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viernes, 10 de mayo de 2019

Comentario de «EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE HABITA EN MÍ Y YO EN ÉL» (Jn 6, 52-59).

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

 D. Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que se dedica pacientemente a mandarnos un pequeño comentario del Evangelio de la liturgia del día. Y como es muy corto y enjundioso os hago participes. Franja


Viernes, 10 de Mayo de 2019

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Comentario de «EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE HABITA EN MÍ Y YO EN ÉL» (Jn 6, 52-59).

El Evangelio de hoy es muy conocido: Es una joya.
Lo escribo para que lo meditéis y lo leáis despacio. Al final haré una breve reflexión. Dice así:

Resultado de imagen de Cómo puede este darnos a comer su carne?

«Disputaban entre sí los judíos, diciendo: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne? Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros.  El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré  el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne  y bebe mi sangre está en mí y yo en él.  
Así como me envió el Padre viviente, y vivo yo por mi Padre, así también el que me come vivirá por mí.  Este es el pan bajado del cielo, no como el pan que comieron los padres y murieron;  el que come este pan vivirá para siempre. Esto lo dijo enseñando en la sinagoga de Cafarnaún».

Lo más grande que tenemos es La Eucaristía. Nadie nos lo podíamos imaginar.

El efecto más importante de la Sagrada Eucaristía es la «unión íntima con Jesucristo».

La Comunión «sustenta» la vida del alma de modo semejante a como el alimento corporal sustenta el cuerpo.
La Sagrada Eucaristía «aumenta» también la vida sobrenatural, la hace crecer y desarrollarse.
La gracia que recibimos en cada comunión «deleita» a quien comulga bien dispuesto.

Jesús desea que nos acerquemos con frecuencia a recibirle.

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« Cuando te acercas al SAGRARIO piensa que Él te espera desde hace veinte siglos» (Camino, n. 538).

¡Se quedó para ti!
¡Agradéceselo!

Jesús Mateo. Sacerdote.


Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.



Confeccionado por Franja



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