D. Jesús Mateo me invita hoy con su comentario del Evangelio del
20 de septiembre, lunes
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20 de septiembre, lunes 2021
COMENTARIO DEL EVANGELIO: “DIJO JESÚS A LA GENTE: "NADIE
QUE HA ENCENDIDO UNA LÁMPARA, LA TAPA CON UNA VASIJA O LA METE DEBAJO DE LA
CAMA, SINO QUE LA PONE EN EL CANDELERO PARA QUE LOS QUE ENTREN VEAN LA
LUZ". (Lc 8, 16-18).
El Evangelio de hoy nos hace ver la gran responsabilidad que tenemos los cristianos, tú y yo. Hemos recibido gratuitamente la fe. Por el Sacramento del Bautismo nos hemos convertido en hijos de Dios. "Vosotros sois la luz del mundo" (Mt 5, 14) nos ha dicho Jesús. También el Apóstol San Pablo dirigiéndose a los primeros cristianos de Filipo les exhortaba a vivir en medio de una generación apartada de Dios de tal manera que brillasen como "luceros en medio del mundo".
No sé a ti, pero a mí me cuesta "iluminar" el ambiente en el que vivo y en el que trabajo. Me da la impresión de que hay tal cantidad de nieblas, de oscuridades y de tinieblas a mi alrededor que sofocan mi pequeña luz, mi pequeña lámpara. Y no tengo razón. Lo que me falta, Señor, es confiar en tu palabra, en tu gracia y convencerme de que yo soy un instrumento en tus manos y eres Tú el que quieres obrar en mí maravillas y milagros.
Ayúdame a creer y a vivir las palabras de San Pablo: "Todo lo puedo en Aquel que me conforta".(Plp 4, 13) Una y otra vez me dices como al Apóstol: "Te basta mi gracia". (2 Cor 12, 7).
Sí, querido lector que meditas este Evangelio: Tú y yo somos esa "pequeñita luz" en medio del mundo; en nuestra familia; en nuestro trabajo, entre nuestros amigos, en esta sociedad paganizada. Pero, tú y yo, no lo dudes, porque recibimos la luz de Cristo, somos "luceros" que brillan más de lo que creemos. Somos el "buen olor" de Cristo, la luz que ilumina y ayuda a ver "el rostro del Señor".
Si oramos así se podrá decir de ti y de mi lo que decían de los primeros cristianos: "Lo que es el alma para el cuerpo estos son los cristianos en medio del mundo". (Epístola a Diogneto, VI).
Los cristianos, tú y yo, somos un dique de contención del mal. Continuemos
ahogando el mal con abundancia de bien. Contamos con el Señor. La victoria la
tenemos asegurada. Solo tenemos que abrir la puerta al Señor que llama.
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca.,
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