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domingo, 16 de junio de 2019

Comentario: LA SANTÍSIMA TRINIDAD (Jn 16,12-20).

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona


D. Jesús Mateo, es un sacerdote amigo de Valladolid, que se dedica pacientemente a mandarnos un pequeño comentario del Evangelio de la liturgia del día. Y como es muy corto y enjundioso os hago participes. Franja


Domingo 16  de Junio de 2019

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Comentario: LA SANTÍSIMA  TRINIDAD (Jn 16,12-20).

CREO EN DIOS PADRE, EN DIOS HIJO Y EN DIOS  ESPÍRITU SANTO.

La Iglesia celebra hoy el misterio central de nuestra fe, la Santísima Trinidad.

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La liturgia de la misa nos invita a tratar con intimidad a cada una de las Tres Divinas Personas: al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Hoy podemos repetir muchas veces, despacio, con particular atención,: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.

La Santísima  Trinidad es el misterio central de la vida de la Iglesia. Somos hijos del Padre, hermanos y coherederos del Hijo, santificados  continuamente por el Espíritu Santo
Esto nos hace ser templos vivos de la Santísima Trinidad.

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¿Se puede comprender?
No. Es un misterio para el que necesitamos la fe. Pide al Señor que te la aumente.

¡Dios es mi Padre!  Si lo meditas no saldrás de esta consoladora consideración
¡Jesús es mi Amigo entrañable (otro Mediterráneo),  que me quiere con toda la divina locura de su  Corazón .
¡El  Espíritu Santo es mi Consolador!,  que me guía en ell andar de todo mi camino. Piénsalo bien. Tú eres de Dios..., y Dios es tuyo". (Forja n. 2).

Dios Padre, Hijo y Espíritu santo, habita en nuestra alma en gracia. Somos templos de la Santísima  Trinidad.

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El cristiano, tú  y yo, comenzamos nuestra  vida, por el Bautismo, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Y esperamos que,  en este mismo nombre,  nos despidamos  de este mundo para encontrar en el Cielo a estas  Tres Divinas  Personas, a quienes hemos  procurado tratar aquí en la tierra.

La contemplación y la alabanza a la Trinidad Santa es  nuestro fin, porque en el Cielo, junto a nuestra Madre Santa María,  nuestra felicidad y nuestro gozo será una alabanza eterna al Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo.
Jesús  Mateo. Sacerdote.


Que Dios pague ese esfuerzo diario y que Santa María la Virgen no nos abandone nunca. Franja.


Confeccionado por Franja




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