Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Rezo del Santo Rosario en las romerías
del mes de mayo
del mes de mayo
MEDITACIÓN O
CONSIDERACIÓN DE LOS MISTERIOS
DEL SANTO ROSARIO
PARA EL MES DE MAYO
Cuando se celebra la festividad de
Nuestra Señora del Rosario se viene a reconocer el lugar que María ocupa en el
misterio de Cristo y de la Iglesia.
El Rosario que la
Virgen nos entrega, es camino de oración vocal, mental y contemplativa. Libro
abierto donde contemplamos a María totalmente entregada a la obra redentora de
su Hijo. Es también, el compañero inseparable en nuestra peregrinación terrena.
Decía el Siervo
de Dios Juan Pablo II al comienzo de su Pontificado:
El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Se puede decir que el Rosario es en cierto modo un comentario-oración sobre el capítulo final de la Constitución Lumen Gentium del Vaticano II, capítulo que trata de la presencia admirable de la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia.
En efecto, con el trasfondo de las Avemarías pasan ante los ojos del alma los episodios principales de la vida de Jesucristo.
El Rosario en su conjunto consta de misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos, y nos pone en comunión vital con Jesucristo a través –se puede decir- del corazón de su Madre.
Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad.
Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón. De este modo, la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana…A todos os exhortmos a recitarla fervorosamente (E.P.D. 1978, 9-10).
El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Se puede decir que el Rosario es en cierto modo un comentario-oración sobre el capítulo final de la Constitución Lumen Gentium del Vaticano II, capítulo que trata de la presencia admirable de la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia.
En efecto, con el trasfondo de las Avemarías pasan ante los ojos del alma los episodios principales de la vida de Jesucristo.
El Rosario en su conjunto consta de misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos, y nos pone en comunión vital con Jesucristo a través –se puede decir- del corazón de su Madre.
Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad.
Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón. De este modo, la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana…A todos os exhortmos a recitarla fervorosamente (E.P.D. 1978, 9-10).
Autor: Fr. Carlos Lledó López, O.P.
Los misterios del
Rosario.
Arreglo del P.
Javier Olivares
para la
consideración de cada misterio.
Misterios gozosos.
y frutos por rezar
Los Misterios del Santo Rosario
y frutos por rezar
Los Misterios del Santo Rosario
La contemplación
de los misterios gozosos del Rosario nos introduce en el interior del corazón
de la Virgen María.
1.- Llamada ser Madre de Dios, es privilegiada y
excepcionalmente redimida y llena de gracia. Se entrega sin condiciones. Hace
donación total de todo su ser. Es Madre virginal por obra del Espíritu Santo.
Fruto: Humildad y fidelidad a la Gracia.
Fruto: Humildad y fidelidad a la Gracia.
2.- Desbordando el misterio
de Dios hecho hombre, se pone en camino al encuentro de su parienta Isabel como
peregrina de la caridad.
Fruto: Amor al prójimo.
Fruto: Amor al prójimo.
3.- Llegada la plenitud
de los tiempos, María da a luz por obra del Espíritu Santo. Comienza la
presencia histórica del Redentor, suprema expresión del amor del Padre para que
todos los hombres se salven (Cf. Jo.3, 16).
Fruto: Espíritu de desprendimiento.
Fruto: Espíritu de desprendimiento.
4.- Fiel a la Ley, acude al templo de Jerusalén donde recibe el
anuncio del precio de dolor que ha de pagar como Madre y Corredentora.
Fruto: Obediencia y pureza.
Fruto: Obediencia y pureza.
5.- En silencio reverencial acoge la respuesta del Hijo que
permanece tres días en el templo porque ha de dedicarse a las cosas del Padre.
Fruto: Gozo de hallar a Jesús y seguirlo.
Fruto: Gozo de hallar a Jesús y seguirlo.
Misterios luminosos.
y frutos por rezar
Los Misterios del Santo Rosario
y frutos por rezar
Los Misterios del Santo Rosario
Los misterios
luminosos
nos introducen en la vida pública de Jesús.
1.- Con María, contemplamos espiritualmente el bautismo de
Jesús, los cielos abiertos. Oímos la voz del Padre y vemos al Espíritu Santo
sobre Jesucristo. Se inaugura el Nuevo Testamento. Cristo es confirmado en su
misión.
Fruto: El cielo se abre y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto, y el Espíritu desciende sobre Él para investirlo de la misión que le espera.
Fruto: El cielo se abre y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto, y el Espíritu desciende sobre Él para investirlo de la misión que le espera.
2.- Con María participamos en la boda de Caná. La Madre
intercede ante el Hijo y Cristo realiza su primer milagro. María nos interpela:
Haced lo que Él os diga.
Fruto: Cuando Cristo, transforma el agua en vino, y abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente.
Fruto: Cuando Cristo, transforma el agua en vino, y abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente.
3.- Es una invitación a abrir el corazón a la predicación de
Cristo que nos habla del Reino y nos invita a la conversión.
Fruto:Jesús invita a la conversión, perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe, iniciando así el ministerio de misericordia
Fruto:Jesús invita a la conversión, perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe, iniciando así el ministerio de misericordia
4.- María nos pide que nos dejemos inundar por la luz de la
Transfiguración, gracia de Dios en nuestras almas, Detrás de todas las cosas
está Dios.
Fruto: Que «escuchen» y se dispongan a vivir con Él el momento doloroso de la Pasión, a fin de llegar con Él a la alegría de la Resurrección y a una vida transfigurada por el Espíritu Santo
Fruto: Que «escuchen» y se dispongan a vivir con Él el momento doloroso de la Pasión, a fin de llegar con Él a la alegría de la Resurrección y a una vida transfigurada por el Espíritu Santo
5.- María nos atrae irresistiblemente a la Eucaristía
Sacrificio, Comunión y Tabernáculo.
Siempre estará María presente en cada Eucaristía, renovación del
Sacrificio de Jesús, cada vez que el sacerdote lo realiza in persona Christi.
Fruto: Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino, dando testimonio de su amor por la humanidad «hasta el extremo»
Fruto: Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino, dando testimonio de su amor por la humanidad «hasta el extremo»
Misterios dolorosos.
y frutos por rezar
Los Misterios del Santo Rosario
y frutos por rezar
Los Misterios del Santo Rosario
La Virgen María
nos ayuda a penetrar el sentido de la Pasión y Muerte de Cristo en los
misterios dolorosos.
1.- Acompañamos a Cristo en la oración del huerto que nos enseña
la necesidad que tenemos de tiempos suficientemente largos de oración que darán
sentido a nuestra vida y misión como bautizados.
Fruto: Contemplar como Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse.
Fruto: Contemplar como Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse.
2.- Qué difícil debió ser la agonía de Getsemaní en comunión con la
humillación extrema de Jesús, azotado a la columna del pretorio.
Fruto: Contemplar cuánto le costaría esta adhesión a la voluntad del Padre.!!!
Fruto: Contemplar cuánto le costaría esta adhesión a la voluntad del Padre.!!!
3.- Jesús coronado de espinas. ..meditamos en el Ecce homo: quien quiera
conocer al hombre, ha de saber descubrir su sentido, su raíz y su cumplimiento
en Cristo.
Fruto: Contemplemos a Dios que se humilla por amor «hasta la muerte y muerte de cruz» (Flp 2, 8).
Fruto: Contemplemos a Dios que se humilla por amor «hasta la muerte y muerte de cruz» (Flp 2, 8).
4.- Jesús cargado con la Cruz, Permanecemos junto al camino para acompañar a Jesús camino del Calvario hasta llegar allí en compañía de Santa María... hasta la Cruz.
Fruto: revivir la muerte de Jesús poniéndonos al pie de la cruz junto a María.
5.- Ella nos acoge como hijos y nosotros la acogemos como Madre. Permanecemos adorando a Cristo muerto por nosotros en silenció, acompañando a su Madre.
Fruto: Contemplar para comprender y penetrar con Ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora.
Fruto: revivir la muerte de Jesús poniéndonos al pie de la cruz junto a María.
5.- Ella nos acoge como hijos y nosotros la acogemos como Madre. Permanecemos adorando a Cristo muerto por nosotros en silenció, acompañando a su Madre.
Fruto: Contemplar para comprender y penetrar con Ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora.
Misterios gloriosos.
y frutos por rezar
Los Misterios del Santo Rosario
La contemplación
de los misterios gloriosos en el secreto del corazón de la Virgen nos convierte
en testigos de la gran alegría: Cristo ha resucitado.
1.-La triunfante Resurrección del Hijo de Dios.
Contemplamos al Señor triunfador sobre el pecado y la muerte.
Fruto: Contemplando al Resucitado, el cristiano descubre de nuevo las razones de la propia fe, y revive la alegría no solamente de aquellos a los que Cristo se manifestó –los Apóstoles, la Magdalena, los discípulos de Emaús–, sino también el gozo de María,
2.- Jesús sube a los cielos y allí nos prepara un lugar (Cf. Jo. 14,2). A esta gloria, que con la Ascensión pone a Cristo a la derecha del Padre, sería elevada Ella misma.
Fruto: Miraremos hacia el cielo y contemplaremos que el Señor nos muestra un camino. Dar testimonio en la tierra de la Resurrección para ganarnos el cielo.
3.- Jeús nos envía su Espíritu Santo para que nos santifique y conduzca la Iglesia a la plenitud. A una vida cuyo gran 'icono' es la escena de Pentecostés.
Fruto: Contemplemos de este modo, los misterios gloriosos, que alimentan en los creyentes la esperanza en la meta escatológica. Hacia ella nos encaminamos como miembros del Pueblo de Dios peregrino en la historia.
4.- Jesús glorifica a su Madre que, en cuerpo y alma, nos precede en el cielo como miembro destacado de la Iglesia.
Fruto: Contemplemos cómo la Asunción de la Virgen a los cielos en una consecuencia de ser la "llena de Gracia" y la "sin pecado", la que mejor escuchó a Dios y cumplió la voluntad de Dios aquí en la tierra.
5.- La Coronación de Santa María como Reina de cielos y tierra. De todo lo creado.
Fruto: Contemplemos al fin, coronada de gloria –como aparece en el último misterio glorioso–, María resplandece como Reina de los Ángeles y los Santos,
1.-La triunfante Resurrección del Hijo de Dios.
Contemplamos al Señor triunfador sobre el pecado y la muerte.
Fruto: Contemplando al Resucitado, el cristiano descubre de nuevo las razones de la propia fe, y revive la alegría no solamente de aquellos a los que Cristo se manifestó –los Apóstoles, la Magdalena, los discípulos de Emaús–, sino también el gozo de María,
2.- Jesús sube a los cielos y allí nos prepara un lugar (Cf. Jo. 14,2). A esta gloria, que con la Ascensión pone a Cristo a la derecha del Padre, sería elevada Ella misma.
Fruto: Miraremos hacia el cielo y contemplaremos que el Señor nos muestra un camino. Dar testimonio en la tierra de la Resurrección para ganarnos el cielo.
3.- Jeús nos envía su Espíritu Santo para que nos santifique y conduzca la Iglesia a la plenitud. A una vida cuyo gran 'icono' es la escena de Pentecostés.
Fruto: Contemplemos de este modo, los misterios gloriosos, que alimentan en los creyentes la esperanza en la meta escatológica. Hacia ella nos encaminamos como miembros del Pueblo de Dios peregrino en la historia.
4.- Jesús glorifica a su Madre que, en cuerpo y alma, nos precede en el cielo como miembro destacado de la Iglesia.
Fruto: Contemplemos cómo la Asunción de la Virgen a los cielos en una consecuencia de ser la "llena de Gracia" y la "sin pecado", la que mejor escuchó a Dios y cumplió la voluntad de Dios aquí en la tierra.
5.- La Coronación de Santa María como Reina de cielos y tierra. De todo lo creado.
Fruto: Contemplemos al fin, coronada de gloria –como aparece en el último misterio glorioso–, María resplandece como Reina de los Ángeles y los Santos,
Resumen de los misterios gloriosos:
Los misterios
gloriosos del Rosario nos estimulan a ser sembradores de esperanza y alegría,
dando testimonio de la Resurrección de Cristo imitando a María Magdalena.
Miremos al cielo donde está Cristo nuestra Cabeza, animados por la fuerza del
Espíritu Santo. La Virgen del Rosario, asunta al cielo en cuerpo y alma,
intercede por nosotros que somos sus hijos.
Conclusión.
Llevemos el
Rosario en el corazón como recuerdo amoroso de la vida de Cristo. En los
labios, recitando letánicamente las avemarías. Y en las manos, como defensa
ante el mal.
Renovamos nuestra
consagración a la Virgen del Rosario: somos totalmente de la Virgen María como
la mejor manera de ser totalmente de Cristo y de su Iglesia.
Inspirada la consideración de los Misterios en
y confeccionados por Franja, con el mayor amor que he podido, en honra y alabanza de Nuestra Señora.
Todo por Tí, María.
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