Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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Jesús Mateo. Sacerdote. un sacerdote
amigo de Valladolid, que me manda diariamente
un lindo comentario del Evangelio, que vale la pena meditarlo y
compartirlo, y además de con los sacerdotes,
también con los seglares que lo
soliciten. Lo pongo todos los días en uno de mis Blogs. Franja..
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7 de Abril, Martes de
2020.
Comentario: JUDAS ISCARIOTE. (Jn 13, 21-38).
(Me asusta y me hace temblar este
hombre, porque, tú y yo, podemos ser otro Judas)
El Evangelio de hoy nos presenta un
episodio triste, muy triste: el relato de la traición de Judas.
Este se dirige a los jefes del Sanedrín
para entregarles a su Maestro por treinta monedas de plata.
¿QUÉ PASÓ EN EL ALMA DE JUDAS?
Porque él tuvo vocación.
Fue llamado y elegido por el mismo Señor
para ser Apóstol.
Se sintió atraído por su palabra y por su vida.
Experimentó la predilección de Jesús,
llegando a ser uno de los Doce más íntimos.
Vio los milagros que
hizo Jesús.
.
También fue enviado a predicar y vería
el fruto abundante y copioso de su apostolado.
Quizás hizo milagros como los demás.
El Maestro confió en él como responsable
de la economía.
¿QUÉ PUDO PASAR EN EL ALMA DE JUDAS?
La traición que cometió, debió tener una
larga historia:
-Dejó la Oración
-Se fue distanciando interiormente, de Jesús poco a poco, y su
vida cayó en tibieza.
-Empezó a separarse del Maestro, al
principio, en cosas pequeñas, cediendo cada vez en cosas más grandes.
-Se fue enfriando su amor a Jesús, y
todo le empezó a parecer una farsa.
-Se fue volviendo, crítico, duro,
descentrado, desorientado.
-No fue sincero, ni abrió su alma ni al
Maestro, ni a la Virgen, ni a ninguno de sus compañeros.
-Empezó a apegarse al dinero y a robar.
¿POR QUÉ
HA HABIDO, Y HAY, TANTOS JUDAS?
Por las causas que acabamos de
manifestar.
Todos conocemos casos...tantos casos..
. ¡¡¡AUTÉNTICOS
JUDAS!!!
¿PODEMOS SER TÚ Y YO
OTROS JUDAS?
Por supuesto, si caemos en los mismos
fallos que hemos descrito.
La TRAICIÓN se consuma en el cristiano
por el
PECADO MORTAL.
Pero Dios está siempre dispuesto a
perdonarnos y a admitirnos en su amistad, como al Buen Ladrón. Al mismo Judas le abrió las puertas
llamándole amigo; éste lo rechazó por falta de confianza, humildad y esperanza.
Por muy pecadores que seamos, no
desconfiemos, nunca, del perdón de Dios.
Le decimos una y mil veces:
"Perdón, ¡oh Dios mío!
perdón e indulgencia
perdón y clemencia
perdón y piedad".
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que
Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
*☆●☆*
Confeccionado por
Franja.
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