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D. JESÚS MATEO ME MANDA
TODOS LOS DÍAS UN COMENTARIO DEL EVANGELIO PARA EDITARLO EN EL BLOG CATÓLICO DE
JAVIER OLIVARES, BAIONÉS JUBILADO, BAIONA. LO HAGO CON MUCHO PLACER, POR EL BIEN
QUE HACE SU DIFUSIÓN EN ESE FORMATO. P.
FRANJA.
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10 de octubre, domingo
2021
COMENTARIO: "EL JOVEN RICO PREGUNTÓ A JESÚS: ¿QUÉ TENGO QUE HACER DE BUENO PARA ALCANZAR LA VIDA ETERNA? (Mc 10, 17-30).
Te invito a leer y meditar el Evangelio de hoy.
Nos dice "que se acercó corriendo a Jesús un joven, se
arrodilló ante él y le preguntó: Maestro
bueno ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿por
qué me llamas bueno? Uno sólo es bueno. Mira, si quieres entrar en la vida,
guarda los mandamientos. Él le preguntó: ¿Cuáles? Jesús le contestó: No
matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a
tu padre y a tu madre, y ama a tu
prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: todo eso lo he cumplido. ¿qué me falta?
Jesús le contestó: Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da
el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y
sígueme. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era muy rico"
La conversación de Jesús con este joven es una maravilla; es de
una gran belleza.El joven le hace una pregunta vital, ¿Qué me falta aún para ser bueno?
Jesús se conmovió al contemplar los deseos y la limpieza de su
corazón. Fue entonces cuando "Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás
un tesoro en el Cielo, y luego ven y sígueme".
Es maravilloso: " mirándolo, lo amó". ¿Cómo sería la mirada de Jesús? Fue una mirada de amor y de exigencia. Una mirada que jamás olvidaría aquel joven. Así nos mira Jesús a ti y a mí. El Señor le invitó a seguirle dejando atrás todos sus tesoros.
Me da pena, mucha pena, la respuesta de este joven. Bajó la
vista. Frunció el ceño y SE MARCHÓ TRISTE. Este joven no fue generoso, se quedó
con sus riquezas, de las que disfrutaría unos años, y perdió a Jesús a quién tenemos para siempre, tesoro
infinito, en este mundo y en la eternidad.
Se marchó "triste", dice el Evangelio; se retiró entristecido...perdió la alegría porque se negó a entregar a Dios su vida entera. Tú y yo nos debemos a hacer esta pregunta: ¿Qué me falta aún, Señor? ¿Qué me pides?
Este joven ha quedado como figura del cristiano a quien su mediocridad y cortedad de miras le impiden convertir su vida en una entrega gozosa y fecunda al servicio de Dios y del prójimo. Si hubiera sido lo bastante generoso para responder al llamamiento divino, ¿qué hubiera llegado a ser? Un gran apóstol, sin duda.
Te invito, de nuevo, a hacernos la misma pregunta: ¿Qué nos
falta aún a ti y a mí? ¿Qué nos está pidiendo Dios a ti y a mí? El joven se
marchó triste. Eso mismo nos puede ocurrir a nosotros si no damos a Dios lo que
nos pide.
Que la Virgen nos ayude a dar a Dios, como Ella, todo lo que tú
y yo sabemos que el Señor nos está pidiendo en este momento.
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Santa María nos acompañe siempre con S. José.
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