Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
Motivos comúnmente aducidos para no ir a Misa
1. Pereza.
"Prefiero
quedarme durmiendo". En realidad los motivos que siguen son sólo excusas
para cubrir este primero. No parece que sea un motivo muy racional, meritorio o
valioso.
2. No tengo
ganas/No lo siento.
¿Desde cuándo tus
ganas son ley que hay que obedecer? ¿Es que tus ganas son más importantes que
la voluntad de Dios? Además a Misa no vas porque a ti te guste, sino para
agradar a Dios. Se va a Misa a honrar a Dios y no a honrarte a ti. Y si te cuesta…
¿acaso Dios no merece ese sacrificio que incluso hace más valioso y meritorio
el acto?
3. Me aburro.
La acusación más
frecuente contra la Misa es que es aburrida. Refleja bastante superficialidad,
en cuanto que a Misa no vamos a divertirnos. Y es un problema personal, en
cuanto que no parece que Dios sea aburrido -es la perfección absoluta-. Además
si tanta gente va a Misa con gusto, algunos incluso todos los días, será que
algo le ven que a ti se te escapa. La solución será descubrir qué tiene la Misa
para que los cristianos la consideren tan importante.
4. Es siempre lo
mismo.
Si se tratara de
una obra de teatro o de una película, estaría absolutamente de acuerdo contigo.
Pero no es una representación teatral. Es algo vivo, que pasa ahora. No eres
(al menos no deberías ser) un espectador. Eres partícipe. Imagináte que alguien
dejara de asistir a un asado porque en los asados siempre pasa lo mismo…
(perdón a la Santa Misa por la comparación).
5. Desinterés.
Las cosas de Dios
no me interesan. Si Dios te da igual, tienes un grave problema. Habrá que ver
como solucionar la falta de apetencia de lo divino que te hace no apto para el
cielo.
6. No tengo tiempo.
No parece que lo
que te pide Dios -1 de las 168 horas de la semana- sea una pretensión excesiva.
En concreto, quien te creó, te mantiene en el ser y te da lo que te queda de
vida -y sólo El sabe de cuánto se trata- se merece el 0,59% del tiempo que Él
te da. Si no tienes tiempo para Dios, ¿para quién lo vas a tener?
7. Otros planes
mejores.
No parece que a
Dios le interese competir con el fútbol, hockey, cine… No te olvides que el
primer mandamiento es "amar a Dios sobre todas las cosas". Si tienes
otros planes que te importan más que Dios, quizá el problema más que en el
tercer mandamiento está antes en el primero.
8. Tengo dudas de
fe.
La fe es un don de
Dios, con lo cual hay que pedirla. Alejarte de Dios dejando de ir a Misa, no
parece el mejor método para resolver dudas de la fe e incrementarla. La
frecuencia de sacramentos -confesión y comunión- es la más efectiva manera de
aumentar la fe.
9. Estoy enfadado
con Dios.
"Hubo algo que
pasó en mi vida (la muerte de un ser muy querido, un fracaso muy doloroso, una
enfermedad o cualquier otra tragedia) que me hizo enfadarme con Dios: si Él me
hace esto… ¿por qué yo voy a ir a Misa? Es la manera de mostrarle a Dios mi
disconformidad con la forma de tratarme". Hay quienes dejan de ir a Misa
como una manera de vengarse de Dios. Pero, en los momentos de dolor ¿no será
mejor refugiarnos en Dios y buscar su fortaleza más que reaccionar como un
chiquito caprichoso de tres años? Él sabe mas… Además, acusar de maltratarnos a
quien más nos quiere y murió por nosotros … ¿no será demasiado? ¿No seré yo el
que pierdo… alejándome de Dios?
10. "Hay gente
que va y después se porta mal".
"Yo no quiero
ser como ellos", decís seguro de ti mismo. "Además, hay otros que no
van, y son buenos". Es evidente que ir a Misa sólo no basta. Pero, no se
puede mezclar la física nuclear con el dulce de leche, ya que las dos cosas no
tienen nada que ver. En aquellos que van y después no son honestos, lo que es
malo es ser deshonestos, no el hecho de ir a Misa, que sigue siendo algo bueno
aunque ellos después se porten mal. Además, la causa de su supuesta
deshonestidad no es el ir a Misa. Lo mismo se puede decir de los
"buenos" que no van a Misa: su "bondad" no procede de su
falta de Misa y tan "buenos" no serán si les falta una dimensión tan
importante de bondad como la bondad misma, es decir Dios. Por otro lado, yo
creo que nadie en el mundo se atrevería a decir que los que no van a Misa son
mejores que los que van. Finalmente, esto no es un concurso de bondad, ni
comparaciones, sino tratar de determinar cuán bueno es ir a Misa. Y claramente,
el dejar la Misa no mejora a nadie, en todo caso lo empeora.
11. No me he
confesado y entonces no puedo comulgar.
No es necesario
comulgar, ni hay ninguna obligación de hacerlo. No comulgar no es pecado; no ir
a Misa, sí. Además el problema se solucionaría bastante fácilmente con una breve
confesión…
12. Llevarle la
contraria a mis padres.
Ofender a Dios para
hacer sufrir a tus padres no parece una actitud muy inteligente.
13. El cura me cae
mal.
Por mal que te
caiga el cura, no vas a Misa para darle el gusto, ni para hacerle un favor. Él
no gana ni pierde nada con tu asistencia o ausencia. El que gana o pierde, eres
tú: tu amor a Dios. Además… estoy seguro de que la ciudad en que vives es lo
suficientemente grande como para que puedas encontrar alguno que te caiga más
simpático…
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