Del Cielo es enviado por parte de Dios, el Arcángel San Gabriel para saludar a una virgen desposada con un hombre llamado José; "LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR" (Lc 1, 26-38)

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D. Jesús Mateo, sacerdote de Valladolid,  me manda todos los días un comentario del EVANGELIO para editarlo en el Blog católico de Javier Olivares. Lo hago con mucho gusto porque además lo encuentro muy bueno para hacer oración. P. Franja. 

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25 de marzo, sábado 2023 

Del Cielo es enviado por parte de Dios, el Arcángel San Gabriel para saludar a una virgen desposada con un hombre llamado José; "LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR" (Lc 1, 26-38)

Celebramos hoy el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo. Su nombre será Jesús, Dios Salvador. El Evangelio de hoy tiene un encanto especial. Del Cielo es enviado por parte de Dios, el Arcángel San Gabriel para saludar a una virgen desposada con un hombre llamado José; el nombre de la Virgen era María. El Arcángel viene con la misión de anunciar a María que ha sido elegida para ser la Madre de Dios y pedirle su consentimiento. 

Al ver a María el Arcángel San Gabriel quedó prendado de tanta belleza y santidad; llena de gracia. La saludó con estas palabras: "Dios te Salve, llena de gracia, el Señor está contigo". La Virgen de turbó al oír estas palabras. Pensaba qué significaría esta salutación. Ella se consideraba la más pequeña de todas las criaturas. Pensaba que no merecía tales alabanzas.

 

El Arcángel le expuso que Dios la había escogido, entre todas las mujeres, para ser la Madre de Dios. María meditaba las palabras del Ángel. No se creía digna de tal honor pero movida por el Espíritu Santo exclamó: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".

La Virgen, en ese momento, se convirtió en Templo del Espíritu Santo, en la Madre de Dios, en la bendita entre todas las mujeres. Felicito, de todo corazón, a la Virgen por su ”SI". De ese sí vino la salvación al mundo. Con ese sí nos vinieron con él todos los bienes y todas las gracias.

De que tú y yo digamos sí al Señor dependen muchas cosas grandes. Digamos sí como María a todo lo que Dios nos pida.

Jesús Mateo. Sacerdote.

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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen con San José su castísimo esposo. Un abrazo.  P. Franja.

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