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CARTA DE UN PADRE SOCIALISTA
A SU HIJO
SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA
RELIGIÓN
CARTA DE UN PADRE SOCIALISTA A SU HIJO SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA RELIGIÓN
Amigos/as:
Aunque esta carta parece anticuada, los argumentos que este
padre da a su hijo que no quiere ir a clase de Religión Católica, son muy
importantes para los padres, que pudiendo pedir la clase de Religión para sus
hijos no lo hacen y claudican de su responsabilidad de ser los primeros
responsables de la educación de sus hijos.
Franja.
Esta es la reseña:
El socialista Jean Jaurés
nació en 1859 en Castres, Francia.
Fue
diputado por el Partido Obrero Francés en 1889, manteniéndose como
parlamentario hasta 1898. Posteriormente fue elegido también en las elecciones
de 1902, 1906, 1910 Y 1914. Murió en 1914.
En 1904 fundó el periódico L'Humanité.
En 1905 consigue unir bajo su liderazgo a los socialistas
franceses, formando la Sección Francesa de la Internacional Obrera.
Fue precisamente el diario L'Humanité el que publicó esta carta
dirigida a su hijo que reproducimos.
Este texto fue citado por Pildain en la Cortes Constituyentes de
la II República española (Diario de Sesiones, 1 de marzo de 1933.
La carta fue entregada a los taquígrafos de las Cortes para que
en las actas después de la intervención de Pildain.
y ha llegado hasta nosotros a través de Carlos Garda Andoín,
coordinador nacional de «Cristianos en el PSOE», a quien se la hizo llegar
Michel Santamarina, antiguo militante de la HOAC de Sestao (Bilbao, España).
La carta es la siguiente:
PRIMERA PARTE.
«Querido hijo, me pides un justificante que te exima de cursar
la religión, un poco por tener la gloria de proceder de distinta manera que la
mayor parte de los condiscípulos, y temo que también un poco para parecer digno
hijo de un hombre que no tiene convicciones religiosas. Este justificante,
querido hijo, no te lo envío ni te la enviaré jamás.
No es porque desee que seas clerical, a pesar de que no hay en
esto ningún peligro, ni lo hay tampoco en que profeses las creencias que te
expondrá el profesor.
Cuando tengas la edad suficiente para juzgar, serás
completamente libre; pero, tengo empeño decidido en que tu instrucción y tu
educación sean completas, no lo serían sin un estudio serio de la RELIGIÓN .
Te parecerá extraño este lenguaje después de haber oído tan
bellas declaraciones sobre esta cuestión; son hijo mío, declaraciones buenas
para arrastrar a algunos, pero que están en pugna con el más elemental buen
sentido.
¿Cómo sería completa tu instrucción sin un conocimiento
suficiente de las cuestiones religiosas sobre las cuales todo el mundo discute?
¿Quisieras tú, por ignorancia voluntaria, no poder decir una
palabra sobre estos asuntos sin exponerte a soltar un disparate?
Dejemos a un lado la política y las discusiones, y veamos lo que
se refiere a los conocimientos indispensables que debe tener un hombre de
cierta posición.
Estudias mitología para comprender historia y la civilización de
los griegos y de los romanos, y ...
¿ qué comprenderías de la historia de Europa y del mundo entero
después de Jesucristo, sin conocer la religión, que cambió la faz del mundo y
produjo una nueva civilización?
En el arte, ¿qué serán para ti las obras maestras de la Edad
Media y de los tiempos modernos, si no conoces el motivo que las ha inspirado y
las ideas religiosas que ellas contienen?
En las letras, ¿puedes dejar de conocer no sólo a Bossuet,
Fenelón, Lacordaire, De Maistre, Veuillot y tantos otros que se ocuparon
exclusivamente en cuestiones religiosas, sino también a Corneille, Racine,
Hugo, en una palabra a todos estos grandes maestros que debieron al
cristianismo sus más bellas inspiraciones?
Si se trata de derecho, de filosofía o de moral, ¿puedes ignorar
la expresión más clara del Derecho Natural, la filosofía más extendida, la
moral más sabia y más universal?
-éste es el pensamiento de Juan Jacobo Rousseau-.
☆♡♡☆♡♡☆
SEGUNDA PARTE DE LA CARTA DE UN SOCIALISTA A SU HIJO POR LA
CLASE DE RELIGIÓN.
Continúa la carta:
""Hasta en las ciencias naturales y matemáticas
encontrarás la religión:
Pascal y Newton eran cristianos fervientes;
Ampere era piadoso; Pasteur probaba la existencia de Dios y
decía haber recobrado por la ciencia la fe de un bretón;
Flammarion se entrega a fantasías teológicas.
¿Querrás tú condenarte a saltar páginas en todas tus lecturas y
en todos tus estudios?
Hay que confesarlo: la religión está íntimamente unida a todas
las manifestaciones de la inteligencia humana;
Es la base de la civilización y es ponerse fuera del mundo
intelectual y condenarse a una manifiesta inferioridad el no querer conocer una
ciencia que han estudiado y que poseen en nuestros días tantas inteligencias
preclaras.
Ya que hablo de educación:
¿para ser un joven bien educado es preciso conocer y practicar
las leyes de la Iglesia?
Sólo te diré lo siguiente: nada hay que reprochar a los que las
practican fielmente, y con mucha frecuencia hay que llorar por los que no las
toman en cuenta.
No fijándome sino en la cortesía, en el simple "savoir
vivre", hay que convenir en la necesidad de conocer las convicciones y los
sentimientos de las personas religiosas.
Si no estamos obligados a imitarlas, debemos, por lo menos,
comprenderlas, para poder guardarles el respeto, las consideraciones y la
tolerancia que les son debidas.
Nadie será jamás delicado, fino, ni siquiera presentable, sin
nociones religiosas.
Querido hijo: convéncete de lo que te digo: muchos tienen
interés en que los demás desconozcan la religión; pero todo el mundo desea
conocerla.
En cuanto a la libertad de conciencia y otras cosas análogas,
eso es vana palabrería que rechazan de consuno los hechos y el sentido común.
Muchos anti-católicos conocen por lo menos medianamente la
religión; otros han recibido educación religiosa; su conducta prueba que han
conservado toda su libertad.
Además, no es preciso ser un genio para comprender que sólo son
verdaderamente libres de no ser cristianos los que tienen facultad para serlo,
pues, en caso contrario, la ignorancia les obliga a la irreligión.
La cosa es muy clara: la libertad, exige la facultad de poder
obrar en sentido contrario.
Te sorprenderá esta carta, pero precisa, hijo mío, que un padre
diga siempre la verdad a su hijo.
Ningún compromiso podría excusarme de esa obligación».
☆♡♡☆♡♡☆
De un padre a su hijo al que que no quiere ver ignorante en su
formación.
Y ahora te pregunto:
Estás dispuesto a
difundirla?
Por lo menos, para sacar a los padres y jóvenes de hoy de la
ignorancia supina en su formación.
Franja.
☆♡♡☆♡♡☆
Noticias Obreras, núm. 1.371 (1-11-2004/15-11-2004), pg. 40.
☆♡♡☆
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