Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
MUY INGENIOSO EL TESTIGO DE JEHOVÁ
LEAN POR FAVOR!
CONOCERÉIS SUS ARGUMENTOS
Diálogo entre un católico y un
testigo de Jehová sobre la verdadera Iglesia de Cristo
Respuestas para nuestros hermanos separados - Capítulo 2
Respuestas para nuestros hermanos separados - Capítulo 2
Estas publicaciones buscan
contribuir a que lleguemos a la unidad deseada por Cristo: ¡Qué todos sean uno!
Por: P. Flaviano Amatulli Valente | Fuente: Apóstoles de la Palabra
Desde el Justo Abel!!
Testigo de Jehová: Nosotros,
los testigos de Jehová, somos mucho más antiguos que ustedes los católicos,
porque nuestra organización existe desde el justo Abel. En realidad la Biblia
afirma que Abel fue "justo" y "testigo" (Heb 11,4).
Católico: Una cosa
es afirmar que Abel fue "justo" y "testigo" y otra cosa es
afirmar que perteneció a la organización de los "Testigos de Jehová".
En realidad, se demuestra históricamente que la organización de los
"Testigos de Jehová" empezó en el siglo pasado, el año 1874, con
Charles Taze Russell.
Al principio se llamaban
estudiantes de la Biblia o russelistas. Solamente en el año de 1931 se
empezaron a llamar "Testigos de Jehová".
Si Abel perteneció a la
organización de los Testigos de Jehová, entonces ¿quién fundó esta
organización?
Testigo de Jehová: La
organización de los Testigos de Jehová fue fundada por Jehová personalmente
cuando empezó el mundo.
Católico: ¿Tienes
alguna otra cita bíblica que comprueba esto?
Testigo de Jehová: !¿¡?...
Católico: Y cuando
Abel fue asesinado, ¿quién quedó al frente de esta organización? ¿Acaso fue
Caín?
Testigo de Jehová: !¿¡?...
Católico: ¿Viste
que te tomaron el pelo tus jefes, al decirte que la organización de los
Testigos de Jehová empezó desde la creación del mundo?
Profeta Isaías
Testigo de Jehová: De
todos modos, desde antes de Cristo ya existía nuestra organización. Mira lo que
está escrito en Isaías, capítulo 43, versículo 10: " Ustedes son mis
testigos".
Católico: Muy
bien. Cuando el profeta Isaías en nombre de Dios dice: "Ustedes son mis
testigos, ¿a quiénes se está refiriendo?
Testigo de Jehová: Evidentemente
a nosotros, es decir a la organización de los Testigos de Jehová.
Católico: Esto
no es cierto. En aquel tiempo tu organización no existía. Al decir el profeta
Isaías: "Ustedes son mis testigos", se refería a las doce tribus de
Israel. En realidad, antes de Cristo, el Antiguo Pueblo de Dios estaba formado
por las doce tribus de Israel. No es que había por un lado las doce tribus de
Israel y por otro la organización de los Testigos de Jehová.
Si te dijeron esto, sencillamente
te engañaron. ¿Acaso ustedes formaron parte de las doce tribus de Israel?
Testigo de Jehová: Espiritualmente...
Católico: No
espiritualmente. Isaías se estaba dirigiendo a las doce tribus de Israel y ya.
De todos modos, todo esto no
viene al caso, puesto que estamos hablando de la Iglesia que fundó Cristo y no
de algo que ya existía en el Antiguo Testamento.
Testigos de Cristo
Testigo de Jehová: También
el Nuevo Testamento habla de nosotros. Basta leer Hechos, capítulo 1, versículo
8, donde Jesús dice: "Recibirán la fuerza del Espíritu Santo y serán mis
testigos".
Católico: ¿Testigos
de quién?
Testigo de Jehová: Claro:
Testigos de Jehová.
Católico: Pero aquí
Jesús no dice: "Serán testigos de Jehová" (o de Yahvé, como sería más
correcto); sino que: "Serán mis Testigos", es decir, nosotros tenemos
que ser Testigos de Cristo.
¿De dónde sacaron ustedes la
expresión "Testigos de Jehová"?
Testigo de Jehová: En el
libro de la Revelación, capítulo 1, versículo 5 se dice que Jesucristo es el
"testigo fiel". Y puesto que él es nuestro hermano mayor, también
nosotros somos "Testigos".
Católico: Muy bien.
La Biblia presenta a Jesús como el "Testigo fiel". ¿De quién?
Testigo de Jehová: De
Jehová.
Católico: Otra vez;
pero esto se lo añadieron ustedes. A ver: Jesús ¿Cómo llamaba a Dios? ¿Acaso lo
llamaba "Jehová"? No. Lo llamaba "Padre".
- "Padre nuestro, que estás en los
cielos" (Mt 6,9).
- "Padre, que pase de mí este cáliz"
(Mt 26,39).
- "Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu" (Lc 23,46).
Así que Jesús es el testigo del
Padre, porque viene del Padre, y nosotros somos Testigos de Jesús (o de
Cristo), porque somos miembros de su Iglesia y por lo tanto venimos de él.
El árbol y los frutos
Católico: De todos
modos, aquí no es cuestión de nombres. A ver: ustedes ¿Cómo pueden comprobar
que su organización es la verdadera Iglesia de Cristo?
Testigo de Jehová: Mire,
señor: la Iglesia Católica no puede ser la verdadera Iglesia de Cristo, porque
en ella hay puro pecado. En Mateo, capítulo 7, versículo 16, vemos que Jesús
dijo: "Por sus frutos los conocerán".
Pues bien, ¿Cuáles son los frutos
de la Iglesia Católica? Basta leer Gálatas, capítulo 5, del versículo 19 al 21,
para tener idea de lo que son los católicos:
Es fácil ver lo que viene de la
carne: libertad
sexual, impurezas y desvergüenzas; culto de los
ídolos y magia; odios, celos y violencias; furores,
ambiciones, divisiones, sectarismo, desavenencias
y envidias; borracheras, orgías y cosas
semejantes. Les vuelvo a declarar lo que ya les he
dicho: los que hacen de estas cosas no heredarán
el Reino de Dios (Gal 5,19-21).
sexual, impurezas y desvergüenzas; culto de los
ídolos y magia; odios, celos y violencias; furores,
ambiciones, divisiones, sectarismo, desavenencias
y envidias; borracheras, orgías y cosas
semejantes. Les vuelvo a declarar lo que ya les he
dicho: los que hacen de estas cosas no heredarán
el Reino de Dios (Gal 5,19-21).
Católico: Aquí
sencillamente se presenta una lista de los pecados y nada más. No es que estos
pecados se encuentran solamente entre los católicos. ¿Acaso los miembros de su
organización no tienen pecado?
Testigo de Jehová: Claro que
no. Entre nosotros hay puro amor y compresión, como vemos en Gálatas, capítulo
5, versículo 22 y 23.
En cambio, el fruto del Espíritu
es caridad, alegría
y paz, paciencia, compresión de los demás, bondad
y fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo.
Ahí no hay condenación ni Ley (Gal 5,22-23).
y paz, paciencia, compresión de los demás, bondad
y fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo.
Ahí no hay condenación ni Ley (Gal 5,22-23).
Católico: Aquí San
Pablo está presentando los frutos del Espíritu. Donde hay gente que se deja
guiar por el Espíritu, allá se dan estos frutos, sin distinción de ninguna
clase.
Acuérdate de la parábola de Jesús
acerca del trigo y de la maleza (Mt 13,24-30). Dios siembra trigo, el malo
siembra la maleza. Al final se hará la división.
Testigo de Jehová: Precisamente
nosotros somos el trigo y ustedes la maleza.
Católico: ¿Así que
entre ustedes no hay pecado?
Testigo de Jehová: Claro que
no. De otra manera ¿de qué serviría salirse de la Iglesia Católica, si de todos
modos se sigue en lo mismo? No. Entre nosotros no hay pecado. Basta leer Jn
15,3: "La palabra que les he dirigido, los ha purificado" y Mt
5,48: "Sean perfectos como es el Padre de ustedes que está en los
cielos".
Católico: Y ustedes
¿son perfectos?
Testigo de Jehová: Claro que
sí. Nosotros somos la organización perfecta de Jehová.
Católico: ¿Aman a
todos? En concreto ¿aman al Papa y a los testigos de Jehová que se salieron de
su organización?
Testigo de Jehová: Esto sí
que no. ¿Cómo podemos amar a la bestia del Apocalipsis y a los apóstatas?
Nosotros odiamos profundamente al
Papa y a los ex testigos de Jehová, así como los odia el mismo Jehová por ser
sus enemigos, que un día hará desaparecer totalmente.
Católico: No cabe
duda que ustedes, testigos de Jehová, andan muy mal. Lean Mt 5,38-48 y verán
que Dios ama a todos, buenos y malos, y que nosotros tenemos que hacer lo
mismo, orando hasta en favor de los que nos persiguen.
Es que ustedes toman una cita
bíblica aisladamente y la interpretan a su modo.
Cuando la Biblia dice: "La
palabra que les he dirigido les ha purificado" o "Sean
perfectos, como es perfecto el Padre de ustedes que está en los cielos",
lo que quiere enseñar es que la palabra de Dios nos ayuda a superarnos tratando
de imitar al Padre Celestial. No quiere decir que basta con leer la Biblia para
quedar purificados para siempre.
Para convencerse más, lean la
Primera Carta de San Juan, capítulo 1, versículo 8: "Si decimos que no
tenemos pecado, somos unos mentirosos". En el mismo Padre Nuestro ¿qué
nos enseñó a decir Jesús? "Perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden" (Mt 6,12).
Así que por favor, no sigan
diciendo que ustedes no tienen ningún pecado. Se trata de una actitud
totalmente contraria a la enseñanza de Cristo.
¿Recuerdan la parábola del
fariseo y el publicano? (Lc 18,9ss). Por favor, dejen la actitud del fariseo y
empiecen a ser humildes como el publicano. Solamente así podrán reconocer la
verdad; solamente así podrán descubrir en la Iglesia Católica, no obstante
todos sus defectos, aquella única Iglesia que fundó Cristo y que durará hasta
el fin del mundo (Mt 16,18; Mt 28,20).
Testigo de Jehová: Todo esto
me ha dejado algo pensativo. Puedes estar seguro que lo voy a meditar
seriamente. Ojalá que pronto nos podamos volver a encontrar para seguir
dialogando.
Católico: Es lo que
espero. Hasta pronto.
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