Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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D. Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de
Valladolid, que manda diariamente un lindo comentario del Evangelio, que vale
la pena meditarlo y compartirlo también
con los seglares.
Yo lo pongo ahora todos los días en uno de mis Blogs. Franja.
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19 de Agosto, lunes, de 2019
"EL JOVEN RICO"
Comentario:"UN JOVEN PREGUNTÓ A JESÚS: ¿QUÉ TENGO QUE HACER DE
BUENO PARA ALCANZAR LA VIDA ETERNA? (Mt 19, 16-22).
¡Qué bien empieza la historia del joven del Evangelio de hoy, y
qué mal termina!
Llévalo a la oración:
En aquel tiempo se acercó un joven a Jesús y le preguntó: Maestro, qué
tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿por
qué me preguntas qué es bueno? Uno sólo es bueno. Mira, si quieres entrar en la
vida, guarda los mandamientos. Él le preguntó: ¿Cuáles? Jesús le contestó: No
matarás, no cometeras adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a
tu padre y a tu madre, y ama a tu
prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: todo eso lo he cumplido. ¿qué me falta? Jesús le contesto: Si quieres ser perfecto, anda, vende tus
bienes, da el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y
sígueme. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era muy rico"
El Evangelio dice que Jesús "lo amó". Tenía una vida intachable. Era un joven bueno.
La conversación de Jesús con este joven es una maravilla; es de
una gran belleza.
El joven le hace una pregunta vital, ¿Qué me falta aún?
Jesús se conmovió al contemplar los deseos y la limpieza de
hacer corazón. Fue entonces cuando le dirigió la mirada de la que nos habla San
Marcos y lo amó. La mirada de Jesús, una
mirada, imborrable, es por si solo una llamada. Y le invitó a seguirle dejando
atrás todos sus tesoros.
Este joven no fue generoso, se quedó con sus riquezas, de las
que disfrutaría unos años, y perdió a
Jesús a quién tenemos para siempre, tesoro infinito, en este mundo y en
la eternidad.
Se marchó "triste", dice el Evangelio;
se retiró entristecido...perdió la alegría porque se negó a entregar a Dios su libertad...
Tú y yo nos debemos a hacer esta pregunta:
¿Qué me falta aún, Señor?
Este joven ha quedado como figura del cristiano a quien su
mediocridad y cortedad de miras le impiden convertir su vida en una entrega
gozosa y fecunda al servicio de Dios y del prójimo.
Si hubiera sido lo
bastante generoso para responder al llamamiento divino, ¿qué hubiera llegado a
ser? Un gran apóstol, sin duda.
Te
invito, de nuevo, a hacernos la misma pregunta: ¿Señor, qué nos falta aún?
Que la Virgen nos ayude a dar a Dios, como Ella, todo lo que el
Señor nos pida.
Jesús Mateo. Sacerdote..
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen
no nos abandone nunca. Franja.
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Confeccionado por Franja
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