las manos llenos 
de relucientes anillos de oro y pedrería,
 un habano en la boca, 
en el momento de descender de un cochazo de lujo;
debajo estaba escrito:
 “Demasiado seguro de sí mismo para amar a Dios”.
 Y finalizaba la serie con una sepultura;
y debajo estaba escrito en rojo: 
“Demasiado tarde para amar a Dios”.
Confeccionado por 
Franja
Y ahora una anécdota ejemplar:
            EN UN SUEÑO
La princesa Palatina, inmortalizada por la elocuencia de Bossuet, solía reírse de la fe católica. No podía reprimir su desdén cuando se hablaba de los misterios de la fe; le parecían tonterías de gente simple y crédula. Decía: 
Sería para mí el mayor de los milagros 
hacerme creer el cristianismo.
Pero el milagro ocurrió. Fue en medio de un sueño misterioso, en que se le apareció un ciego que creía en la luz del sol por efecto de su calor. De ahí dedujo que hay cosas muy excelentes y admirables que se escapan a nuestra vista, y que no por eso dejan de ser verdaderas y dignas de desearse, aun cuando no se puedan comprender ni imaginar. En aquel momento experimentó lo que soñaba. Tuvo una luz repentina, y sintió en su corazón el gozo de la fe. A partir de entonces le fue fácil creer todo. Se emocionaba cuando leía algo acerca de la religión. Y escribió: «El misterio del amor infinito que reside en nuestros altares, y que tenía por increíble, era lo que más me conmovía. 
Me parecía sentir la presencia real de Nuestro Señor, casi como se sienten las cosas visibles y de las que no se puede dudar». Y concluía: «Desde que Dios quiso infundirme en el corazón que su amor es la causa de todo lo que creemos, esa respuesta me persuade más que todos los argumentos».
Cfr. C. Ortúzar, El catecismo explicado con ejemplos

sábado, 28 de julio de 2012

Los efectos de un cántico

Los efectos de un cántico 
 Autor: Desconocido

LA ÚLTIMA CIMA
película sobre 
Pablo Domínguez.
Mas abajo verás la 
concordancia. 
Conversión?  
Una noche clara y serena, subía un vaporcito (tren) la corriente del Potomac, e América del norte. La naturaleza estaba en calma, y sólo el ruido de la máquina de vapor quebrantaba en silencio de la noche.
-Cantad alguna cosa, señor Sankey, -dijeron algunas personas al célebre compañero de Moody, que estaba a bordo.
-¿Cantar? –Respondió Sankey- .
-No sé más que himnos.
-Pues bien, un himno, por favor
-dijeron todos.
Sankey, se arrimó a la gran chimenea, se quitó el sombrero, y concentrándose algunos segundos en pie, comenzó a elevar un canto precioso.
Su voz se elevaba pura, espléndida, emocionante; una de estas voces cuyos acentos deben llegar hasta el trono de Dios. Había escogido el popular cántico “Jesús, sé mi fortaleza”.
El silencio era profundo y cuando se extinguió la nota final del himno, todos los creyentes estaban estáticos bajo la impresión del cántico.
De repente, de la extremidad del vapor, un hombre tostado por los rayos del sol, con aspecto de bandido se adelantaba hacia Sankey, y con voz entrecortada, sobrecogido le dice:
-¿sirvió usted en el ejército del sur? (Aludía a la guerra entre el Norte y el Sur de los Estados Unidos, en los años 1861 a1865.)
-Sí -respondió Sankey.
-¿Estuvo usted en tal batallón y en tal regimiento?
-Si, si, pero ¿porqué estas preguntas?
-Escuche usted.
¿No estuvo usted en los puestos avanzados en la noche del plenilunio de mayo de 186…?
-Sí allí estuve, me acuerdo perfectamente.
-Y yo también, dijo el hombre de Tez bronceada. Aquella noche fue para mí la más extraordinaria, la más memorable de mi vida, y de la de usted también señor, a pesar que no sabe nada a su respecto.
Yo servía como usted en esa guerra, en el ejército del Norte, enemigo vuestro. Estaba yo en los puestos de avanzada aquella noche, cuando al resplandor de la luna vi a un hombre, un enemigo. -¡Ah, ah, joven –dije-. Tú por lo menos no escapas! ¡Pobre hombre, no tiene más que segundos de vida! Tenía su cabeza descubierta y yo me ocultaba en la sombra. Mis dedos ya se posaban en el gatillo…
El bulto hizo movimiento, levantó sus ojos fijándose en una maqueña estrella que brillaba en el cielo, y empezó a cantar… ¡Qué queréis! Cada uno tiene sus flaquezas, la mía es gustarme apasionadamente la música.
-¡Oh, qué voz diabólicamente bella tiene este condenado! Dejémosle vivir dos o tres minutos -dije para mí- y siguió cantando: Jesús, sé mi fortaleza.
Cuando llegó a la segunda estrofa, noté que algo me sujetaba; yo no sé lo que fue, pues nunca sentí cosa igual; yo estaba perturbado.
Debo decirle a usted que cuando era niño mi madre me cantaba este cántico. Ella murió muy joven, si hubiese vivido más tiempo, yo sería otro hombre. Y he aquí en aquel momento, durante aquella noche de luna llena, repentinamente sentí como un beso en mi frente, como en los tiempos que era niño. Esto me toco el corazón. En su espíritu, pensé, ella está aquí, ha venido para impedirme que tirara sobre este creyente, este hijo de otra madre, ahora expuesto al cañón de mi fusil. Hubo aún más; una voz me decía con fuerza: “Este Jesús debe ser fuerte y poderoso para salvar a este hombre de la muerte tan segura”.
Y cuando le he visto a usted ahora, como en aquella noche, con la cabeza descubierta, al resplandor de la luna cuando he oído el cántico, el cántico de mi madre, mi corazón se ha enternecido.
La primera vez quedé bien impresionado; ahora estoy enteramente decidido. ¿Quiere usted ayudarme a encontrar a este Jesús que es tan poderoso, y que le ha enviado dos veces acerca de mí, sin duda para hacerme cambiar de camino?
Sankey abrió los brazos y los dos hombres se abrasaron temblando de emoción.
El canto de un himno salvó la vida de un hombre 
y cambió la vida de otro.
¿Verdad que os ha gustado?
Pues a pasarlo.
Franja.

Y si queréis ver la película de "La Ultima Cima"
ahí va el enlace.
http://youtu.be/ChrDJWLFIj0
 Pongo solo en enlace para no cargar el blog
 y sea más fácil el manejo de los temas.
 Gracias a esta película, 
algunos que la vieron se plantearon la vocación. 
A uno le convirtió el canto de un marinero.
 A otros la vida de un sacerdote
 al que le gustaban las alturas, 
Franja.

viernes, 27 de julio de 2012

Una gran maestra. Una gran lección.

Una gran maestra.  Una gran lección. 
Si leéis con calma y atención, me daréis las gracias por traeros este ejemplo aleccionador para nuestros chicos y también para los que tienen el oficio y la vocación de enseñar.
La maestra Silvia
Su nombre es Silvia, maestra de 5º grado, el primer día de clase lo inició diciendo a los niños una mentira.
Ella miró a sus alumnos y les dijo: Los quiero a todos por igual. 
Pero ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba Carlitos. 
Silvia había observado a Carlitos desde el año anterior, había notado que era diferente a los demás niños, no jugaba, su ropa estaba siempre descuidada y por su aspecto necesitaba darse un buen baño.
Carlitos comenzó a ser desagradable, la maestra comenzó a marginarlo y al más pequeño error en sus tareas, sin contemplación lo corregía.
En la escuela había una norma. Los maestros debían revisar el historial de cada uno de sus alumnos, pero Silvia dejó el expediente de Carlitos para el final. Cuando lo revisó, se llevó una gran sorpresa. La maestra de primer grado había escrito: Carlitos, es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de manera eficiente y tiene muy buenos modales, es un placer tenerlo en clase.
Su maestra de segundo grado escribió: Carlitos, es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se le nota preocupado y triste por la grave enfermedad que está sufriendo su madre. Creo que debe ser muy difícil, para un niño de su edad.
La maestra de tercer grado escribió: Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él, se esfuerza en hacer lo mejor, pero su padre no muestra mucho interés, considero que se deberían tomar ciertas medidas para que no afecte al desarrollo del niño y a su carácter.
Su profesora de cuarto grado escribió: Carlitos se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase.
Al leer el expediente de Carlitos, Silvia se dio cuenta del mal que estaba haciendo al marginar y no tratar con amor a un niño con un problema tan grave y se sentía apenada y arrepentida por su actitud.
Pasó poco tiempo y muy pronto llegaría la Navidad. Los alumnos, como de costumbre, le trajeron sus regalos, envueltos en fino papel y grandes lazos, excepto el de Carlitos. Su regalo estaba dentro de una bolsa de papel.
A Silvia le dio pánico abrir ese regalo en medio de los otros niños, algunos se podían reír y otros se burlarían. Pero no tuvo más remedio que hacerlo. Dentro de la bolsa había un viejo brazalete y un frasco de perfume usado. Los niños empezaron a burlarse, pero ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era aquel brazalete mientras se lo probaba y lo mucho que le gustaba el perfume, mientras se ponía un poco de perfume en la mejilla.
Carlitos se sorprendió de la actitud de la maestra y se quedó hasta que todos se hubieran ido para decirle: Silvia, en el día de hoy usted es como mi mamá.
 Desde ese día, ella dedicó tiempo y amor a ese niño, que un tiempo atrás había dejado de lado.
Cuando llegó el final del curso escolar, Carlitos se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase. Por eso Silvia estaba emocionada y muy contenta…porque Carlitos se había convertido en su alumno más querido y preferido.

Carlitos...como esos
Un año después, ella recibió una carta de Carlitos, diciéndole que había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida. Seis años después recibió otra carta, diciéndole que había terminado sus estudios secundarios y que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
Pienso que sería así...
Cuatro años después, recibió otra carta que decía que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se mantuvo en la escuela y pronto se graduaría con los más altos honores.
Volvió a repetirle a Silvia que seguía siendo la mejor maestra que había tenido y que la admiraba.
el día de la graduación
Cuatro años después recibió otra carta, en esta ocasión le contaba que había  terminado sus estudios en la Facultad de Derecho y continuaba la carta diciendo las mismas palabras que las anteriores, que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita. Pero más adelante en la carta le contaba que su padre había fallecido y también que iba a casarse.
así nos podemos hacer una idea...
 Le preguntó si le gustaría ocupar en su boda el lugar que normalmente es reservado para la madre del novio y Silvia aceptó.
El día de la boda, se presentó vestida como una reina, con el viejo brazalete en su muñeca y perfumada con el recuerdo que conservaba, desde aquella Navidad. Carlitos emocionado la abrazó, le dio un beso y le susurró al oído: Gracias Silvia por creer en mí, gracias por haberme hecho sentir la diferencia y por ayudarme en el momento más difícil de mi vida.
Silvia con lágrimas en los ojos, le dijo: Te equivocas, tú fuiste el que me enseñó a mí, yo puedo hacer la diferencia. Aprendí a ser verdaderamente una maestra, cuando te conocí.
Enseña a sentir la diferencia, muestra tu amor a alguien que tenga necesidades. Seguro que ahora mismo, a tu lado hay alguien que está sufriendo. 
“Los Ángeles son los que levantan nuestros pies de la tierra, cuando nuestras alas han olvidado cómo volar”
Supongo que más de uno/a le habrá emocionado.
Al que lo ha puesto le ha hecho pensar en muchos niños no van adelante, porque tienen problemas familiares y a veces por nuestro egoísmo o por nuestra indiferencia no les ayudamos...como la maestra Silvia.
Franja.

miércoles, 25 de julio de 2012

San Joaquín y Santa Ana


Los padres de la Virgen María, 
los abuelos de Jesús:
 San Joaquín y Santa Ana
 Para conocerlos mejor
Preparáis la venida de Cristo
_acogiendo / de Dios a María, / 
oh Joaquín y Ana, 
/ y nos la_ofreciendo /
 cual de_él su_Arca Santa. 
/ Pues la vida le disteis, os lo_agradecemos.

1. Oh cuál Dios disponía
 / todo_en vuestra_existencia; 
/ en saber y virtudes, /
 cuán grande_el crecer. 
/ Ordenaba Dios todo 
 dignos padres que fueseis 
/ de la que digna Madre 
/ del Dios-Hombre_iba_a ser.

2. Ana,_en hebreo, suena: 
/ «gracia,_amor, oración». /
 De María la madre 
/ todo_eso_encarnó. /
 Del misterio testigo / de la Inmaculada, 
/ dice, cual ella luego: /
 «Dios gran obra_en mí_obró».

3. El Reino de los Cielos, 
/ cual tesoro_y cual perla, 
/ se_encontraba_escondido /
 allá_en Nazaret. /
 Pues María, que_es hija / de Joaquín y de Ana, /
 se prepara_al anuncio /
 que_ha de darle Gabriel.

4. María, por sus padres 
 educada_en el culto 
/ de lo que Dios hablaba, 
/ sin par lo_asumió /
 leyendo_y meditando /
 la Sagrada_Escritura; /
 por lo que_en su “Magníficat” /
 de_ello muy se sirvió[i].

 Un vídeo
para los niños y grandes:

[i] Cf Juan Pablo II,  Ángelus 25‑7‑1999 (ge sp fr en it po): «Mañana la liturgia celebrará la memoria de san Joaquín y santa Ana, a quienes la tradición, que se remonta al evangelio apócrifo de Santiago, venera como padres de la santísima Virgen María (…). En el umbral del Nuevo Testamento, precisamente san Joaquín y santa Ana preparan la venida del Mesías, acogiendo a María como don de Dios y ofreciéndola al mundo como inmaculada “arca de la salvación”».

Audiencia general 26‑7‑1995 (sp it), palabras en checo: «Ana, en hebreo, significa “gracia, amor, oración”. La madre de María, santa Ana, es la encarnación de todo esto. Además, su “genio femenino” es testigo del misterio de la inmaculada concepción de la Virgen María. También santa Ana podía decir con razón: “El Poderoso ha hecho obras grandes en mí”. Y a las mujeres de hoy dice que el Señor quiere hacer grandes cosas en las que, como ella, sepan creer, amar y servir, sabiendo que servir a Dios es reinar».

Ángelus 26‑7‑1981 (sp it po): «En este día la Iglesia recuerda a los Santos Joaquín y Ana, padres de María de Nazaret. Por eso, el primer sentimiento que aflora en nuestros corazones es un sentimiento de gratitud hacia aquellos que dieron la vida a la Madre de Dios (…). A semejanza de un tesoro o de una perla de gran valor (cf Mt 13, 44‑45), el Reino de Dios –el Reino de los cielos– se encontraba escondido en aquella casa de Nazaret, en la que María, hija de Joaquín y Ana, se preparaba al momento de la Anunciación».

Audiencia general 13‑6‑1990 (sp it): «Del alma de María brota un canto de júbilo, el Magníficat, en el que también ella expresa su alegría: “Exultó mi espíritu en Dios mi Salvador” (Lc 1, 47). Educada como estaba en el culto de la palabra de Dios, conocida mediante la lectura y la meditación de la Sagrada Escritura, María en aquel momento sintió que subían de lo más hondo de su alma los versos del cántico de Ana, madre de Samuel (cf 1S 2, 1‑10), y de otros pasajes del Antiguo Testamento, para dar expresión a los sentimientos de la “hija de Sión”, que en ella encontraba la más alta realización. Y eso lo comprendió muy bien el evangelista Lucas gracias a las confidencias que directa o indirectamente recibió de María. Entre estas confidencias debió de estar la de la alegría que unió a las dos madres en aquel encuentro, como fruto del amor que vibraba en sus corazones. Se trataba del Espíritu-Amor trinitario, que se revelaba en los umbrales de la “plenitud de los tiempos” (Ga 4, 4)».
Una trabajo de Fr. Gregorio Cortázar Vinuesa

De ti depende. Solo hacia Dios todas las cosas son grandes



Solo hacia Dios todas las cosas son grandes
 De ti depend
Unos obreros estaban picando piedras frente a un enorme edificio en construcción.
Se acercó un visitante a uno de los obreros y le preguntó:



-¿Qué están haciendo ustedes aquí?
El obrero lo miró con dureza y le respondió:
-¿Acaso usted está ciego para no ver lo que hacemos? Aquí, picando piedras como esclavos por un sueldo miserable y sin el menor reconocimiento. Vea usted aquel cartel: Allá ponen los nombres de Ingenieros, Arquitectos, pero no ponen los nuestros, que somos los que trabajamos duro y dejamos en la obra el pellejo.


El visitante se acercó entonces a otro obrero y le preguntó lo mismo.
-Aquí, como usted bien puede ver, picando piedras para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos.
Se acercó el visitante a un tercer obrero y una vez más le preguntó lo que estaba haciendo. El hombre le contestó con gran entusiasmo:
-Estamos levantando un Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio de Dios para los hombres. Yo no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria aventura.


El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento; una misma realidad. Tres maneras distintas de vivirla: como esclavitud; como resignación; como pasión, aventura y desafío. 
Un gran edificio en obra
Y tú, ¿Qué estás construyendo?
¿Con qué actitud estás construyendo tu familia? ¿Qué visión estás impartiendo a tus hijos sobre la vida? ¿Cómo estás asumiendo tu papel en los grupos sociales de los cuales formas parte?
Vivir con ilusión, convertir el trabajo en una fiesta, sentirnos parte de grandes obras... ¡De ti depende! 
Curiosidades del mundo antiguo. 
Obras construidas por el trabajo del hombre
¿Mirando hacia Dios?
A estas fechas son casi edificios enanos comparados con los de la actualidad.
En esa fecha, -1884- eran los más altos del mundo. 

Un bonito diagrama del año 1884 que recopilaba los 77 edificios más altos de aquella época . La altura está expresada en pies (divide el valor entre 3,3 para conocerla en metros) y el color del edificio indicaba el material principal con el que estaba construido: rosado para ladrillo; color piedra para la piedra; rosa para el granito; púrpura para el bronce el cobre o el plomo; amarillo para el oro —aunque lo cierto es que no resulta del todo fácil distinguir los colores.

los más altos en la actualidad.
Mira estas
Catedrales
Edificados mirando hacia Dios, 
aunque a algunos les duela...
Santiago de Compostela 
León 
Otra fachada de León 
La dama de las catedrales. Segovia 
Barcelona, Sagrada Familia y Gaudí 
La más grande de España...Sevilla 
La majestuosa Catedral Primada...Toledo
en este enlace encontraréis las maravillosas catedrales de España:

lunes, 23 de julio de 2012

El vendedor de globos,

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona


Un cuento dedicado a los niños
 de Mamá Brasanar.
Para que se lo haga ver
 y disfruten aprendiendo


Hola, mi nombre no importa, lo que importa es quien es el autor de estos cuentos, seguro que lo conoces,  se llama Mamerto Menapace  Y es un cura que escribe libros muy hermosos,  ¿Puedo recomendar uno?

 "El paso y la espera" 

Son pequeñas historias, pero que el valor se encuentra cuando se leen todas juntas, es por eso que no mando  ninguna de esas.  Bueno, este cuento lo saqué de su libro  "Con Corazón de niño"y se llama:

El vendedor de globos

Un vendedor de globos de cualquier lugar 

Una vez había una gran fiesta en un pueblo. Toda la gente había dejado sus trabajos y ocupaciones de cada día para reunirse en la plaza principal, en donde estaban los juegos y los puestitos de venta de cuanta cosa linda una pudiera imaginarse.

Los niños eran quienes gozaban con aquellos festejos populares. Había venido de lejos todo un circo, con payasos y equilibristas, con animales amaestrados y domadores que les hacían hacer pruebas y cabriolas. También se habían acercado hasta el pueblo toda clase de vendedores, que ofrecían golosinas, alimentos y juguetes para que los chicos gastaran allí  los pesos, que sus padres o padrinos les habían regalado con objeto de sus cumpleaños, o pagándoles trabajitos extras.


otro vendedor de globos de cualquier lugar

Entre todas estas personas había un vendedor de globos. Los tenía de todos los colores y formas. Había algunos que se distinguían por su tamaño. Otros eran bonitos porque imitaban a algún animal conocido, o extraño. Grandes, chicos, vistosos o raros, todos los globos eran originales y ninguno se parecía al otro.


globos de muchas formas

 Sin embargo, eran pocas las personas que se acercaban a mirarlos, y menos aún los que pedían para comprar algunos.

un globo-admiración de los niños.

Pero se trataba de un gran vendedor. Por eso, en un momento en que toda la gente estaba ocupada en curiosear y detenerse, hizo algo extraño. Tomó uno de sus mejores globos y lo soltó. 
Como estaba lleno de aire muy liviano, el globo comenzó a elevarse rápidamente y pronto estuvo por encima de todo lo que había en la plaza. 
El cielo estaba clarito, y el sol radiante de la mañana iluminaba aquel globo que trepaba y trepaba, rumbo hacia el cielo, empujado lentamente hacia el oeste por el viento quieto de aquella hora. 
El primer niño gritó:

-¡Mira mamá un globo!



Inmediatamente fueron varios más que lo vieron y lo señalaron a sus chicos o a sus más cercanos. Para entonces, el vendedor ya había soltado un nuevo globo de otro color y tamaño mucho más grande. 
Esto hizo que prácticamente todo el mundo dejara de mirar lo que estaba haciendo, y se pusiera a contemplar aquel sencillo y magnífico espectáculo de ver como un globo perseguía al otro en su subida al cielo.


Más globos, para admiración de niños y no tan niños

Para completar la cosa, el vendedor soltó dos globos con los mejores colores que tenía, pero atados juntos. 
Con esto consiguió que una tropilla de niños pequeños lo rodeara, y pidiera a gritos que su papá o su mamá  le comprara  un globo como aquellos que estaban subiendo y subiendo. 
Al gastar gratuitamente algunos de sus mejores globos, consiguió que la gente le valorara todos los que aún le quedaban, y que eran muchos. 

más globos de colores

Porque realmente tenía globos de todas formas,tamaños y colores. En poco tiempo ya eran muchísimos los niños que se paseaban con ellos, y hasta había alguno que imitando lo que viera, había dejado que el suyo trepara en libertad por el aire.

el vendedor le ofreció un globo

Había allí cerca un niño negro, que con dos lagrimones en los ojos,
miraba con tristeza todo aquello. Parecía como si un honda angustia se hubiera apoderado de él. El vendedor, que era un buen hombre, se dio cuenta de ello y llamándole le ofreció un globo. El pequeño movió la cabeza negativamente, y se rehusó a tomarlo.

-Te lo regalo, pequeño-le dijo el hombre con cariño, insistiéndole

para que lo tomara.

Pero el niño negro, de pelo corto y ensortijado, con dos grandes ojos tristes, hizo nuevamente un ademán negativo rehusando aceptar lo que se le estaba ofreciendo. 

Extrañado el buen hombre le preguntó al pequeño que era entonces lo que lo entristecía. Y el negrito le contestó, en forma de pregunta:


el globo negro

-Señor, si usted suelta ese globo negro que tiene ahí ¿Será que sube tan alto como los otros globos de colores?

Entonces el vendedor entendió. Tomó un hermoso globo negro, que nadie había comprado, y desatándolo se lo entregó al pequeño, mientras le decía:


-Hace vos mismo la prueba. Soltalo y verás como también tu globo sube igual que todos los demás.




Con ansiedad y esperanza, el negrito soltó lo que había recibido, y
su alegría fue inmensa al ver que también el suyo trepaba velozmente lo mismo que habían hecho los demás globos. Se puso a bailar, a palmotear, a reírse de puro contento y felicidad.

Entonces el vendedor, mirándolo a los ojos y acariciando su cabecita enrulada, le dijo con cariño:
-Mira pequeño...Mira pequeño, lo que hace subir a los globos no es la forma ni el color, sino lo que tiene adentro.
*****

Espero que el cuento haya gustado, y gracias por la página de cuentos que entretienen y ayudan a hacer más profundo el corazón.
                      Mucha Suerte...Yo.
                                   
Os ruego que recordéis:

 "lo que hace subir a los globos
 no es la forma ni el color,
 sino lo que tiene adentro" 

Y nosotros...
¿queremos subir, o nos contentamos 
con estar atados a un hilo,
 a veces tan pequeño, 
que no somos incapaces de ganar altura?

A pensarlo, porque nos comportaremos 
como aves de corral, 
cuando podemos subir como las águilas 
y mirar fijamente al mismo Sol.
Franja.

Y ahora puedes escuchar el cuento
 con música: