Jesús Mateo, sacerdote
de Valladolid, me envía todos los días el Comentario del Evangelio que con todo
mi afecto se lo edito en el “Blog Católico de Javier Olivares, baionés
jubilado, Baiona”,
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D. Jesús Mateo me
envía su comentario del día 23 de septiembre, viernes.
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COMENTARIO: "JESÚS ESTABA
ORANDO SÓLO" (Lc 9, 18-22).
Hoy me voy a fijar solamente en la primera frase del Evangelio: "Jesús estaba orando sólo". De nuevo, vemos a Jesús orando. ¿Cuándo y cómo aprenderemos, tú y yo, la importancia y la necesidad de la oración? Todos los que recibís esta reflexión o comentario del Evangelio sois personas que oráis. Permitidme que hoy os dé algunas orientaciones que nos puedan ayudar a meditar el Evangelio de cada día.
1. Lo primero de todo es que encontremos un momento tranquilo, lleno de paz y lo convirtamos en un ambiente de oración. En silencio. En la presencia de Dios 2. Es necesaria también una actitud de fe: creer que Dios me quiere hablar; me quiere instruir
Dice Santa Teresa del
Niño Jesús: "Lo que por encima de todo me sustenta durante mis oraciones
es el Evangelio: en él encuentro todo lo necesario para mi pobre alma. Allí
descubro siempre luces nuevas, unos sentimientos ocultos y misteriosos"
(Obras completas, folio 83).
3. La tercera condición es un auténtico deseo de CONVERSIÓN. Es el deseo de que la meditación de la Palabra nos convierta y desenmascare nuestro pecado para hacernos amar a Dios y al prójimo con amor verdadero. Queremos que la Sagrada Escritura transforme nuestra vida y nuestro corazón. Leer el Evangelio es correr un riesgo: el riesgo de que nos acuse profundamente y nos diga cosas que no tenemos mucho interés en oír. Cuando se lee con esa actitud, suelen surgir sorpresas. Dios nos reclama la urgencia de una conversión y de una puesta en práctica.
4. Si creemos detectar en un texto determinado una llamada personal, "luces nuevas", algo que nos llega al alma y toca nuestro corazón, es bueno tomar nota de ello y comentarlo en la Confesión y en la Dirección Espiritual.
5. Empezar y terminar, siempre, rezando un Avemaría a la Virgen.
Jesús Mateo. Sacerdote
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Interesante comentario
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Que el Señor nos
bendiga y nos guarde con Santa María la Virgen y con San José su castísimo
esposo. Un abrazo. P. Franja
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