Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona
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D. Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que se dedica pacientemente a mandarnos un pequeño comentario del Evangelio de la liturgia del día. Y como es muy corto y enjundioso os hago participes. Franja
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Domingo, 14 de Abril de 2019
Comentario del
DOMINGO DE RAMOS
Este día es un día «agridulce». La mañana es explosiva en gozo, en triunfo y alegría. Es luz, vida. Vemos a Jesús entrar triunfalmente en Jerusalén.
En cambio, la tarde nos introduce, ya, en la Pasión del Señor: Sombra, muerte.
Por la mañana, dejémonos contagiar de la alegría inmensa de los habitantes de Jerusalén al ver la entrada triunfal de Jesucristo en La Ciudad Santa.
El Señor entra en Jerusalén y la multitud exulta de gozo. Jesús, montado sobre un borrico, bendice a los niños y acoge con cariño el homenaje que le tributan hombres mujeres y niños. El pueblo no cabe en sí de alegría ante la llegada de Jesús a la Ciudad Santa..
Es lo que recordamos hoy: Domingo de Ramos por la mañana con la Bendición de los Ramos y la Procesión de la Borriquilla.. Es una procesión alegre, vistosa: con ramos y palmas; emocionante.
Causa verdadera alegría ver a cientos de niños portando ramos y palmas como los niños hebreos, que aclamaban a Jesús diciendo: «Bendito el que viene en el nombre del Señor». ¡«Hosanna en el Cielo»!
No nos casemos de aclamar al Señor con estas alabanzas.
«EL LLANTO DE JESÚS»
Impresionó a todos, sobremanera, el llanto de Jesús. Lo narra así San Lucas:
«Jesús, cuando se acercó, al ver la Ciudad, lloró sobre ella , diciendo: ¡Si conocieras también tú en este día lo que te lleva a la paz!, sin embargo, ahora está oculto a tus ojos».
Emociona el llanto de Jesús. Llora por la ciudad de Jerusalén a la que tanto quiere y que un día será destruida y no dejarán piedra sobre piedra.
Y llora, también, por los corazones llenos de odio de los fariseos y del pueblo que no le reconocen como Mesías. Sabe que el Viernes lo van a condenar a muerte.
Y llora, también, por todos los que, a imitación de los ciudadanos de Jerusalén, le vamos a negar y a condenar a muerte con nuestros pecados.
¿No te parece que estamos muy reflejados en la conducta de los de Jerusalén?
Tan pronto «vitoreamos» al Señor, como le «damos la espalda».
Hagamos un propósito firme de ser fieles a Dios «por la mañana y por la tarde»; es decir, «toda la vida».
Jesús Mateo. Sacerdote.
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Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.
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