Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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30
de Agosto, viernes, de 2019.
LA
PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES
Comentario:
"VIGILAD, PUES, PORQUE NO SABÉIS EL DÍA NI LA HORA"(Mt 25, 1-13).
Todos
conocemos la parábola de las diez vírgenes: cinco eran necias y cinco prudentes.
El Señor la emplea para darnos una enseñanza
acerca de la vigilancia que hemos de tener.
A
mí personalmente la palabra "necio"
me parece de lo más duro que se puede decir de una persona.
¿Por
qué llama Jesús "necias" a estas cinco vírgenes?
No
es que no hubieran hecho nada; algo habían intentado..., tenían las
lámparas...estaban, ya, en la casa del padre de la novia esperando con ésta
la
venida del esposo...
Pero...cuando
éste llegó no estaban en la casa sino que habían salido para comprar aceite
para sus lámparas. Cuando volvieron y pidieron
que las abriera, escucharon la voz del esposo que les respondió con dureza:
"NO OS CONOZCO".
Estas
vírgenes necias se olvidaron de tomar la
razonable precaución de adquirir a su hora el aceite.
Era
de lo único que debían preocuparse, y
no lo hicieron.
Las
vírgenes necias, tenían las lámparas pero no tenían el aceite. ¡Qué pena!
¡¡¡Qué necias!!!
Dice
San Agustín: "Vela con el corazón, vela con la fe, con la caridad, con las
obras (...); prepara las lámparas, cuida de que no se apaguen (...), aliméntalas con el aceite interior de una recta
conciencia; permanece unido al esposo
por el Amor, para que Él te introduzca a
la sala de banquete, donde tu lámpara nunca se extinguirá" ( San Agustín,
Sermo 93, 17)
Imitemos
a las vírgenes prudentes. Tengamos siempre "el aceite". Ese aceite no
es otro que la ORACIÓN cuidada y llena de amor: la intimidad con Jesús.
"El
amor es como el fuego; si no se echa leña se apaga" (Michail J.
Lermontov).
Es necesario que seamos como lámparas
encendidas, que alumbran el camino de muchos.
Que
estemos vigilantes. Que esperemos a Cristo, que llega, que llegará, y nos introducirá en el
"banquete
de bodas", en el Amor sin medida y sin fin.
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que
Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone
nunca. Franja.
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Confeccionado
por Franja
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