D. Jesús Mateo es un
sacerdote amigo de Valladolid, que me manda diariamente un lindo comentario del Evangelio. Pienso que
vale la pena compartirlo con los sacerdotes y con los seglares que lo soliciten. Lo pongo todos
los días en tres de mis Blogs católicos para mayor difusión. P. Franja
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27 de Abril, Miércoles, de 2022.
COMENTARIO: "JESÚS DIJO A NICODEMO: TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO QUE ENTREGÓ A SU HIJO UNIGÉNITO, PARA QUE TODO EL QUE CREE EN ÉL NO PEREZCA, SINO QUE TENGA VIDA ETERNA". (Jn 3, 16-21).
Son impresionantes
estas palabras de Jesús a Nicodemo. Dios nos ama tanto, tanto, que nos ha dado
a su propio Hijo para salvarnos. Podemos decir con San Pablo: "Me amó y se
entregó por mí".(Gal 2, 20). Es una de las frases
que a mí más me impresiona; me "remueve", me llega al alma. La
pondría escrita debajo de todo
crucifijo.
Es un hecho maravilloso e imponente: ¡¡¡DIOS ME AMA!!! Se hizo hombre por mí. Jesús me ha amado primero, me ha amado a pesar de mis fragilidades, mis límites y mis debilidades humanas. Me pregunto: ¿Me dejo amar por Dios? Un regalo así, tan grande, merece que yo le esté toda mi vida agradecido. ¿Cómo manifestar a Dios mi gratitud?
Hago mía una leyenda hermosa de la que se hace eco el Papa Francisco que cuenta "que, cuando Jesús nació, los pastores corrían hacia la gruta llevando muchos regalos. Cada uno llevaba lo que tenia: unos, el fruto de sus trabajos, otros, algo de valor.
Pero mientras todos los pastores se esforzaban, con generosidad, en llevar lo mejor, había uno que no tenía nada. Era muy pobre. No tenía nada que ofrecer. Y mientras los demás competían en presentar sus regalos, él se mantenía apartado, con vergüenza.
En un determinado momento, San José y la Virgen se vieron en dificultad para recibir todos los regalos, muchos, sobre todo, María, que debía tener en brazos al Niño. Entonces, viendo a aquel pastor con las manos vacías, le pidió que se acercara. Y le puso a Jesús en sus manos. El pastor, tomándolo, se dio cuenta que había recibido lo que no merecía, que tenía en sus brazos el regalo más grande de la historia. Se miró las manos y esas manos que le parecían siempre vacías se habían convertido en la cuna de Dios. Se sintió amado y superando la vergüenza, comenzó a mostrar a Jesús a los otros porque no podía sólo quedarse para él regalo de los regalos".
Tus manos y mis manos estarán
llenas de amor y de gratitud si en ellas tenemos a Jesús y sabemos darlo a los
demás.
Jesús Mateo.
Sacerdote.
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Que el Señor nos bendiga y nos guarde con
Santa María la Virgen y con San José su castísimo esposo. Un abrazo. P. Franja.
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Confeccionado en el
Blog de Franja
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