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Jesús Mateo es un sacerdote amigo de Valladolid, que
me manda diariamente un lindo comentario
del Evangelio y se lo difundo confeccionado en un Blog. Franja
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27 de mayo, jueves de 2021
COMENTARIO: "TOMAD, ESTO ES MI CUERPO...ESTA ES
MI SANGRE DE LA ALIANZA, QUE ES DERRAMADA POR MUCHOS" (Mc 14, 12-25).
Celebramos hoy la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote Os puedo asegurar que, como sacerdote, me estremecen las palabras que os voy a comentar:
"El sacerdote ha sido revestido de una dignidad
que causa asombro a los mismos ángeles..., tiene los poderes de Cristo para
perdonar los pecados...,enseña el camino del Cielo..., y sobre todo presta su
voz y sus manos a Cristo en el momento sublime de la Santa Misa".
"En el Sacrificio del Altar consagra "in persona Christi" haciendo las veces de Cristo. No hay dignidad comparable a la del sacerdote". Fernandez- Carvajal)
El sacerdocio es un don inmenso que Jesucristo ha dado a su Iglesia. Hoy se lo agradecemos de corazón. Permitidme que os cuente una vivencia personal. El lunes pasado me invitaron una docena de sacerdotes a que compartiera con ellos un día de retiro. Se trataba de los sacerdotes más jóvenes de nuestra diócesis de Valladolid. Llevan menos de diez años siendo sacerdotes.
Junto a la Virgen de las Angustias le dimos gracias a Dios por nuestro sacerdocio. Palpé y gocé de su fe, de su paz, de su ilusión y de su amor a Jesucristo y a la Santísima Virgen. Os puedo asegurar que disfruté al compartir con ellos mi vivencia sacerdotal.
¡Con qué atención escucharon; con qué devoción oraron ante el Santísimo y con qué ternura y alegría cantaron a la Virgen! Pensé, una vez más, que merece la pena ser sacerdote. Una vez más medité las palabras de nuestro querido y recordado Martín Descalzo: "Temblando, con sus manos de hombres, que no son "santas y venerables" como las de su Maestro, alzan y reparten el pan".
Ellos, muy atentos, me agradecieron mis palabras que, os puedo asegurar, que me salieron del corazón. Me dieron las gracias, pero soy yo quien se las doy poque me hicieron un bien inmenso al verlos llenos de vida y de juventud, dispuestos a gastarse con generosidad por la Iglesia y por las almas. Pensé una vez más: (Después de más de sesenta años de sacerdocio):
¡¡¡Vale la pena ser sacerdote!!!
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María
la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
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"El sacerdote ha sido revestido de una dignidad
que causa asombro a los mismos ángeles...!!!
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