Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Un buen ejemplo para este mes
de noviembre
Mosaico de la batalla de Alejandro Magno procedente
de la Casa
del Fauno en Pompeya,
hoy en el Museo Nazionale di Capodimonte, Nápoles
hoy en el Museo Nazionale di Capodimonte, Nápoles
ALEJANDRO MAGNO
Alejandro III de Macedonia, llamado el Grande (Alejandro Magno)
fue rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte. Es considerado uno de los
líderes militares más importantes de la Historia, por su conquista del Imperio
Aqueménida.
Generalísimo de los ejércitos griegos
Tras la unificación de múltiples ciudades-estado de la antigua
Grecia bajo el dominio de su padre, Filipo II de Macedonia, Alejandro conquistó
el Imperio Persa, incluyendo Anatolia, Siria, Fenicia, Judea, Gaza, Egipto,
Bactriana y Mesopotamia, y amplió las fronteras de su propio imperio hasta la
región del Punjab.
Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus
generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los
propios médicos de la época.
2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras
preciosas... ), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...
3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del
ataúd, y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le
preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.
Alejandro le explicó:
1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para
así mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que
todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las
personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías
partimos.
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