Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
DÍA 8 DE DICIEMBRE,
SOLEMNIDAD DE
LA INMACULADA CONCEPCIÓN
un Ave María lindo
Imagen de la Inmaculada, de Baiona, siglo XVI que se venera en Baiona
"Quiso y no pudo, no es Dios. Pudo y no quiso, no es Hijo, luego dí, que pudo y quiso."Así argumentaban con el corazón, lleno de amor a la Virgen Inmaculada, todos aquellos cristianos, que durante muchos siglos defendieron esta verdad mariana,
"Potuit, decuit...ergo fecit", así argumentaban muchos teólogos, con el Santo Duns Scoto a la cabeza. "Pudo hacerlo... era conveniente...luego lo hizo".
Y nosotros además, sabiendo ahora la DEFINICIÓN DOGMÁTICA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN, nos alegramos y gozamos en esta fiesta de María Santísima, porque en Ella se culminó el plan del Señor, al anunciarle por el Angel Gabriel, que era la escogida para ser MADRE DE DIOS, y la llama" LA LLENA DE GRACIA."
"AVE, MARÍA PURÍSIMA... SIN PECADO CONCEBIDA" Este era y es, el saludo de muchísimos cristianos, que aman a MARÍA y que de esta manera contribuyen a hacer realidad, lo que María dice en el canto del MAGNÍFICAT.: "Desde ahora, me llamarán bienaventurada todas las generaciones".
En una oración de la Novena de la Natividad de la Virgen María, que se hacía en una parroquia de gran devoción a su Patrona se leía y rezaba...
"Soberana Emperatriz de Cielos y Tierra, en cuyo glorioso Nacimiento, rayó al mundo la hermosísima aurora, en cuyos brazos había de nacer el Sol de justicia, JESUCRISTO, SEÑOR NUESTRO. Que viniste al mundo, llena de gracias y privilegios del Altísimo, desde aquel punto, en el que todos los hombres sentimos las tristes resultas del pecado original..." (sic)
(A los que antes hacían así la NOVENA, les llaman ANTICUADOS. Los modernos, la modificaron. AHORA no tiene ese fondo teológico, ya que era una hermosa CATEQUESIS DE LA ENCARNACIÓN DEL SEÑOR.)
Alegrémonos en este día de fiesta de
LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA.
Ahí va un enlace esclarecedor, para ampliar conocimientos del
DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN.
Franja.
enlace:
http://webcatolicodejavier.org/dogmainmac.html
La Purísima, de Murillo
La Purísima, de Murillo
Además, Este año se conmemora el 255 aniversario de la Bula que proclamó a la Inmaculada Concepción, Patrona de España, lo que es un motivo más para acudir a todos los actos en su honor. Y en estos tiempos, más que nunca, ante el abandono de la fe, lo que más necesitamos es...su protección. Franja
Homilía de D. Guillermo Juan Morado,
Párroco de San Pablo de Vigo:
Esta fiesta empezó a celebrarse oficialmente el 8 de noviembre de 1760, cuando el papa Clemente XIII, por medio de la Bula Quantun Ornamentun, la proclama Patrona de España, las Indias y sus reinos; aunque ese año no pudo celebrarse porque debido a las malas comunicaciones de la época, la noticia no llegó hasta el 12 de enero de 1761. Años más tarde, el 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX, en la Basílica de San Pedro, proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción de La Virgen María en la Bula Ineffabilis Deus: “la doctrina de la Bienaventurada Virgen María en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos del Salvador del género humano, Jesucristo, fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles”, e instauró esa fecha para que toda la Iglesia celebre dicha fiesta anualmente.
El Ángelus del día
8 de diciembre del 2013
de el Papa Francisco
de el Papa Francisco
Con el Papa Francisco a los pies de María Inmaculada
2014-12-08 Radio Vaticana
(RV).- María Inmaculada: verdad, caridad, pureza, esplendor del Evangelio para el mundo entero. En Ti se hizo carne la Palabra de Dios
Recorriendo idealmente la peregrinación que tantas veces cumplieron sus predecesores, el Papa Francisco realiza también este año - el 8 de diciembre - el tradicional acto de veneración, homenaje y oración del Obispo de Roma a los pies de la imagen de la Madre de Dios, que vela sobre la diócesis del Papa, desde lo alto de la columna de la plaza de España. La misma que el beato Pío IX, hizo colocar sobre una columna como perenne recuerdo del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, que había proclamado el 8 de diciembre de 1854.
«La Inmaculada es fruto del amor de Dios que salva el mundo». «¡Qué bella es nuestra Madre que pone su mirada de amor sobre nosotros!» destacó el Papa Bergoglio el 8 de diciembre de 2013. Alabando la belleza de la Madre de Dios y Madre nuestra invitó a todos los fieles a reconocer en María nuestro destino verdadero, nuestra vocación más profunda: ser amados, ser transformados por el amor de Dios.
Nos preparamos a celebrar la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, con el ruego que el Papa Francisco le dirigió en su oración a la Virgen Santa: «ayúdanos a escuchar la voz del Señor: el grito de los pobres, enfermos y necesitados, los ancianos y los niños, toda vida humana sea siempre amada y venerada»:
ORACIÓN DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María
Domingo 8 de diciembre de 2013
Virgen Santa e Inmaculada,
a Ti, que eres el orgullo de nuestro pueblo
y el amparo maternal de nuestra ciudad, nos acogemos con confianza y amor.
Eres toda belleza, María.
En Ti no hay mancha de pecado.
Renueva en nosotros el deseo de ser santos:
que en nuestras palabras resplandezca la verdad, que nuestras obras sean un canto a la caridad, que en nuestro cuerpo y en nuestro corazón brillen la pureza y la castidad, que en nuestra vida se refleje el esplendor del Evangelio.
Eres toda belleza, María.
En Ti se hizo carne la Palabra de Dios.
Ayúdanos a estar siempre atentos a la voz del Señor:
que no seamos sordos al grito de los pobres, que el sufrimiento de los enfermos y de los oprimidos no nos encuentre distraídos, que la soledad de los ancianos y la indefensión de los niños no nos dejen indiferentes, que amemos y respetemos siempre la vida humana.
Eres toda belleza, María.
En Ti vemos la alegría completa de la vida dichosa con Dios.
Haz que nunca perdamos el rumbo en este mundo:
que la luz de la fe ilumine nuestra vida, que la fuerza consoladora de la esperanza dirija nuestros pasos,
que el ardor entusiasta del amor inflame nuestro corazón, que nuestros ojos estén fijos en el Señor, fuente de la verdadera alegría.
Eres toda belleza, María.
Escucha nuestra oración, atiende a nuestra súplica: que el amor misericordioso de Dios en Jesús nos seduzca,
que la belleza divina nos salve, a nosotros, a nuestra ciudad y al mundo entero.
Amén.
(CdM – RV)
(from Vatican Radio)
Homilía de D. Guillermo Juan Morado,
Párroco de San Pablo de Vigo:
Homilía para solemnidad de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen
En la Anunciación a María el ángel Gabriel le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1,28). “Llena de gracia” es – ha dicho Benedicto XVI – “el nombre más hermoso de María”. La Virgen es la “kecharitomene”, la que ha estado y sigue estando llena del favor divino.
San Pablo escribe, en la Carta a los Romanos, que “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rom 5,20). El pecado ha introducido un desorden en la creación y en la historia de la humanidad, pero no ha podido hacer fracasar el plan de Dios.
En el libro del Génesis, el relato de la caída incluye también una promesa de victoria. El Señor Dios dijo a la serpiente: “pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza, cuando tú la hieras en el talón” (Gen 3,15).
La Iglesia, que “no deriva solamente de la Sagrada Escritura su certeza acerca de todas las verdades reveladas” (DV 9), sino de la Sagrada Escritura unida a la Tradición, ha visto en ese pasaje del Génesis una profecía de lo que había de suceder en Cristo y en María: la victoria de Jesús sobre el mal. Una victoria a la que, de modo singular, está asociada su Madre.
Poco a poco, partiendo del paralelismo antitético existente entre Eva – la primera mujer - y María – la nueva mujer - , la Iglesia ha tomado conciencia explícita de que la santidad de Dios reclama la santidad absoluta de María. De una manera muy gráfica lo expresa San Cirilo de Alejandría en una homilía contra Nestorio: “¿Quién oyó nunca que el arquitecto, cuando edifica una casa para él mismo, cede primero a su enemigo la ocupación y habitación de ella?”.
María es más que la casa en la que Dios habita: es la Madre de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Es la Madre de Dios. En Ella el proyecto creador de Dios no se ve ensombrecido por ninguna mancha. La Virgen es la Purísima, “la pureza en persona, en el sentido de que en Ella espíritu, alma y cuerpo son plenamente coherentes entre sí y con la voluntad de Dios” (Benedicto XVI).
La solemnidad de la Inmaculada tiene sus orígenes en Oriente, en los siglos VII y VIII, y paulatinamente se extendió a Occidente y a toda la Iglesia. Algunos teólogos se resistían a aceptar la Inmaculada Concepción de María porque no veían compatible esa verdad con la redención universal obrada por Cristo.
Esta dificultad fue solucionada por el beato Duns Scoto: Cristo es el Redentor de todos; también el Redentor de su Madre, a quien redimió preservándola del pecado original y haciendo que desde el primer instante de su existencia recibiese la plenitud de la gracia.
Esta certeza acerca de la Inmaculada Concepción de Santa María llegó a su máxima expresión cuando el beato Pío IX definió, el 8 de diciembre de 1854, que era una verdad revelada por Dios “que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano”.
Celebrar esta solemnidad en honor de nuestra Madre nos invita a acoger a Dios en nuestras vidas para que, también en nosotros, sobreabunde su gracia. Nos invita a la esperanza, porque Dios no fracasa y también nosotros, si somos fieles a su voluntad, podemos ser partícipes de su victoria sobre el mal y el pecado. Nos invita a desplegar en nuestra existencia el plan de Dios, que nos ha creado a su imagen y semejanza y que “nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor” (Ef 1,4).
Guillermo Juan Morado.
http://infocatolica.com/blog/puertadedamasco.php/1212070141-llena-de-gracia
Una hermosura para crecer en la fe y devoción a nuestra Madre del cielo
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