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18 de Agosto, martes de 2020.
Comentario del Evangelio: DIJO SAN PEDRO Al SEÑOR: "NOSOTROS TE HEMOS SEGUIDO". ¿QUÉ NOS VA A TOCAR? (Mt 19, 23-30)
Es lógica, muy humana, la pregunta de San Pedro. Lo ha dejado todo, familia, barca, el porvenir...y le pregunta a Jesús: ¿qué va a ser de mí?
"La contestación de Nuestro Señor es fantástica: RECIBIRÁS CIEN VECES MÁS Y LA VIDA ETERNA"
Siento cariño, amor, admiración y veneración por las personas que han seguido y siguen al Señor toda la vida.
Me emociona el escuchar a una persona que, con toda humildad y sencillez, manifiesta que no tiene conciencia de haber perdido la gracia bautismal a lo largo de su vida; es decir, que cree que no ha cometido un pecado mortal en su vida.
¡¡¡Qué Cielo más grande tendrán esas personas!!!
No menos me impresionan las personas que manifiestan que a partir de los siete, catorce, dieciocho, treinta, cincuenta, ochenta años, etc,... han seguido fielmente a Dios Nuestro Señor.
Y no sólo hablo de curas, frailes y monjas, que también, sino de miles de personas que viven en medio del mundo, solteros, viudos y casados, con una entrega total al Señor.
Todas estas personas vieron un día la mirada de Jesús, una mirada honda, imborrable y quedaron cautivadas y enamoradas del Señor.
Desde ese día "vieron" la llamada de Jesucristo y encontraron el TESORO Y LA PERLA PRECIOSA.
Y es que una vez que alguien ha sentido posarse sobre él la mirada del Señor, ya nunca olvidada, ya no es posible vivir como antes. La vida se llena de gozo y de paz.
Y esa mirada-llamada la recibimos todos; cada uno en su lugar y en el estado al que es llamado, en la peculiar vocación que de Dios ha recibido.
Esta llamada-vocación es el asunto más importante de la vida, y, una vez conocida, es el negocio en el que debemos empeñarnos, con la ayuda de la gracia, hasta el último instante de nuestra vida.
Seguir a Cristo es el ideal y el fin de nuestra vida, y es lo que nos hace felices.
Y no olvidemos:
DIOS DA CIEN VECES MÁS Y LA VIDA ETERNA.
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague este esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Que el Señor nos bendiga y nos guarde. Un abrazo. Franja.
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Confeccionado por Franja.
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